
El
estudio realizado por Tarín determina los efectos para la salud que tiene
respirar el contaminante
'PM 2.5'. En concreto, la investigación se ha centrado en
cuatro causas de mortalidad: cáncer de pulmón, derrame cerebral, problemas de
corazón y problemas respiratorios.
Una de las conclusiones a las
que llega es que la probabilidad de sufrir estas enfermedades por respirar
partículas de esta materia 'aumentan cuanto más joven eres'. De hecho, los
mayores de 65 años 'tienen menos posibilidades de tener una de estas
enfermedades por esta causa, pero cuando la desarrollan, su mortalidad es
mayor', explica la investigadora de la Universidad de Murcia.
Este contaminante puede
llegar al aire a través de fuentes naturales como las emisiones de volcanes o
las nubes del desierto, pero principalmente se encuentra en el aire por fuentes
producidas por el hombre, como consecuencia del tráfico y de los efectos de la
producción energética. Los habitantes de las grandes ciudades son los más
expuestos a la materia particulada PM 2.5. Los niños y las embarazadas son dos
de los grupos de población más sensibles a sus efectos.
La investigación, elaborada
como parte de la tesis doctoral de Tarín y realizada en el marco de la
actividad del Grupo de Modelización Atmosférica Regional de la UMU, ha dividido
Europa en tres grandes áreas para conseguir resultados más detallados.
Las cuestiones que se han
tenido en cuenta en esta diferenciación son el funcionamiento de los diferentes
sistemas sanitarios y la economía basada en producción mediante el uso de
combustibles fósiles, así como sus emisiones en la producción energética.
Con esta premisa, en la
región de Europa del Este se habrían producido 370 000 de esas 600 000 muertes;
en la región Centro (Alemania, Dinamarca, Países Bajos y países escandinavos)
se concentran 86 000 de los fallecimientos; y en la región Oeste (Francia,
Reino Unido, Portugal, Italia y España) la cifra de fallecidos por estas cuatro
enfermedades llegó a 57 000 durante el periodo de estudio.