¿Por
qué el recrudecimiento del bloqueo a Cuba se produce en un contexto de ataque
frontal a la soberanía y la democracia venezolanas?
Por Arantxa Tirado
El
pasado 2 de mayo EE. UU. activó por completo el Título III de la Ley
Helms-Burton, relativo a los derechos de las empresas o ciudadanos de dicho
país para demandar a quienes realicen negocios con propiedades estadounidenses
“confiscadas” por el Gobierno de Cuba. Desde su promulgación en 1996, la Ley
Helms-Burton se aplicaba en tu totalidad[1],
pero el Título III estaba sujeto a una suspensión que limitaba la posibilidad
de que los tribunales estadounidenses se pudieran pronunciar sobre su
contenido, con la excepción de las unidades y subunidades que conforman la
Lista de Entidades y Subentidades con Restricciones Asociadas con Cuba.[2]
Esta
decisión se ha justificado en una revisión de la política de EE. UU., que va
acompañada de la intensificación de los esfuerzos para lograr una “transición a
la democracia en Cuba”, vinculada a la denuncia de su apoyo a los gobiernos de
Nicaragua y Venezuela. El anuncio fue realizado por el secretario de Estado,
Mike Pompeo[3],
en una fecha tan simbólica como el 17 de abril, aniversario de la fallida
invasión estadounidense a Playa Girón. Ese mismo día, el asesor de Seguridad
Nacional, John Bolton, anunció en Miami la finalización del permiso para viajes
no familiares a Cuba y mayores limitaciones al envío de dinero a la isla.
Días
después, el Departamento de Estado actualizó la Lista de Entidades Cubanas
Restringidas, añadiendo cinco subentidades que serían, supuestamente, propiedad
de militares cubanos. El argumento era “garantizar que los fondos de los
Estados Unidos no apoyen directamente el aparato de seguridad de Cuba” pues,
según EE. UU.: “Los servicios militares, de seguridad y de inteligencia de Cuba
suprimen los derechos humanos del pueblo cubano y están profundamente
arraigados en Venezuela, donde proporcionaron servicios de seguridad al
anterior régimen de Nicolás Maduro y contribuyen a la opresión del pueblo
venezolano”.[4] Esta
idea fue reafirmada por el Donald Trump el 30 de abril, día de la intentona
golpista de Juan Guaidó, amenazando a Cuba de reforzar el bloqueo en caso de
seguir operando en Venezuela.[5]
La
política de EE. UU. se basa en el Memorando Presidencial 5 de Seguridad
Nacional sobre el “Fortalecimiento de la Política de Estados Unidos hacia Cuba”,[6] anunciado
en junio de 2017 por el presidente Trump ante la audiencia de Miami.[7] Este
cambio en la política hacia Cuba tenía los siguientes objetivos: apuntalar
legislativamente el bloqueo y la prohibición del turismo, poner el tema de la
“opresión y los abusos a los derechos humanos” nuevamente en la agenda
bilateral, vincular los intereses de seguridad nacional y de política exterior
de EE. UU. al destino del pueblo cubano, y “empoderar” a dicho pueblo para que
logre “mayor libertad económica y política”.[8]
No
obstante, en el caso de la Ley Helms-Burton se trata de una política que, lejos
de ser bilateral, tiene un impacto en los intereses de terceros actores
económicos y políticos en la isla. Su extraterritorialidad ha sido denunciada
en reiteradas ocasiones y su aplicación constituye uno de los mayores puntos de
desacuerdo entre EE. UU. y varios de sus aliados, como Canadá o la Unión
Europea. De movilizarse los posibles demandantes, se calcula que podría haber
decenas de miles de demandas que afectarían las inversiones de empresas
europeas, canadienses o asiáticas, sumando un nuevo frente en la guerra
comercial que EE. UU. lleva a cabo contra el mundo.
