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Trama del Gobierno de Macron sobre ataque de “chalecos amarillos” en París fracasa


Por Will Morrow

Tomó menos de 24 horas para que la historia fabricada por el Gobierno de Macron de que manifestantes de los "Chalecos amarillos" atacaron el hospital de Pitié-Salpêtrière el primero de mayo en París se derrumbara como un castillo de naipes. Se ha expuesto como otra mentira más para pintar las protestas contra la desigualdad social como disturbios criminales y promover la construcción de un Estado policial en Francia por parte de Macron para emplearlo contra la clase trabajadora.

Los eventos en cuestión ocurrieron un poco después de las 4:00 p.m. el miércoles, en el boulevard l’Hôpital en el distrito 13 de París. La calle estaba llena de miles de manifestantes, una parte de las más de 40,000 personas que se manifestaban en la ciudad ese día, cuando la policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos contra la multitud densa y provocó una oleada de pánico.

Un reportero del diario de derecha Le Figaro, Wladimir Garcin-Berson, quien estuvo presente en la escena, tuiteó que había una "ola de gas lacrimógeno, el aire se volvió irrespirable". Los videos publicados posteriormente en las redes sociales muestran que los manifestantes que estaban huyendo del gas estaban ahogándose y se vieron obligados a abrir la verja metálica del recinto hospitalario. Varias docenas de personas intentaron refugiarse dentro de uno de los edificios del hospital, pero fueron rechazadas por el personal y luego arrestadas.
En unas pocas horas, el incidente fue transformado, en las palabras del ministro del Interior francés, Christophe Castaner, en un "ataque" al hospital por parte de los manifestantes. En una conferencia de prensa celebrada el miércoles por la noche, en la que trató de equiparar las protestas masivas con pequeños grupos de anarquistas del “bloque negro”, Castaner declaró que “las personas habían atacado un hospital. Las enfermeras se vieron obligadas a defender el área de atención urgente. Nuestras fuerzas policiales intervinieron de inmediato para salvar el área de atención urgente".
Una hora más tarde, Castaner tuiteó: “Aquí en Pitié-Salpêtrière, un hospital ha sido atacado. El personal sanitario ha sido agredido. Y un agente de policía enviado para protegerlos ha resultado herido”. El tuit estaba acompañado por fotografías de ángulo ancho y cerca de un Castaner resuelto estrechándole la mano a un policía antidisturbios y caminando por la sala del hospital con personal sanitario.
La ministra de Solidaridad y Salud de Macron, Agnès Buzyn, calificó el evento de "indescriptible" e "indigno".
"Tal vez había personas que querían refugiarse, y otras que querían robar", dijo, sin proporcionar ninguna evidencia de la última afirmación. Como para enfatizar la supuesta sed de sangre de los manifestantes, surgieron informes de que un oficial de policía estaba siendo tratado al mismo tiempo en el mismo hospital por una lesión, lo que implica que él o ella podrían haber sido el objetivo de un ataque coordinado de venganza.
Los medios en Francia e internacionalmente repitieron y amplificaron inmediatamente las mentiras del Gobierno de Macron.

La edición francesa de The Local publicó un informe titulado: "'Indescriptible': ¿Por qué decenas de manifestantes irrumpieron en un hospital de París durante las manifestaciones del 1 de mayo?". Sun, de Reino Unido y propiedad de Murdoch, informó "PELIGRO PARA LA VIDA: furia por invasión de manifestantes de los Chalecos amarillos en el hospital de París donde murió la princesa Diana". Le Figaro declaró que "docenas de miembros del 'bloque negro'" habían irrumpido en el hospital.
El papel de los medios de comunicación como portavoces de la propaganda estatal se ejemplificó mejor en el canal público de noticias France Info. Su informe, titulado "Intrusión en Pitié-Salpêtrière: ‘Una discusión no fue posible’, dice el director del hospital", mostraba una foto de un hombre encapuchado atacando una puerta con un tubo de metal.
Fotografía publicada por France Info
A las pocas horas de la publicación del artículo, el fotógrafo que tomó la foto, Geoffrey VdH, tuiteó que la foto se tomó el mismo día en un lugar completamente diferente, fuera de la sede de la policía de París.
Posteriormente, France Info eliminó la imagen y la reemplazó con la imagen de un hombre que sujetaba amenazadoramente un martillo afuera de un hospital, en un edificio diferente de donde ocurrió el incidente.

