Por Gustavo Luhiz
Como
en todos los años que se ha realizado el Festival Latinoamericano de Música
‘Suena Caracas’ –aunque en el año 2017 no se efectuó y la edición 2016 fue
reprogramada debido al duelo por el fallecimiento del líder de la revolución
cubana Fidel Castro Ruz– sigue generando polémica. Se trata de una actividad
cultural auspiciada por Fundarte (ente encargado de ejecutar las políticas
culturales de la Alcaldía de Caracas), que busca generar un espacio de
encuentro, recreación y variedad musical entre los habitantes de la capital
venezolana.
Trotsky,
en un artículo sobre la cultura proletaria; en el Pravda, nro. 207, escribía:
“Cualquiera
que resulten la importancia y la necesidad vital de nuestra militancia
cultural, ella aún se ubica bajo el signo de la revolución cultural y mundial.
Somos, como ayer, soldados en campaña, y es nuestro día de descanso. Hay que
preparar la lejía, cortarse el cabello, peinarse y, sobre todo, limpiar y
engrasar la bayoneta. Nuestro trabajo cultural viene a consistir únicamente en
poner un poco de orden en nuestros asuntos, entre dos combates, entre dos
campañas. Los combates más importantes aún están por venir; posiblemente,
incluso, ya están cerca. Nuestra época no es todavía la de la nueva cultura,
sino sólo su antesala”.
La música forma parte de la identidad
cultural de la humanidad. Cada pueblo tiene expresiones diversas; el problema
radica cuando la industria del entretenimiento a través de la cultura de masas,
la usa como un instrumento de control social, a la par de la degradación
progresiva de diversos géneros musicales que incentivan el consumo excesivo de
drogas, alcohol, machismo, sexismo, violencia y de más.
En
la Unión Soviética, el cine significaba una de las principales fuente de
entretenimiento qué existía, junto a las tabernas y la iglesia, era el
instrumento del cual la revolución debía apoderarse a toda costa para poder
hacer el verdadero cambio social. La cuestión de la distracción significa una
gran importancia respecto a la cultura y la educación, el deseo de distraerse,
de reírse, de contemplar espectáculos, es un deseo legítimo de la naturaleza
humana.
Ahí
viene el gran dilema ¿Revolución o circo? Hacer eventos para el entretenimiento
social, mientras que en la mayoría de las parroquias del municipio Libertador
de Caracas, capital de La República Bolivariana de Venezuela, se evidencia la
acumulación de desechos sólidos ocupando las aceras y calles, las fuertes
fallas en el alumbrado público, y altos índices delincuenciales, refleja una
contradicción para la población que habita en dicho municipio, en cuanto al uso
adecuado de los recursos. Debe haber un equilibro entre vivir bien, cubrir los
servicios básicos de la población y ejercer políticas para el entretenimiento y
la cultura.
La
edición 2018 del Festival Latinoamericano de Música “Suena Caracas”, tuvo la
peculiaridad de contar con la participación sólo de talento nacional, en
comparación a ediciones anteriores, en donde se contrataba a artistas
internacionales en su mayoría, generando un gasto excesivo para el Estado,
presupuesto que podía ser usado para la implementación de políticas y/o compra
de insumos que beneficiaran a la población venezolana. Todo este contexto
mencionado junto a la implementación de fases comunales, con la intención de
llevar a las comunas dicho festival.
El
músico y líder de la banda de rock caraqueña Los Gamberros, Sinue “El Sino”
Vargas comentó que:
“A
pesar de la situación del país, hay que mantener las políticas de abordaje
cultural. Ahora bien; el que se haga con puro talento nacional, creo que
siempre debió ser así, el abordaje comunal, siempre debió ser así […]. Pero más
allá de las críticas y la situación económica, las políticas culturales no se
deben dejar a un lado; no solo de pan vive el hombre […]. Hay mucho talento,
mucho músico pasando trabajo y que se les brinde la oportunidad de trabajo,
también es una de las tantas aristas de enfoque del Suena Caracas”.
Hay
diversos puntos de vista en torno al Suena Caracas, si se eliminan las
políticas culturales estatales, para tratar de solventar las fallas qué afectan
a la población, en cuanto a la alimentación, medicinas, transporte, aseo,
seguridad, entre otros, la población quedaría sin políticas de entretenimiento.
Habría que preguntarse bajo este contexto ¿El suena Caracas es necesario? ¿Es
una acción acertada de la Alcaldía de Caracas? Es de suma importancia seguir
impulsando la cultura, pero es innecesario el despilfarro y/o como se ha venido
llevando tales eventos, con gastos excesivos en tarimas, iluminación,
publicidad y demás. Es de suma importancia apoyar al artista popular, al
artista independiente, al artista de base, para poder llevar a cabo una verdadera
revolución cultural.
Fuente: https://luchadeclases.org.ve/?p=6878