Por: Enrique Farrugia Ovando
El
Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, ente autónomo
adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Procesos Social de Trabajo,
pasó a ser, de las instituciones del estado el peor en cuanto a gestión y al
trato con el personal.
Antes del cambio del cono monetario, es decir en la gestión de Néstor Ovalles, desde aproximadamente el año 2009 hasta el año 2018 el instituto se transformó en un ente oscuro y sombrío donde los que lo dirigían hacían, literalmente hablando, lo que les daba la gana, desde desconocer elecciones de Delegados y Delegadas de Prevención y sindicato hasta el maltrato físico, verbal y psicológico al personal y por supuesto nóminas paralelas.
Antes del cambio del cono monetario, es decir en la gestión de Néstor Ovalles, desde aproximadamente el año 2009 hasta el año 2018 el instituto se transformó en un ente oscuro y sombrío donde los que lo dirigían hacían, literalmente hablando, lo que les daba la gana, desde desconocer elecciones de Delegados y Delegadas de Prevención y sindicato hasta el maltrato físico, verbal y psicológico al personal y por supuesto nóminas paralelas.
Solo
dos cosas se le pueden reconocer a la gestión de Néstor Ovalles: una, acatar el
llamado a concurso del personal (producto de presiones de los trabajadores y
trabajadoras y donde aprovecharon para salir de algunos compañeros y
compañeras) y dos, el pago puntual de los salarios y beneficios (con algunos
altibajos producto de la ineficiencia). Acá podríamos mencionar algunas normas
técnicas, lo cual es una salida ridícula para no impulsar el reglamento total
de la Lopcymat, contrariamente lo que pretendía y pretenden impulsar es una
reforma a una ley que no aplican y dicha reforma buscan impulsarla desde el
mismo corazón de la burocracia estatal la cual ha demostrado su incapacidad
para esta tarea.
En
cuanto a la operatividad lamentablemente no podemos decir lo mismo, esa gestión
transformó este novel instituto en un ente digno del oscurantismo medieval.
Luego
del cambio del cono monetario y la eliminación de los cinco ceros, los
servidores y servidoras del Inpsasel y la clase trabajadora en general quedaron
realmente diezmadas en todos sus beneficios salariales. Tanto así, que ningún
servidor o servidora sabe cuánto gana, esto sin mencionar que todos y todas
independientemente de la experiencia, estudios y tiempo están en el nivel uno
de la tabla.
Ahora, con la nueva gestión, el futuro no promete ser diferente. Una acción que raya en lo absurdo fue la que cometieron con el pago de las evaluaciones del personal, supuestamente la nueva administración desconoce el pago de la evaluación del primer semestre del año 2018 dado que eso le correspondía a la gestión saliente (Néstor Ovalles), por lo tanto deciden no cancelar el acostumbrado bono, esto es tan absurdo que podríamos hacer un símil con Maduro y la deuda que contrajo el gobierno de Chávez con China, solo imaginen si el actual presidente le dice al gobierno chino que desconoce la deuda contraída en el gobierno de Chávez.
Ahora, con la nueva gestión, el futuro no promete ser diferente. Una acción que raya en lo absurdo fue la que cometieron con el pago de las evaluaciones del personal, supuestamente la nueva administración desconoce el pago de la evaluación del primer semestre del año 2018 dado que eso le correspondía a la gestión saliente (Néstor Ovalles), por lo tanto deciden no cancelar el acostumbrado bono, esto es tan absurdo que podríamos hacer un símil con Maduro y la deuda que contrajo el gobierno de Chávez con China, solo imaginen si el actual presidente le dice al gobierno chino que desconoce la deuda contraída en el gobierno de Chávez.
Esto
es solo una pequeña muestra. La otra podría ser el ingreso de figuras realmente
innecesarias, como coordinadores generales en las oficinas operativas,
adjuntos, personal con papel bien definido en cuanto a la vigilancia del
personal y lo que no puede faltar, la apertura de oídos a los chismes y
comentarios de pasillo.
Así
como la falta de control a los precios acordados, al precio del transporte y en
general a todos los productos de consumo, aplican lo mismo en las instituciones
del estado, la falta de control fundamentalmente por la máxima autoridad ya que
los directores, supervisores, jefes y coordinadores crean sus propias y
pequeñas parcelas dentro de las parcelas medianas bajo el control de los directores
y gerentes y la enorme parcela bajo el control del ministro o el presidente.
Lo
más inmoral para aquellos que dirigen las instituciones es que se regodean con
discursos de izquierda y permiten que sus gerentes y directores hagan lo que
les plazca con los trabajadores, desde despedirlos, calificarlos ante la
inspectoría, acosarlos y aplicar psico terror hasta amedrentarlos con la
policía.
Esto
se ha vuelto costumbre en la administración pública y en la empresa privada con
la venia de las instituciones.
Donde
la clase se organiza o pretende organizarse es atacada de manera despiadada,
bajo amenaza estos compañeros y compañeras se amilanan, igual ocurre con la
masa trabajadora en general, los que pretenden opinar, proponer, aportar son
ignorados, imponiendo lo que dice el “jefe” o con la prepotencia que se
adquiere cual virus infeccioso cuando llegas a un cargo de mediana o alta
jerarquía. Lo más impresionante es que algunos trabajadores y trabajadoras se
prestan para esto, aspirando al cargo que su compañero o compañera de trabajo a
alcanzado o simplemente para estar en gracia con el jefe de turno.
En
resumidas cuentas, la administración pública se ha transformado en un antro de
corruptos (entendiendo la corrupción no solo como el hecho de la apropiación
indebida del erario público) sino del amiguismo y nepotismo, mientras la clase
trabajadora pelea entre ella para tratar de mantener su puesto de trabajo.
Esto
es el resultado de un movimiento sindical nefasto que juega a la caza de
puestos en el gobierno para garantizar privilegios perecederos, caso concreto
los dirigentes del PSUV o de la CBST, organizaciones que dejaron de ser
independientes y autónomas, si algún día lo fueron. De esta manera se nos va la
vida en la administración pública, entre algunos (muy pocos) que reclaman sus
derechos de manera decidida y la gran mayoría que emula actitudes nocivas que
apuntan al fortalecimiento de la división debilitando aún más la necesaria
unidad inexistente hoy en día.
Debemos
rescatar los principios que otrora se manejaban en el Inpsasel, la unidad, el
respeto y la lucha por los derechos de toda la clase trabajadora, aplicando las
medidas que fija la ley, de lo contrario esta institución desaparecerá o se
transformará en un apéndice del estado para negociar, cosa que ya viene
ocurriendo.
El Inpsasel es del pueblo trabajador y a él se debe y los servidores y servidoras debemos impulsar esto de manera decidida, sin temor y sin ambages y buscando el apoyo del movimiento sindical clasista, revolucionario y socialista y de los Delegados y Delegadas de Prevención.
El Inpsasel es del pueblo trabajador y a él se debe y los servidores y servidoras debemos impulsar esto de manera decidida, sin temor y sin ambages y buscando el apoyo del movimiento sindical clasista, revolucionario y socialista y de los Delegados y Delegadas de Prevención.