Por
Aram Aharonian
El primer
mandatario de México, Manuel López Obrador, reiteró que su gobierno está
dispuesta a servir como mediadora para una salida pacífica del conflicto que
enfrenta Venezuela., mientras EEUU, preocupado por la inacción del
autoproclamado “presidente interino” Juan Guaidó sigue amenazando con una
intervención e intenta balcanizar el país. .
“Estamos dispuestos a ayudar
a que se dé el diálogo, México tiene las puertas abiertas a que se busque un
salida pacífica en el conflicto de Venezuela, como siempre lo ha hecho; es
parte de su tradición de política exterior, solo que se necesita del acuerdo de
las partes”, dijo.
El gobierno de Nicolás
Maduro, propuso cinco puntos para iniciar una fase de diálogo con la oposición:
respeto a la soberanía, a la paz, levantamiento de medidas unilaterales,
mecanismo para dirimir por la vía pacífica las diferencias políticas y respeto
a la no injerencia de otros gobiernos en los asuntos internos de Venezuela.
Mientras, Guaidó, en su
campaña de supervivencia política a través de un golpe, insistía que sostuvo
comunicaciones “muy discretas” con militares venezolanos, destacando que las
fuerzas armadas “no escapan de la abrumadora mayoría que quiere un cambio de
gobierno”.
En otro paso hacia el
aislamiento del gobierno constitucional de Venezuela por mandato de Washington,
el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó el
martes una resolución para reconocer como representante permanente de Venezuela
ante el organismo a Gustavo Tarre, designado por Guaidó. Nunca antes el Consejo
Permanente de la OEA ha tomado una decisión de ese tipo, simplemente porque no
tiene esa autoridad.
Las delegaciones de México,
Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Guyana, Antigua y Barbuda y El Salvador rechazaron
la resolución y alegaron que la Carta de la OEA no faculta al Consejo
Permanente a acreditar representantes de un Estado. Samuel Moncada,
representante oficial venezolano, indicó que los países de la región que se
oponen al gobierno bolivariano “no pudieron convencer a la región para oponerla
a Venezuela” y lamentó que, en consecuencia “terminaron vaciando a la OEA de
todos sus principios y prácticas históricas.
La resolución fue acompañada
por infelices declaraciones del presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien al
levantar nuevamente la tesis de una invasión, declaró que junto a EEUU trabajan
para dividir y crear “fisuras” en el Ejército de Venezuela y derrocar al
Gobierno de Nicolás Maduro, (…) No hay otro camino. Porque (…) quien decide si
el país vive en una democracia o en una dictadura son las Fuerzas Armadas”,
destacó.
“¿Qué puede hacer
Brasil? Supongamos que hay una invasión militar (de EEUU) allí. La decisión va
a ser mía, pero voy a escuchar al Consejo de Defensa Nacional y luego al
Parlamento brasileño para tomar la decisión”, manifestó Bolsonaro.
El presidente Nicolás Maduro
anunció el Plan de la Patria para los próximos años. El analista chavista J.M.
Rodríguez, escribió al respecto: “Llaman a tener la paciencia de quien espera
un prodigio. Y como el gobierno se lo cree da bandazos mientras se elabora un
plan durante más de un año. Como si fuera una tesis doctoral en planificación.
Mientras tanto, las políticas monetarias van por cuenta propia, el combustible
se regala y los avatares de la guerra que nos montó la derecha internacional,
nos desbarata la vida”.
“Bueno, ya tenemos ese
densísimo plan. Un bulto de 414 páginas. Es la exhaustividad plena de todo
convencido tecnócrata, por eso, no tiene nada que ver con una “hoja de ruta”,
que fue como lo llamó el ministro de la planificación. No me imagino qué puede
haber hecho la Asamblea Nacional Constituyente con esa pesadez más allá de
darle el visado requerido. Lo que sí hay en él, y con abundancia, son
referencias para cualquier actuación puntual de la diversidad gubernamental”,
añadió.
La
balcanización de Venezuela
El secretario de Estado
estadounidense Mie Pompeo recorrerá Chile, Paraguay, Perú y Colombia, para
afianzar la estrategia estadounidense que apunta a la fragmentación territorial
de Venezuela. Pompeo, Elliot Abrams, encargado especial para Venezuela, John Bolton,
consejero de seguridad nacional, y Craig Faller, jefe del Comando Sur fueron
conformado una narrativa que sitúa a Venezuela como base de operaciones de
Rusia, Irán, Cuba y China, y al gobierno de Maduro como subordinado a cada uno
de esos gobiernos y sus respectivos servicios militares y de inteligencia.
Mientras el secretario de
Estado viaja a Sudamérica, Abrams va a España y Portugal después que la Unión
Europea mantuvo su posición de preparar el terreno para celebrar elecciones
presidenciales “libres y transparentes lo más pronto posible”.