Cuba y Venezuela
Uno
de los aspectos que llama la atención es el énfasis que la Administración Trump
está haciendo sobre la relación entre el recrudecimiento del bloqueo a Cuba y
la supuesta injerencia de este país en los asuntos venezolanos. La vinculación
entre Cuba y Venezuela ha sido un argumento constante por parte de las
autoridades estadounidenses. Estuvo presente en la última Estrategia de
Seguridad Nacional de EE. UU., que calificaba a Cuba y a Venezuela de “modelos autoritarios de una izquierda anacrónica que continúan fallando a su gente”.[9]Por
su parte, el entonces almirante Kurt Tidd, comandante del Comando Sur,
reforzaba el vínculo en su comparecencia ante el Senado de febrero de 2018
cuando se refería a una “relación simbiótica” entre ambos países. Sin embargo,
en los últimos meses la Administración Trump, por boca de altos funcionarios,
está asentando con mayor fuerza la idea de que el destino político y económico
de Venezuela y Cuba van de la mano. Se trataría de acabar con la Revolución
Bolivariana para, posteriormente, proceder a derrotar lo que John Bolton
definió como la “troika de la tiranía” (Venezuela, Cuba y Nicaragua). Esto
supone ir un paso más allá de lo establecido por la Estrategia de Seguridad
Nacional que proponía “aislar” a ambos países y evitar el respaldo que reciben
de China y la Federación de Rusia.[10]
Las
“voces expertas” en los medios también se han sumado para afianzar la idea de
la responsabilidad cubana en la crisis venezolana.[11] Es
ya un argumento reiterado de la oposición venezolana afirmar, sin ningún tipo
de sustento documental, que Cuba está invadiendo Venezuela con la presencia de
decenas de miles de militares que estarían comandando la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana (FANB).[12]
Desde
el Gobierno cubano se ha reiterado el respaldo a Venezuela[13] y
denunciado el bloqueo, que se recrudecerá si prosperan las demandas en las
cortes estadounidenses, inhibiendo la inversión de capital mixto de terceros
países en la isla. El impacto que la aplicación completa del Título III tendrá
en la economía cubana es todavía difícil de evaluar pero, sin duda, colaborará
a agravar las dificultades económicas de la isla señaladas por las autoridades
cubanas. A ello habrá que sumar las repercusiones indirectas de las sanciones
económicas y bloqueo financiero a Venezuela, principal socio comercial de Cuba.
Las inconsistencias en EE. UU.
El
recrudecimiento del bloqueo a Cuba se produce en un contexto de ataque frontal
a la soberanía y la democracia venezolanas. Bajo el argumento de la
“injerencia” cubana o rusa en Venezuela, EE. UU. está aprovechando para apretar
las tuercas a los países que todavía se resisten a su dominio hemisférico.
El
protagonismo que están teniendo algunos diputados, senadores y funcionarios
cubano-americanos -vinculados al lobby anti-castrista de
Miami- en la última operación golpista contra el Gobierno de Nicolás Maduro, da
idea de cómo el exilio cubano se está articulando con el exilio venezolano en
la defensa de los intereses del establishment petrolero
estadounidense. Pero los intereses del establishment petrolero
y de las élites venezolanas no son necesariamente los intereses de todo el establishment estadounidense.
Desde hace tiempo en EE. UU. existen voces provenientes de organizaciones
civiles, pero también de grupos económicos, que presionan bien para levantar el
bloqueo, bien para no dejar escapar las oportunidades de negocio con Cuba.[14]
Por
último, hay elementos que permiten entrever que EE. UU. está trasladando la
inestabilidad e impredecibilidad del Ejecutivo a las decisiones de política
exterior, como se aprecia en el reciente golpe de Estado a Venezuela, donde se
está dando una combinación de estrategia e improvisación, con distintas
visiones de cómo intervenir.[15] Probablemente
sea lo mismo para el caso de Cuba. Afirmar esto no es negar que exista una
estrategia de larga data por parte del lobby cubano-americano
y los sectores afines del establishment estadounidense
para derrocar a la Revolución Cubana. Como en el caso venezolano, lo que está
en discusión interna es la manera de hacerlo. Por el momento, los sectores
ultra parece que van ganando la partida.
[1]http://www.cubadebate.cu/temas/politica-temas/2019/04/17/en-vivo-pompeo-anuncia-plena-activacion-del-titulo-iii-de-la-helms-burton-a-partir-del-2-de-mayo/
[2]https://translations.state.gov/2019/04/03/el-secretario-de-estado-extiende-por-dos-semanas-la-suspension-del-titulo-iii-con-una-excepcion-ley-libertad/
[4]https://translations.state.gov/2019/04/24/el-departamento-de-estado-actualiza-la-lista-de-entidades-cubanas-restringidas-2/
[6]https://www.federalregister.gov/documents/2017/10/20/2017-22928/strengthening-the-policy-of-the-united-states-toward-cuba
[7]https://cu.usembassy.gov/es/discurso-del-presidente-trump-sobre-la-politica-de-estados-unidos-para-cuba/
[11]https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/carlos-alberto-montaner/article229498029.html
[13]https://twitter.com/DiazCanelB/status/1123909739333738497?s=19https://twitter.com/DiazCanelB/status/1123906626732331008?s=19
[15]https://www.washingtonpost.com/world/national-security/venezuelas-opposition-put-together-a-serious-plan-for-now-it-appears-to-have-failed/2019/05/01/7df68fe0-6c19-11e9-be3a-33217240a539_story.html?utm_term=.7f1e366d2421