La fotografía cambiada por France Info
Como se documentó en el segmento "CheckNews" de Liberation, la imagen se había recortado en la parte inferior para eliminar a docenas de "chalecos amarillos" que se enfrentaban enojados al individuo con el martillo y le decían que no permitirían tal provocación. La imagen original había sido publicada por Le Parisien el mismo día.
Las mentiras del Gobierno de Macron habían colapsado completamente el jueves, con la publicación de numerosos videos del incidente en las redes sociales.
 Un video filmado por uno de los trabajadores del hospital muestra a un grupo de manifestantes que huyen de una columna de policías antidisturbios por una vía del complejo hospitalario, suben la escalera hacia la entrada de un edificio y se colocan en la plataforma superior, visiblemente aterrorizados de ser atacados por la policía.
La imagen original publicada en Le Parisien
El personal informa al grupo que se trata de un área de atención de urgencias y contiene pacientes enfermos, y se niegan a dejarlos entrar. Se puede escuchar a los trabajadores del hospital hablando entre ellos dentro del edificio. "Están asustados, solo tienen miedo", dice uno, a lo que otro responde: "Sí, la policía los ha perseguido". Otro dice: "No sabían [que era la unidad de atención urgente], solo estaban buscando una salida”. Los trabajadores del hospital también han dado entrevistas insistiendo en que nunca fueron amenazados.
Todo el incidente en el video terminó en unos pocos minutos. La policía llega y arresta a los manifestantes sin enfrentamientos. Con el colapso de la historia del Gobierno, los 32 fueron puestos en libertad ayer, la mayoría de ellos, según los informes, jóvenes estudiantes universitarios. Castaner ha denunciado con enojo a todos los que lo acusaron de mentir, declarando absurdamente que pudo haber "hablado mal" y que no utilizó la palabra "ataque". Múltiples grupos han pedido su renuncia.
El asunto subraya una realidad política esencial. El Gobierno de Macron, al igual que sus homólogos y partidos burgueses a nivel internacional, liderados por el Partido Demócrata en los Estados Unidos, utiliza la bandera de la lucha contra las "noticias falsas" para censurar el Internet y las redes sociales y evitar que los trabajadores accedan a fuentes de noticias alternativas que ni el Gobierno ni las corporaciones controlan. Los verdaderos proveedores de noticias falsas, sin embargo, son el Gobierno y sus portavoces en los medios corporativos.
Las mentiras del Gobierno de Macron sobre un ataque hospitalario inexistente tienen un propósito definido: calumniar a toda la oposición de izquierdas al Gobierno como criminales y moralmente condenables, así como justificar el desencadenamiento continuo de la violencia del Estado policial contra la clase obrera.
En febrero, una confrontación verbal turbia entre un "chaleco amarillo" y un comentarista judío de derecha y sionista, Alain Finkielkraut, se usó de manera similar para calumniar a todo el movimiento de los "Chalecos amarillos" como antisemita.
La policía fue filmada saqueando tiendas durante los violentos enfrentamientos en los Campos Elíseos en marzo, a lo que Macron reaccionó culpando a los "chalecos amarillos" y prohibiendo las protestas en la avenida. El Gobierno ordenó entonces que se desplegaran soldados de la Operación Centinela, una misión antiterrorista, contra los "chalecos amarillos", con autorización para disparar.
El colapso de esta historia fabricada descaradamente sobre un "ataque" a la Pitié-Salpêtrière no solo desacredita a los medios corporativos que vendieron esta historia, sino a todas las acusaciones infundadas que el Gobierno de Macron ha utilizado para justificar la intensificación de su represión contra los "chalecos amarillos".