Pero muchas niñas y niños no
pueden disfrutar del popular huevo de Pascua porque tienen que trabajar en las
plantaciones de cacao de las que apenas sobreviven las familias. Las que sí
lucran con creces son empresas como Milka, Lindt y Ferrero, que se embolsan la
mayor parte de las ganancias no sólo de los huevos de chocolate, sino también
con sus chocolatinas, bombones y demás golosinas. Sólo el seis por ciento
reciben los agricultores
1,2 millones de niños que
trabajan en las plantaciones de cacao constituyen la cara oscura del chocolate.
Y muchas plantaciones se
encuentran donde antes crecía la selva, que se tala dejando sin hábitat a
especies amenazadas como los chimpancés, incluso en parques nacionales.
No es algo nuevo. Las
empresas prometen desde hace décadas acabar con el trabajo infantil, las
violaciones de derechos humanos y la destrucción ambiental, pero poco sucede.
Por eso, la Unión Europea debe obligar a las empresas de cacao a mejorar.
Pedimos a las autoridades con
influencia sobre esta cuestión que tomen inmediatamente cartas en el asunto
introduciendo normativas para que las niñas y niños no tengan que trabajar en
las plantaciones y que no caiga ni un solo árbol más para plantar cacao.
Gracias por informarse,
firmar y ayudar a difundir esta petición.