
Así, se organizaron
actividades de protesta masivas de costa a costa. Miles de colegios y
universidades se manifestaron en las calles por la creación de una agenda
ambiental, en contra un deterioro del medioambiente que ya era mas que evidente
en ciudades ahogadas en su propio smog, y ríos que se prendían fuego por la
cantidad de desechos combustibles vertidos por la industria.
En aquellas épocas un difícil
futuro ya se estaba vislumbrando.
Se unieron a las manifestaciones otras miles de organizaciones, grupos y
personas particulares que habían estado luchando, cada una por separado, por
problemas locales como derrames de petróleo, contaminación producida por
fábricas, plantas eléctricas, mineras, desperdicios tóxicos, pesticidas, la
inocultable pérdida de biodiversidad y extinción especies, entre muchos otros
temas. Y encontraron en la unión, la forma de dar una incalculable fuerza a sus
protestas.
Muchos
años han pasado ya desde esas primeras manifestaciones multitudinarias y
paradójicamente, el país en el que se celebró por primera vez el Día de la
Tierra, parece estar decidido a sumirla en la mas larga de las noches. Y es que
Estados Unidos es el mayor productor de CO2 del planeta, el responsable del
myor porcentaje de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo. Y no
está dispuesto a disminuirlas, si eso pudiera afectar a las ganancias de sus
grandes compañías.
Desde hace años el Panel Intergubernamental
sobre el Cambio Climático de la ONU (IPPC) aseguró que, (con un 90% de certeza
científica), los seres humanos somos la principal causa del calentamiento de la
Tierra desde 1950. Y el 10% restante, que podríamos llamar “de duda” aunque esta
en realidad no exista, fue obtenido luego de muchas presiones de los
representantes del mas destructivo de los países, cuyo presidente sigue negando
la existencia misma del Calentamiento Global.
El Día de la Tierra tiene
como principal objetivo hacernos tomar conciencia de que hemos estado abusando
de los recursos naturales por décadas y se están agotando, de que las
actividades humanas están causando graves consecuencias a nivel global, con
efectos que ya empezamos a padecer. Apunta a la educación ambiental, y a la
participación como ciudadanos ambientalmente conscientes y responsables.
En el Día de la Tierra,
fiesta que no está regulada por una sola entidad u organismo, todos y cada uno
de nosotros estamos invitados a participar en actividades que promuevan la
salud de nuestro planeta, tanto a nivel global como regional y local.
La “Noche de la Tierra” ya ha
iniciado, pero le debemos a las futuras generaciones intentar al menos hacerla
menos cruenta. Cuidemos nuestra casa el Día de la Tierra y los otros 364 días
del año. Actuemos con conciencia ambiental, conciencia social y sobre todo con
amor por la vida.
Ricardo
Natalichio
Director