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Seis niños inmigrantes han muerto bajo la custodia de los EUA desde septiembre


Por Eric London

El miércoles, CBS News informó que el Gobierno de Trump encubrió la muerte de una niña salvadoreña de 10 años bajo la custodia de los Estados Unidos. Aunque la niña no identificada murió en septiembre de 2018, los funcionarios no informaron al público de su muerte, dejando incluso al consulado salvadoreño sin saber.

Un funcionario del Gobierno confirmó que la niña ingresó a los Estados Unidos en marzo de 2018 en un “estado médicamente frágil”, pero no fue transferida a un centro de salud sino hasta mayo. Después de cuatro meses, entró en coma el 26 de septiembre. Sólo entonces fue trasladada a Nebraska, donde vivía su familia. Ella murió el 29 de septiembre de “fiebre y dificultad respiratoria”, dijo el funcionario.
Cuando CBS solicitó comentarios, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) se quejó del costo financiero de los exámenes médicos obligatorios para niños.
La niña salvadoreña fue la primera de seis niños inmigrantes que han muerto bajo custodia estadounidense desde el otoño pasado. Durante el transcurso de la década anterior, ningún niño inmigrante falleció en detención.
Este aumento drástico de muertes sirve como una advertencia: las fuerzas de extrema derecha en la Casa Blanca, encabezadas por el asesor de Trump, Stephen Miller, se están dirigiendo cada vez más hacia el uso oficial de violencia letal contra los inmigrantes. Pero esta camarilla de fascistas está en curso de colisión con la gran mayoría de los estadounidenses que ven la muerte de niños inmigrantes como una desgracia y una marca indeleble de vergüenza nacional.
Los otros cinco niños que murieron eran guatemaltecos y crecieron en las condiciones devastadoras que son consecuencia de la Guerra Civil instigada por Estados Unidos que devastó el país desde 1960 hasta 1996. A principios de los años 80, el dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt dirigió una campaña genocida para asesinar a campesinos y trabajadores con el apoyo de la CIA y el ejército estadounidense. Ríos Montt recibió entrenamiento militar en los Estados Unidos. En 1982, el presidente Ronald Reagan lo llamó “un hombre de gran integridad personal y compromiso”.
La corta historia de cada niño atestigua la devastación causada por el sistema capitalista y el imperialismo estadounidense sobre la clase trabajadora y los agricultores pobres de América Central.
Carlos Gregorio Hernández Vásquez. Falleció el 20 de mayo de 2019 a los 16 años. Era oriundo de Cubulco, Guatemala.

Carlos, conocido cariñosamente como “Goyito”, era “un joven muy inteligente” que se encontraba en excelente estado de salud cuando fue detenido, dijo su padre a Telemundo. La familia explicó que el hermano de Carlos tiene una discapacidad mental. Carlos viajó a los Estados Unidos para enviar dinero para pagar la atención médica de su hermano, que la familia empobrecida no podía pagar. Carlos murió luego de ser encontrado inconsciente en el piso de una celda de detención.
La ciudad natal de Carlos está a 16 kilómetros de Rabinal, el sitio de la masacre del Plan de Sánchez. El 18 de julio de 1982, soldados entrenados por los Estados Unidos dispararon proyectiles de mortero contra un mercado de agricultores lleno de personas. Horas más tarde, los soldados cerraron las salidas de la ciudad y fueron de casa en casa, torturando y asesinando a los residentes indígenas y violando a mujeres y niños.
Un testigo declaró que el Gobierno “separó a las niñas de entre 15 y 20 años de este grupo y las llevó a la casa de Guillermo Grave Manuel; las violaron a todas; les quebraron los brazos y las piernas, y luego las mataron ... Los niños fueron aplastados contra el suelo, y luego arrojados a las llamas junto con sus padres ...”.
Wilmer Josué Ramírez Vásquez. Falleció el 14 de mayo de 2019 a los 2 años. Provino de Chiquimula, Guatemala.
Según miembros de la familia, la madre de Wilmer lo llevó a los Estados Unidos porque el niño estaba gravemente enfermo y era imposible para la familia pagar la atención médica en Guatemala.
El abuelo de Wilmer le dijo a Telemundo: “Ella huyó de la misma desesperación de la que él [el padre del niño] huyó. Ella también huyó, y con un niño enfermo. No había nada más que pudieran hacer”. La madre de Wilmer no puede permitirse el lujo de regresar a casa para el funeral de su hijo y ahora debe trabajar en los Estados Unidos para pagar la deuda médica que ella y su hijo acumularon en los Estados Unidos.
La ciudad natal de Wilmer se encuentra en el mismo estado donde está ubicado Panzos, allí el ejército guatemalteco mató a 140 indígenas Q'eqchi el 29 de mayo de 1978, luego que trabajadores locales y agricultores pobres marcharon a la plaza de la ciudad para exigir el respeto de sus derechos sobre la tierra. La región tiene grandes depósitos de níquel codiciados por una subsidiaria local de JP Morgan y Hanna Mining Company.

