Por
Eric London
El Washington Post informó el
martes que el Gobierno de Trump está considerando realizar un barrido
militarizado en todo el país para arrestar a 10.000 inmigrantes.
Citando a siete funcionarios de la Administración
actual y anterior, el Post lo llama "un plan secreto de
la Casa Blanca para arrestar a miles de padres e hijos en una operación
relámpago contra migrantes en 10 ciudades principales de los EUA",
Incluidas Nueva York, Los Ángeles y Chicago. El Post dice que
las otras ciudades en la mira son "los otros destinos más grandes para los
migrantes de América Central", que probablemente incluyen Washington DC;
el área de la bahía de San Francisco-Oakland en California; Houston, Texas, y
Miami, Florida.
Tal operación masiva requeriría el despliegue de
miles de policías y agentes federales armados. Las unidades se desplegarían en
los barrios de la clase trabajadora, irrumpiendo en las casas de inmigrantes,
capturándolos en la calle, tomándolos en sus puestos de trabajo o en la
escuela, y enviándolos a los campos de internamiento para ser deportados.
Requeriría puestos de control, allanamientos ilegales y el despliegue de
helicópteros, carros de combate y vehículos de asalto blindados. El Post indica
que tanto los niños como los padres serían blanco de arresto.
El plan
no solo constituiría la redada de inmigración más grande en la historia de los
EUA, sino que también serviría como un ensayo para el asalto masivo de
huelguistas, manifestantes y otros disidentes. Los planeadores de tan masiva
operación sin duda la conciben de esta manera.
Cada
operación policial estatal llevada a cabo por el Estado contra trabajadores
inmigrantes sirve tanto para atizar la oposición a los inmigrantes como para
normalizar las violaciones de derechos democráticos en su totalidad, embotando
y condicionando la conciencia popular para la imposición de formas
dictatoriales de gobierno.
Dado que
varias de las ciudades objetivo son "ciudades santuario", donde la
policía no tiene permitido participar en redadas de inmigración, es posible que
la implementación del plan requiera el despliegue de soldados en los barrios de
la clase trabajadora. El año pasado, Trump desplegó más de 5.000 tropas en
servicio activo en la frontera de Estados Unidos y México en una clara
violación del principio de Posse comitatus, que impide que los militares
realicen operaciones policiales dentro del país.
Según el Post, el plan fue suspendido
temporalmente hace varias semanas por la entonces secretaria del Departamento
de Seguridad Nacional (DHS, todas las siglas en inglés), Kirstjen Nielsen, y el
entonces jefe interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE),
Ron Vitiello. Sin embargo, todavía se está planeando y discutiendo activamente,
según el periódico.
El artículo del Post deja en claro
que Vitiello y Nielsen, quienes supervisaron la separación forzosa de padres e
hijos en 2018, se opusieron a la medida "no como resultado de las
preocupaciones éticas de arrestar a las familias". Más bien, expresaron su
preocupación por "el riesgo de la indignación pública".
En cualquier
caso, Trump despidió a Nielsen y Vitiello en abril parcialmente en respuesta a
tales preocupaciones. Al despedir a Nielsen y anunciar que retiraba el nombre
de Vitiello como director permanente de ICE, Trump explicó que quería tomar una
ruta "más severa" para acabar con la inmigración. Los más fervientes
partidarios del plan, el asesor de la Casa Blanca, Stephen Miller, y el
subdirector de ICE, Matthew Albence, permanecen en sus puestos.
El jueves
pasado, el exdirector de ICE, Tom Homan, dijo en Fox News que ICE debería
"hacer operativamente lo que el Congreso no ha hecho en forma
legislativa", es decir, llevar a cabo operaciones paramilitares e ilegales
en nombre del poder ejecutivo. "ICE necesita hacer una operación a nivel
nacional", dijo.
Los comentarios de los lectores sobre el artículo
del Washington Post son abrumadoramente hostiles. Un lector
escribió: “Abre tus ojos EUA. ¿Somos realmente los Estados Unidos por los que
lucharon nuestros antepasados? Estas políticas de la Administración y el Partido
Republicano están implementando las tácticas de Hitler y la Alemania
nazi".
Un
comentario con alta interacción decía: “Dios mío. Esto se parece cada vez más
al fascismo de Hitler. Reúnanlos, colóquenlos en un vagón de ferrocarril y
veamos qué sucede”. Un segundo comentarista principal escribió: “La única
manera de describir con precisión a Stephen Miller es un vil aspirante a
Hitler”. Refiriéndose a la falsa oposición de Nielsen y Vitiello, otro
escribió: "Tal vez acaban de enterarse de los juicios de Nuremberg".
El ejército estadounidense se ha estado preparando
durante años para la posibilidad de operaciones policiales internas en las
principales ciudades del país. En abril de 2013, secciones enteras de Boston se
colocaron bajo la ley marcial de facto y se suspendió
efectivamente la Carta de Derechos cuando la policía y los agentes federales
fueron de casa en casa en busca de las personas responsables del atentado
contra la maratón de Boston.
En agosto
de 2014, la ciudad de Ferguson, Missouri, fue ocupada por la Guardia Nacional,
policías estatales y un ejército de policías antidisturbios con rifles de
asalto, respaldados por perros de ataque, vehículos blindados y helicópteros,
tras el asesinato policial del joven de 18 años, Michael Brown.
Más
recientemente, en febrero de 2019, los militares realizaron una semana de
entrenamiento en los puertos de Los Ángeles y Long Beach, así como en el centro
de Los Ángeles. El Ejército dijo sobre los simulacros no anunciados: "[E]
l terreno local e instalaciones de entrenamiento en Los Ángeles le proporcionan
al Ejército ubicaciones únicas que simulan entornos urbanos en que los miembros
del servicio pueden encontrarse cuando se despliegan en el extranjero".
EUA no
solo se está preparando para operaciones urbanas en el extranjero, sino también
a nivel nacional. Un informe de 2016 de la Escuela de Guerra del Ejército de
EUA intitulado "Contingencias militares en megaciudades y
submegaciudades" señala que "Estados Unidos se encontrará en algún
momento en un futuro no muy lejano involucrado en contingencias militares en
grandes ciudades".
Al citar
preocupaciones sobre la posibilidad de víctimas civiles en masa, el documento
militar afirma: “A pesar de tales advertencias, no se puede permitir que una
inhibición se convierta en una prohibición. Si hay una razón estratégica de
acción altamente convincente, los Estados Unidos no puede darse el lujo de
evitar los peligros de una contingencia urbana".
Los
autores agregan que "el dilema urbano" implica "un riesgo de
inseguridad entre los pobres urbanos" debido al "conflicto de
clases". Reconocen que "tales operaciones podrían incluso tener lugar
dentro de los Estados Unidos continentales, como lo demuestran los disturbios
de Los Ángeles. y las respuestas al huracán Katrina y la supertormenta
Sandy".
Todos los
trabajadores y los jóvenes deben considerar que los planes en curso para llevar
a cabo redadas en todo el país contra los barrios de inmigrantes constituyen
una amenaza para los derechos democráticos de toda la población,
independientemente de su estatus migratorio. Lo que el Gobierno pueda
establecer como norma contra las empobrecidas víctimas centroamericanas del
imperialismo estadounidense pronto se aplicará contra toda la clase obrera.