Por Arthur González
No es de extrañar que Mike
Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos, exprese deliberadamente una
de sus tantas mentiras, al afirmar en una conferencia de prensa que: “mi país
está enfocado en presionar al gobierno cubano para que repiense su apoyo a
Maduro, y mi gobierno seguirá insistiendo a sus aliados sobre la necesidad de
presionar a Cuba, que apoya a Maduro en materia de inteligencia y
contrainteligencia”.
El gran error de Estados
Unidos es su fabricada pretensión de hacérsele creerse al mundo que el gobierno
de Nicolás Maduro, se mantiene por el apoyo de una pequeña nación como Cuba,
insólita afirmación que pretende desconocer que la Revolución bolivariana ha
hecho más por el pueblo venezolano, que todas las administraciones anteriores.
Fue el presidente Hugo Chávez
Frías quien diseñó y ejecutó las misiones sociales para ayudar al pueblo, ese
que durante décadas estuvo olvidado para las clases dominantes venezolanas.
Gracias a esas misiones,
millones de venezolanos tienen acceso a la salud de forma gratuita, como es la
Misión Milagro y Barrio Adentro, que instituyó los centros integrales de
diagnóstico para atender enfermos en cada parroquia del país, incluso en la
selva donde no conocían un médico.
Las misiones de cultura,
deporte y de educación, cambiaron la vida de millones de personas, enseñándoles
a leer y a escribir bajo el método cubano “Yo sí puedo”, algo que molesta al
imperialismo yanqui porque le abrió los ojos a los que antes no sabían cómo
reclamar sus derechos.
La cultura se generalizó en
todos los estados de Venezuela, detectando valores en niños, adolescentes y
adultos, que pudieron alcanzar una educación artística sin precedentes en la
historia de ese gran país.
Cuba le tendió la mano a
Venezuela al igual que a otros países del mundo, ayudando a los más
necesitados, algo que Estados Unidos ni Europa hacen, a pesar de las riquezas
económicas que poseen.
Los cubanos comparten lo que
tienen, no lo que les sobra y eso irrita a los yanquis porque es para ellos un
mal ejemplo que no quieren que se copie.
Por esas razones y muchas
más, el pueblo defiende su soberanía e independencia de los Estados Unidos,
acostumbrados a meterse en los asuntos internos de los países latinoamericanos,
al considerarlos como su patio, sin embargo, jamás ha desembolsado un dólar
para ayudar los más necesitados y sí para invertir en beneficio de sus grandes
trasnacionales y compañías, que solo explotan los recursos naturales para
enriquecerse a costa de los demás.
Es por ese motivo que
Washington diseña acciones encubiertas contra Cuba y Venezuela con la intensión
de desestabilizar sus economías, para fomentar el malestar en la población a
fin de que culpen a los procesos revolucionarios.
Esa fórmula, ya gastada
contra Cuba por 60 años de guerra económica, comercial y financiera, la
replican contra Venezuela, pero ya es tarde para que obtengan resultados, pues
precisamente el pueblo ya sabe leer, escribir y pensar con entera libertad,
resultándole difícil a los yanquis engañarlos con sus mentiras y
tergiversaciones.
¿Quién en Venezuela no sabe
hoy que los ataques al sistema electro energético nacional, que dejó sin electricidad
a los hospitales, escuelas, centros fabriles, el transporte público y las
viviendas de los ciudadanos, no es obra de los yanquis?
¿Quién no conoce en Venezuela
que el intento de golpe de estado y el apoyo a Juan El títere Guaidó, no fue
por obra y gracia de los yanquis?
Cada medida de guerra
económica que impide al gobierno de Maduro adquirir alimentos y medicinas para
el pueblo, une más a los venezolanos y fortalece el sentimiento anti yanqui.
Ningún venezolano que
aprendió a leer y a escribir, ha sido operado gratuitamente y recibido
tratamiento médico, le fue entregada una vivienda con el mejor nivel, y sus
hijos pueden estudiar en la universidad o escuelas de arte como nunca lo
soñaron, puede desear regresar al pasado que dejó el expresidente Carlos Andrés
Pérez, quien robó con las dos manos, enriqueciéndose junto a cientos de
funcionarios de su gobierno.
De eso la prensa yanqui no
dice una sola palabra, como si la historia de Venezuela comenzara solo bajo el
gobierno de Chávez. El chavismo acabó con la explotación de los pobres, como
jamás otro gobierno hizo por ese pueblo.
Las cruzadas de mentiras
fabricadas contra la Revolución Bolivariana son brutales, todo con el único fin
de satanizar a Chávez y a Maduro, haciendo campañas de desinformación en todo
el mundo para evitar el apoyo a ese proceso.
La Unión Europea también ha
sido víctima de esas falsedades y de ahí el apoyo que le dan a la política
agresiva y violatoria del marco legal internacional contra Venezuela, pero la
verdad está saliendo a flote, pues desde el mes de enero 2019 en que Estados
Unidos fabricó al auto nombrado “presidente” Juan El Títere Guaidó, no ha
recibido respaldo del pueblo, ni de los militares de Venezuela.
A pesar de los planes de la
CIA para comprar a los generales del ejército bolivariano, no logran resultado
alguno y por tanto no pudieron llevar adelante el golpe de estado el 30 de
abril 2019. Los líderes de la oposición ante el aplastante fracaso, corrieron a
solicitar asilo o albergue en embajadas, dando por sentado que el gobierno de
Maduro es fuerte y cuenta con todo el apoyo de su pueblo.
Los yanquis andan
desesperados y sin muchas posibilidades para sus proyectos. La opción militar
no es apoyada por los gobiernos latinoamericanos ni los europeos, y aunque no
se descarta que Estados Unidos la ejecute, los costos en vidas yanquis serían
demasiado altos para enfrentar a la opinión interna, ante el proceso electoral,
aunque la táctica a emplear sea similar a la ejecutada en Yugoslavia, con un
bombardeo diario para someter al ejército y aniquilar la vida económica del
país.
Por esa razón, quieren
construir la matriz de opinión de que hay que doblegar la resistencia y unidad
del pueblo cubano, pues “es Cuba la que mantiene vivo al gobierno de Nicolás
Maduro”, como si los venezolanos no tuvieran criterio y pensamiento propio para
saber qué es lo mejor para ellos.
La pasada semana, un alto
funcionario del Departamento de Estado confesó al Miami Herald que: “el Gobierno estadounidense estudia opciones para limitar la
influencia de Cuba en Venezuela, pues constituye un obstáculo en la búsqueda de
una solución a la crisis política en ese país y el propósito principal del
Departamento de Estado es conseguir que los cubanos salgan de Venezuela”.
La táctica es clara, dejar a
los venezolanos sin la asistencia médica gratuita, la deportiva, la
educacional, la cultural, la de la agricultura y otras que reciben de los
colaboradores cubanos, lo que agravaría aún más las limitaciones de la
población y por tanto su malestar se incrementaría, siendo aprovechado por los
yanquis para culpar a Maduro de sus penurias.
Pero ya sabemos que el mismo
secretario de Estado reconoce que la CIA entrena a sus oficiales para mentir,
engañar y robar; por eso a otros con ese cuento, mientras, los cubanos
continuarán su apoyo a los venezolanos, haciendo gala a lo expresado por José
Martí:
“Dígame Venezuela en que
servirla; ella tiene en mi a un hijo”.