Por Tamara Lajtman
Ecuador
era la pieza del sur del continente americano que faltaba para que Estados
Unidos (EE. UU.) alcanzara el control de los países con costas al Pacífico, de
importancia geopolítica fundamental en un contexto de tensas disputas
económicas con China y la preocupación por el incremento de las inversiones de
este país en la región, reiterada en distintos documentos estratégicos de EE.
UU.[1]
El
gobierno de Lenín Moreno se viene posicionando como aliado del país del norte
en la región a partir de un acercamiento que se materializa, fundamentalmente,
en el plano económico y de seguridad. Según Todd Chapman, embajador de EE. UU.
en Ecuador, “estamos en un momento propicio para avanzar en temas políticos,
económicos, militares y de seguridad (…) Ecuador está abierto a avanzar” en
algunos temas de interés nacional que por mucho tiempo estuvieron pendientes
por razones ideológicas[2] (es
decir, discrepancias con el Gobierno de Rafael Correa).
Los intereses comerciales y las inversiones de
EE. UU.
EE.
UU. es el principal socio comercial de Ecuador, tanto en lo que se refiere a la
balanza comercial petrolera como en la no petrolera. En 2017 alrededor del 32%
de las exportaciones tuvieron a EE. UU. como destino, mientras que el 20% de
las importaciones fueron de origen estadounidense. Según cifras del Banco
Central del Ecuador, las exportaciones mayoritarias son de combustibles
primarios (56,6% del total de exportaciones) y productos alimentarios primarios
(20,2%); mientras que las importaciones se componen principalmente por
combustibles elaborados (43,7%), productos químicos y farmacéuticos
semielaborados (10,5%) y maquinaria industrial (5,4%).[3]
En el período 2004-2006, se
empezó a negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) que no prosperó por el
fuerte rechazo popular, y fue retirado de la agenda del Gobierno de Rafael
Correa.
En
abril de este año, una misión de la Oficina de Comercio de EE. UU. llegó a
Ecuador para mantener conversaciones con el objetivo de coadyuvar en la
presentación de una propuesta formal de Ecuador para negociar un acuerdo
comercial. Durante la visita del vicepresidente estadounidense Mike Pence, en
junio, se ratificó el interés por el acuerdo[4] y
a mediados de noviembre se establecieron diálogos entre los representantes de
ambas naciones en el marco del Consejo de Comercio e Inversiones –principal
foro de diálogo entre Ecuador y Estados Unidos– para avanzar en las
negociaciones y trabajar en iniciativas que permitan ampliar el flujo de
comercio bilateral e inversiones.[5]
Como
candidato, Lenín Moreno ya demostraba interés en estrechar las relaciones
comerciales con el país norteamericano, por ello en 2016 participó de un
encuentro con miembros del Americas Society/Council of the Americas (AS/COA)
que agrupa a representantes de empresas como Schlumberger, ExxonMobil, Chevron,
Goldman Sachs, Boeing, Cargill, General Motors, Barrick Gold, Bloomberg, entre
otras gigantes.[6] En
esta ocasión, expuso las oportunidades para los negocios en el país andino
ratificando que, de alcanzar la presidencia, profundizaría las relaciones
comerciales e inversiones con EE. UU., perjudicadas en el Gobierno anterior.[7]
Como
“lo prometido es deuda”, en mayo de este año se realizó la primera conferencia
de AS/COA en Quito -después de 10 años que no se celebraba- en la que Moreno
habló sobre la transformación en su país y los enfoques principales de su
Gobierno, incluyendo la apertura de la economía ecuatoriana al mundo y a socios
principales como los EE. UU.[8] En
setiembre volvió a participar de un evento privado de AS/COA en Nueva York.[9]
Los
beneficios a las transnacionales por sobre el Estado y sus ciudadanos es
evidente en el caso del juicio contra Chevron (miembro de AS/COA), una de las
banderas de soberanía del Gobierno de la Revolución Ciudadana. En 2011 la
petrolera fue condenada por la justicia de Ecuador a pagar 9.500 millones de
dólares por daños ambientales, principalmente a las fuentes de agua, en la
región de Lago Agrio (noreste del país). El 7 de setiembre el Tribunal Arbitral
de La Haya emitió un fallo a favor de Chevron, determinando que la sentencia en
su contra “fue obtenida a través de fraude, sobornos y corrupción”.[10] Según
el exministro coordinador de Talento Humano, Andrés Aráuz, el fallo fue posible
gracias a cambios en la Ley de Fomento Productivo que fue pedido por la
trasnacional al ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, y al embajador de
EE. UU. en Ecuador, Todd Chapman, durante encuentro en Nueva York en julio.[11]
En este escenario, vale
recordar que Ecuador es miembro de la OPEP y en 2016 se han descubierto nuevas
reservas de petróleo que representan 750 millones adicionales de barriles en el
bloque denominado ITT, ubicado a 10 kilómetros al sureste de la capital, en una
zona de enorme biodiversidad de la Amazonia ecuatoriana.