El Washington Post informó: “Tomó solo unos minutos de disparos fuertes y frenéticos para que el Ejército de Guatemala despejara la plaza de la aldea en Panzos. Cuando cesaron los disparos, los cuerpos de niños, mujeres y hombres yacían sangrando entre los árboles”. Cinco mujeres cargando a bebés se ahogaron mientras intentaban escapar al otro lado del río Polochic.

Juan de León Gutiérrez. Falleció el 30 de abril de 2019 a los 16 años. Procedente de El Tesoro, Ciudad de Guatemala, Guatemala.
Juan huyó de la granja de su familia después que una prolongada sequía acabó con todas las cosechas de maíz y frijol de la familia en 2017 y 2018. La sequía en esta zona es producto del cambio climático, que ha provocado que 2,2 millones de personas pierdan sus cultivos.
Según el Programa Mundial de Alimentos, el 50 por ciento de las familias no tenía comida suficiente, el más elevado porcentaje alto de la historia. Los miembros de la familia dicen que Juan huyó porque la familia ya no podía alimentarlo. El padre dijo que Juan “fue a buscar vida, pero encontró la muerte”. Fue dado de alta del hospital un día antes de morir de una infección cerebral llamada el tumor inflamatorio de Pott.
Felipe Alonzo-Gómez. Falleció el 24 de diciembre de 2018 a los 8 años. Oriundo de Nentón, Guatemala.
En la víspera de Navidad, el niño murió luego de perder el conocimiento por vomitar incontrolablemente en una prisión sin personal médico presente. Anteriormente ese día, Felipe fue incorrectamente diagnosticado con un resfriado común y fue dado de alta de un centro médico.
En 1999, los investigadores descubrieron una fosa común en la ciudad natal de Felipe, que se encuentra en una región codiciada por las corporaciones estadounidenses debido a sus reservas petroleras y de minerales. El 17 de julio de 1982, un escuadrón de la muerte formado por la CIA descendió sobre la aldea campesina. El New York Times informó:
“Lo que ocurrió a continuación fue un acto de carnicería que dejó a todos los habitantes del pueblo muertos menos a cuatro y todos los edificios fueron arrasados. Según los relatos contemporáneos de personas que vivían en comunidades vecinas, a muchas de las mujeres se les ordenó desvestirse y fueron violadas. Los niños fueron arrancados de los brazos de las madres y eviscerados con cuchillos o decapitados con machetes. “Las tropas furiosas mataron a todos los que encontraron: dispararon a los aldeanos, volaron a otros con granadas, destripando a algunos hasta la muerte, otros fueron quemados o aplastados bajo los muros de los edificios que caían”.
Los registros de los muertos muestran que es probable que los propios familiares de Felipe estuvieran entre los torturados y asesinados.
Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin. Falleció el 8 de diciembre de 2018. Nació en San Antonio Secortez, Guatemala.
La madre de Jakelin, una Q'eqchi Maya, dijo: “Estoy viviendo con una profunda tristeza desde que supe de la muerte de mi hija. Pero no hay empleos, y por eso decidieron irse”. San Antonio Secortez también se encuentra en el mismo estado donde ocurrió la masacre de Panzos.
El New York Times escribió en diciembre de 2018: “El ejército llevó a cabo algunas de sus matanzas más mortíferas bajo la Presidencia del general Romeo Lucas García en el estado de Alta Verapaz, donde vive la familia Caal, y en los municipios vecinos. Los nombres de las aldeas objetivo están grabados en la memoria de Guatemala”.
Los líderes del Partido Demócrata han emitido declaraciones lamentando las muertes, pero el Partido Demócrata es responsable de aprobar todas las principales piezas de la legislación antiinmigrante convertidas en ley durante los últimos 25 años y de llevar a cabo los crímenes del imperialismo estadounidense que han forzado a decenas de millones de personas a abandonar sus hogares. Cientos de niños se han ahogado intentando escapar de las guerras encabezadas por Estados Unidos en Irak, Afganistán, Yemen, Libia y Siria.
La muerte de los seis niños inmigrantes constituye un ataque a la clase obrera en su conjunto. Proteger las vidas y los derechos democráticos de los inmigrantes requiere una lucha contra la guerra imperialista y contra el sistema capitalista.