“Ya hicimos un mapa del mundo. Ahora,
hagamos un mapa de la salud humana”
Alphabet Inc
Por Alfredo Moreno
En el sector Salud existen
numerosas fuentes de datos heterogéneas que arrojan una gran cantidad de
información relacionada con los pacientes, las enfermedades y los centros
sanitarios.
Se pueden obtener datos sobre
salud de historias clínicas electrónicas, dispositivos de telemedicina, pruebas
clínicas y los dispositivos catalogados como wearables. Esto últimos, hacen
referencia a un conjunto de aparatos y dispositivos electrónicos que se
incorporan en alguna parte de nuestro cuerpo interactuando de forma continua
con la persona, y con otros dispositivos, con la finalidad de realizar alguna
función de captura de datos.
Relojes inteligentes o
smartwatchs, zapatillas de deportes con GPS incorporado y pulseras que
controlan nuestro estado de salud son algunos de los dispositivos TICs que se
halla poco a poco más presente en los entornos de Salud. Aportan el valor
agregado de registrar, almacenar y transmitir los datos epidemiológicos, los
nutricionales y los genómicos, más relacionados con lo que se conoce como Real
World Data (RWD) y ser un asistente para la medicina personalizada.
Analizar esa información es
tarea de las plataformas de ciencia de datos para los gestores de los centros
sanitarios y las políticas públicas en Salud.
La aplicación de técnicas de
Big Data permite inferir una capa de inteligencia, en la que resulta de
especial relevancia la aplicación de modelos predictivos que ayuden a
anticiparse a las necesidades sanitarias y que ofrezcan una atención médica más
oportuna en la gestión clínica para predecir cómo utilizar los recursos
sanitarios de forma optimizada: frecuencia de asistencia a consultas médicas,
ingresos en el hospital, etc. como el tratamiento y la atención al paciente
como soporte en la función de medicina personalizada.
La analítica de datos
promovida por los tecnocientistas del Sillicon Valley (SV), como Ciencia de
Datos, está sostenida por la base conceptual de la matemática operativa cuyos
modelos predictivos, cualitativos y cuantitativos datan de 1950-1960 cuando los
Estadísticos manipulaban conjuntos discretos de datos para aplicar estos
algoritmos.
¿Entonces, que es lo nuevo?
presentado como Big Data; es la capacidad de inyectar grandes volúmenes de
datos por todos los canales de la red Internet, la enorme capacidad de
almacenamiento medida en Petabytes (unidad de almacenamiento de información
equivalente a 1015 bytes = 1 000 000 000 000 000 de bytes) y la velocidad
desarrollada por los microprocesadores que reducen el tiempo de espera de
resultados a la inmediatez. Finalmente, la ciencia de datos realiza el
tratamiento mediante la aplicación de los modelos predictivos mencionados.
Un
solo objetivo: los datos personales de salud
Los GAFAM (Google/Alphabet,
Amazon, Facebook, Apple y Microsoft) conocidos como “Los dueños de Internet”
también se perfilan como los dueños del Big Data para el sector de Salud.
El modelo de negocios, como
siempre, es acelerar el proceso de modernización de esta industria mediante la
digitalización de sus procesos y servicios, posibilitando la aplicación de
ciencia de datos orientada a mercantilizar los servicios y la gestión de la
Salud. Modelo Sillicon Valey.
El análisis de los datos,
cada vez más sofisticado y caudaloso, requiere de herramientas basadas en
software para trabajar el Big Data de Salud.
Corporaciones como Alphabet,
Microsoft o Amazon disponen de varios tableros y territorios digitales que les
permiten concentrar y analizar conjuntos de datos por especialidad médica de
modo de construir una cartografía digital humana.
Tanto Alphabet (Google)
como Microsoft cuentan con una infraestructura de almacenamiento y una
capacidad analítica global para los servicios del Big Data sanitario. Vetily es
la organización de investigación de Alphabet Inc. dedicada al estudio de las
ciencias de la vida. Está desarrollando investigaciones en sistemas de
biología, nanotecnología e ingeniería de sistemas biomédicos, con aplicaciones
potenciales para inmuno-oncología y otras áreas. Integran capacidades
experimentales con la biología computacional para respaldar la generación y el
análisis de datos en nuestros programas clínicos. Microsoft, por su parte, ha
pretendido acercar su Surface a los profesionales de la salud.