Las claves geopolíticas del acercamiento a EE.
UU.
El
secuestro y asesinato de los periodistas ecuatorianos Javier Ortega, Paúl Rivas
y Efraín Segarra en la frontera norte del país en abril, a manos de un grupo
colombiano, fue utilizado como excusa para impulsar cambios en la política
exterior de Rafael Correa. En este marco, se han reanudado las operaciones
militares de la Agencia Antidrogas (DEA), el FBI y otras agencias
estadounidenses, siendo Ecuador un país de tránsito e incluso refinamiento de
cocaína de pasta base proveniente de Colombia, pero donde no existen cultivos
significativos.[12] El
objetivo es que Ecuador tenga la capacidad necesaria para enfrentar al
narcotráfico con la ayuda, cooperación y colaboración de EE. UU.[13] Es
decir, que se ajuste de lleno a los lineamientos de la guerra contra las drogas
(una guerra a todas luces fallida) librada desde finales de los ’80 por el país
del Norte.
En
efecto, en medio de la escalada de tensión en la frontera colombo-ecuatoriana,
Ecuador y EE. UU. firmaron un acuerdo para la lucha conjunta contra el crimen
organizado transnacional y el tráfico de drogas que incluyó un memorando de
entendimiento con la DEA y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de
Estados Unidos (ICE), además de establecer la creación de la Unidad
Investigativa Criminal Transnacional (TCIU) dentro de la Policía Nacional.[14] Como
parte del programa de Asistencia Antiterrorista del Departamento de Estado, en
mayo se realizó la donación de equipos para la extracción de información por un
valor de 87.000 dólares. [15]
Esta
creciente presencia estadounidense se materializó en la apertura de una Oficina
de Cooperación de Seguridad (OCS), que pertenece a la Agencia de Asistencia de
Seguridad de Defensa de EE. UU. con la función de promover programas formales
como Ventas y Financiamiento militar al extranjero, Educación y Capacitación
Militar Internacional, Asistencia Humanitaria, Ejercicios Conjuntos,
Intercambios de Expertos y Actividades de preparación para desastres.[16] Al
anunciar la creación de la OCS, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín,
anticipó la creación del Consejo de Inteligencia Estratégica (CIES) en
reemplazo de la Secretaría Nacional de Inteligencia (SENAIN), creada en 2009
por Rafael Correa.[17] Como
corolario, Lenín Moreno reestructuró por decreto el sector de seguridad.[18]
Otro
hecho fundamental es que Ecuador volvió a participar en el Ejercicio
Multinacional de Maniobras Militares (UNITAS), organizado por EE. UU., así como
en otros ejercicios similares realizados en la región, como Rimpac, en Hawai, y
Panamax, en Panamá. Asimismo, bajo la bandera de las “labores humanitarias” el
Operativo del buque hospital USNS Comfort ancló
en Esmeraldas, en la costa ecuatoriana, en octubre. Como parte de la iniciativa Enduring Promise del Comando
Sur de los EE. UU., la misión de 11 semanas ha trabajado con socios
gubernamentales y de salud en Ecuador, Perú, Colombia y Honduras. El equipo
médico embarcado brindó atención a bordo y en tierra, “ayudando a aliviar la
presión sobre los sistemas médicos nacionales, en parte debido a un aumento en
los migrantes transfronterizos”[19] (léase:
venezolanos llegados a Ecuador).