Asimismo, EEUU convocó a la
tercera reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para intentar
declarar al gobierno de Venezuela como organización transnacional del crimen, y
calificar a los “colectivos” (la organización popular del chavismo) como grupos
terroristas, en la estrategia de que “todas las opciones están sobre la mesa”,
como una intervención militar.
Paralelamente, Washington
trabaja en la balcanización de Venezuela. Primero se intentó crear una “zona
liberada” en la frontera sur, en el estado Táchira, limítrofe con el
departamento Norte de Santander en Colombia, por donde se intentó, el 23 de
febrero ingresar la “ayuda humanitaria” estadounidense (que Venezuela no pidió)
, caballo de Troya de una eventual invasión donde los colombianos jugaron un
papel fundamental.
Hoy están creando las
condiciones mediáticas y objetivas para hacer del Estado Zulia una especie de
estado fallido, un territorio sin ley, "tierra de nadie" y de esta
manera propiciar una intervención militar multinacional con "carácter
humanitario", para que una vez tomado el control militar del Estado Zulia
crear una especie de República Libre de Venezuela y desde allí formar un
Gobierno.
Quienes dirigen desde
Washington el esquema de guerra híbrida y multidimensional contra Venezuela,
creen que es más factible ocupar militarmente y llevar "ayuda
humanitaria" sólo al Estado Zulia que hacerlo en todo el territorio del
país. Zulia es una zona principalmente petrolera, pero también ganadera,
que limita con Colombia, lo cual la convierte en una zona geoestratégica
fundamental.
La insistente estrategia de
los sucesivos gobiernos estadounidenses es fracturar definitivamente el
territorio latinoamericano-caribeño incluyendo sus esfuerzos –hoy bastante
exitosos- de terminar con los procesos de integración soberanos de la región,
como Mercosur, Unasur y la Celac.
Hoy intentan desmembrar al
Táchira y/o Zulia de Venezuela para formar una nueva republiqueta. No se puede
olvidar que Panamá era territorio de Colombia y que los Estados Unidos
desmembró ese territorio de Colombia en 1903 para formar una nueva República.
La teoría de la balcanización sigue estando presente en la mente del imperio.
Ha llamado la atención las
palabras del anterior presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien señaló
que todo vale cuando se trata de ganar elecciones. “La utilización de la crisis
venezolana para fines electoralistas en EEUU, Colombia y España ha hecho mucho
daño a la búsqueda de una solución negociada”, valoró el exmandatario.
Santos indicó que los
intentos de grupos conservadores en Colombia y España por presentar a
extremistas de la oposición venezolana como luchadores por los derechos humanos
es una “utilización burda. Desafortunadamente se están utilizando esos hechos
como objetivo de la política interna. Trump hace campaña en Florida sobre
Venezuela pero tiene una intención política para su elección”, dijo Santos
Las
causas de un fracaso (por ahora)
Washington suponía que el
asalto al poder en Venezuela iba a ser fulminante y por eso inventó a un
“presidente interino” y una ficción de gobierno basado en el reconocimiento de
sus aliados y cómplices, junto a la puesta en escena por medios de comunicación
y redes digitales de un relato epopéyico y una sin antecedentes andanada de
sanciones, bloqueos y sabotajes. Pero no logró la salida del gobierno
constitucional.
Suponía que las presiones,
lograrían el resquebrajamiento militar ante la amenaza permanente de una
intervención/invasión y la conspiración interna. Sus fuentes de “inteligencia”
garantizaban un levantamiento general, un estallido social ante la crisis económico-social,
pero ni siquiera con la grave situación producida por los apagones tras serios
daños a la infraestructura eléctrica y a consecuente falta de agua, lo
lograron.
Las estadísticas que lanzan
desde sus encuestadoras también apoyaban el triunfo, pero la realidad desmintió
que el 90% de los venezolanos apoyaban a un Guaidó que apenas logra reunir unos
cientos de adherentes en sus actos. La oposición está cansada de dos décadas de
fracasos de las estrategias de la dirigencia opositora, la política y la del
terror callejero, guionadas y financiadas por Washington,
“Una de las razones
principales está en la crisis de expectativas producto de que la promesa de
desenlace inmediato no se dio. Otra es que se trató de una construcción
artificial, mediática, diplomática, que no logró convocar más allá de la
histórica base social de la derecha, marcada por el corte de clase, geográfico,
de condiciones materiales de vida, de idiosincrasia, e imaginarios. La
oposición se parece demasiado a sí misma”, señala el analista Marco Teruggi.
Hay un cansancio mundial de
esta insistente agresión permanente contra Venezuela con expectativas
frustradas ante los anuncios de un desenlace rápido, basadas en un terrorismo
mediático que va perdiendo interés y espacio en los medios mundiales y en las
llamadas redes digitales.
Aram
Aharonian
Periodista
y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside
la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro
Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la )