Apple también juega en la
misma dirección. Sus dispositivos cuentan con múltiples posibilidades, ya sea
mediante aplicaciones o complementos, para obtener datos relevantes para el
monitoreo de la salud personal. Amazon tiene un importante arsenal de herramientas
de analítica de datos, su prioridad es Alexa. El asistente de inteligencia
artificial para profesional y pacientes hospitales. Además, la multinacional
con su plataforma de comercio y distribución comienza a operar cadenas de
productos y bienes médicos.
El proyecto Baseline de la
división científica de Alphabet, analizará la genética, el estilo de vida y
otros factores que influyen en la salud. Con el apoyo de las universidades de
Stanford y Duke trabajaran y de un conjunto de voluntarios de 10 mil personas
para producir mediante ciencia de datos, un catálogo de las enfermedades con el
tarifario correspondiente a los tratamientos.
La captura de datos se
realiza mediante dispositivos y análisis clínicos. Los primeros, los integran
el reloj pulsera que supervisa factores como el ritmo cardíaco y el nivel de
actividad en forma pasiva. Un sensor que supervisa los hábitos de sueño en
forma pasiva. Se suma un pequeño dispositivo central que sirve para cargar los
otros dispositivos y enviar sus datos de manera confidencial a una base de
datos segura y encriptada propiedad de Alphabet.
El
médico del mes...
La economía de plataformas y
las redes sociales son uno de los motores de los cambios de las relaciones
laborales de los profesionales de la salud y las nuevas relaciones médico
paciente. En línea 7 días por 24 hs. disponibles para la consulta vía chat de
WhatsApp, para el diagnóstico por imagen por el mismo canal de red, plenario de
la comunidad donde sus integrantes califican a profesionales y pacientes.
Similar a Uber, Airbnb;
las plataformas digitales del sector Salud como Top Doctors con una App
para celular permite utilizar los servicios profesionales ofrecidos.
Unos de los impactos fuertes
es que los consumidores/ciudadanos de la comunidad califican, al estrilo Mercado Libre,
a los profesionales para el Top Doctor Awards 2018.
"Sin un sistema que haga de intermediario, tanto los correos electrónicos
como la mensajería se llenan de información que la gente comparte sin pudor
pero que pueden ser usados por fuentes anónimas con distintos fines”. Los CEOs
de estas empresas de salud están convencidos de que su plataforma sirve para
"dar poder al paciente; que tenga toda la información necesaria para poder
elegir al médico que mejor sepa de sus síntomas y entre en conexión con él de
forma segura. Estamos viviendo la revolución digital de la medicina, el
paciente 4.0 gestiona o quiere gestionar su salud de forma activa".
Doctoralia, la plataforma en Argentina con 108.000
profesionales, 11.000 centros de atención y más de 2 millones de
usuario/ciudadanos en red da una muestra de un servicio tipo global en más de
19 países con una comunidad que asciende a 3,5 millones de centros médicos y
profesionales y 120 millones de usuarios. La competencia de estas plataformas
es quedar como única en el mercado para el sector salud; el modelo Uber o
Airbnb.
EL Dr.
Google atiende a más del 70 por ciento de los 30 millones ciudadanos que
habitan Internet en Argentina.
El mercado de la Salud esta
medido por el capitalismo financiero mediante la inserción de las Tecnologías
de Informática y Comunicaciones; bajo la concepción de extraer máximas
ganancias mayor concentración en los servicios para capitalización de los datos
como nuevo valor de la minería promueven la racionalidad del modelo
emprendedor. La celeridad del desarrollo tecnológico científico estimulado por
esta concepción, está reconfigurando ámbitos de práctica profesional y supuesto
empoderamiento de los usuarios/ciudadanos accediendo a información de dudosa interpretación.
Más temprano que tarde, deberíamos preguntarnos el rol del Estado.
En las últimas décadas, se ha
visto que la salud es un área donde el capitalismo obtiene cada vez más
beneficios, que hoy igualan o superan a sectores tradicionales como la energía.
Puede fecharse esta nueva tendencia en el documento del Banco Mundial “Invertir
en Salud” (1993), que parte de la premisa de que el máximo beneficio económico
capitalista, coexistiendo con un Estado que lo regule lo menos posible, es
automáticamente compatible con la máxima eficiencia sanitaria.
En Argentina, el modelo
neoliberal del gobierno de Cambiemos ha creado las condiciones de colonización
de los servicios en Salud en todo su contexto y territorio. El aspecto
simbólico que representa la eliminación del Ministerio de Salud, así como el de
Trabajo y el de Ciencia y Tecnología desnuda el valor que el gobierno actual
asigna a estas áreas, reconocidas en la Constitución Nacional como Derechos
Humanos. Esta medida, presentada como una política de austeridad aniquila el
poder y las capacidades de decisión del órgano rector de la política sanitaria
nacional y lo subordina a las recomendaciones del FMI quienes promueven el
modelo GAFAM para el sector de Salud.
La elección de políticas de
austeridad tiene un trasfondo profundamente ideológico. No hay ningún tipo de
evidencia empírica que demuestre la efectividad de estas medidas, menos aún en
función de los costos que los pueblos deben pagar durante su implementación. La
idea de supremacía del mercado y de los mecanismos meritocráticos, que
justifican las desigualdades, no dialogan en ninguna instancia con la de
derechos humanos, democracia, solidaridad y justicia social. O sea, no hay
políticas de ajuste con reales intenciones de beneficiar a las mayorías, sino
una eterna promesa que nunca se cumple efectivamente. La Imposibilidad de que
la salud sea un derecho, de que el Estado pueda ser el principal promotor de la
salud en el país, de que los trabajadores tengan una referencia para su labor
cotidiana, de que haya un actor con fuerza suficiente para imponer controles al
mercado evitando la estricta mercantilización de la salud.
La mayoría de los
usuarios/ciudadanos internautas estamos sujetos al poder de algoritmos como el PageRank de
Google (que clasifica los resultados de nuestras búsquedas) o el EdgeRank de
Facebook (que automáticamente decide en qué orden recibimos las novedades en
nuestro muro de noticias), Appinions software para
medir opiniones, gustos y alimentar el marketing digital, entre otros
algoritmos que modulan nuestra relación con los datos y con los dispositivos
digitales.
El filósofo italiano, Franco
“Bifo” Berardi en su libro Fenomenología del fin, sensibilidad y
mutación conectiva sostiene: “La red global de automatismos
algorítmicos que ha penetrado en la esfera del capitalismo financiero es un
intento por cartografiar y someter el general intellect. Puede que este intento
tenga éxito, en la medida en que aquel pueda ser reducido a un sistema de
funciones operativas, implicaciones lógicas e interacciones tecnológicas. Por
el contrario, puede que no tenga éxito, ya que el general intellect posee un
cuerpo, que es el cuerpo de incontables trabajadores cognitivos que viven bajo
condiciones de precariedad salarial, competencia estresante, explotación e
hiperestimulación nerviosa. Aquí reside el punto débil de la matrix, aquí se
halla la única salida del proceso de dominación total del cerebro social, del
neurototalitarismo que se percibe hoy en día como una fatal e inminente
posibilidad”.
Los ciudadanos somos la
“inteligencia colectiva”, somos el motor de producción de conocimiento y
sensibilidad condiciones enajenables para poner en cuestión el modelo por ahora
triunfador del tecno capitalismo; cuidar nuestra Salud es ocuparnos de no ser
sometidos a la “anestesia total”.
En
agradecimiento a Mirta Zelcer licenciada en Sicología por haberme presentado a
“Bifo”.
Alfredo
Moreno
Computador
Científico. Delegado FOETRA ARSAT. Profesor TICs UNM