Durante
visita al país andino, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, instó al
Gobierno de Lenin Moreno a tomar acciones para aislar a Venezuela con el fin de
que ese país “recupere la libertad”. En este contexto es fundamental recordar
que los flujos migratorios han sido objeto de tensión entre Quito y Caracas, resultando
en la expulsión de la embajadora venezolana en Ecuador.[20] Según
la Embajada estadounidense, EE. UU. proporcionará 8,6 millones de dólares en
fondos para que organizaciones internacionales y ONG contribuyan a los
esfuerzos del Gobierno ecuatoriano por satisfacer las necesidades humanitarias
de los migrantes venezolanos en situación de vulnerabilidad.[21]
¿Del acercamiento a la subordinación?
Un
cable filtrado por Wikileaks revela los detalles de la reunión entre el
embajador estadounidense y el entonces vicepresidente Lenín Moreno, detallando
que “Moreno nos impresionó como socio útil y potencial defensor de muchos de
nuestros programas de asistencia para el desarrollo”.[22] Julian
Assange (fundador de Wikileaks) ha sido criminalizado y declarado una amenaza
para la seguridad de EE. UU. desde el Gobierno de Obama[23] -ratificado
por Trump-[24] y
es una herencia incómoda del Gobierno de Correa que, desafiando la presión de
las potencias mundiales, otorgó en 2012 asilo al ciberactivista en la Embajada
de Ecuador en Londres.
Moreno
ha manifestado en diversas ocasiones su desacuerdo en mantener el asilo. Como
medidas de presión, se le exigió a Assange que firmara un documento donde se
comprometía a no hacer pronunciamientos sobre asuntos de política interna de
otros países y se le impuso un protocolo de “reglas de convivencia” -atentando
a sus derechos básicos y libertad de expresión, incluyendo la restricción a
llamadas telefónicas y acceso a internet-. Una carta abierta enviada en octubre
por congresistas estadounidenses al presidente ecuatoriano condicionaba el
avance de asuntos cruciales –desde la cooperación económica hasta la asistencia
antinarcóticos y el posible regreso de una misión de USAID al país– a la
resolución de la situación de Assange.[25] Hace
pocos días Moreno declaró que “está hecho el camino” para que Assange decida
abandonar la Embajada.[26] El
rumbo que ha tomado este caso muestra la trayectoria del Gobierno de Lenín: de
un acercamiento inicial, ha pasado a un apego prácticamente total a los
posicionamientos políticos, económicos y de seguridad de EE. UU.
[1] https://www.celag.org/america-latina-bajo-amenaza-escenarios-y-operaciones-militares-de-ee-uu-en-la-region/
[4] https://www.eluniverso.com/noticias/2018/06/28/nota/6833564/ecuador-ratifica-interes-acuerdo-comercial-estados-unidos-tras
[8] https://www.as-coa.org/watchlisten/ecuadorascoa-video-presidente-len%C3%ADn-moreno-habla-sobre-la-transformaci%C3%B3n-y-la-apertura
[11] http://www.lanacion.com.ec/lenin-moreno-se-reunio-grupo-lobby-patrocinado-chevron-desde-noviembre-2016-denuncia-andres-arauz/
[13] https://radiohuancavilca.com.ec/politica/2018/03/04/thomas-shannon-no-creo-estados-unidos-necesite-una-base-militar-ecuador/
[14] https://actualidad.rt.com/actualidad/269648-ecuador-eeuu-acuerdo-crimen-organizado-trasnacional
[16] https://www.telesurtv.net/opinion/base-manta-renovada-presencia-militar-estados-unidos-ecuador-20180901-0017.html
[19] http://www.southcom.mil/MEDIA/NEWS-ARTICLES/Article/1667970/usns-comfort-begins-medical-site-set-up-in-ecuador/
[24] https://www.theglobeandmail.com/news/world/wikileaks-a-hostile-intelligence-service-and-threat-to-us-security-cia-director/article34706829/
[25] https://democrats-foreignaffairs.house.gov/_cache/files/a/8/a8a63343-fba7-4ea6-8090-5fb3d9f5d3de/7B8CEDB7545C8C99DEDB0AC0931C9873.10-16-2018-letter-from-engel-ros-lehtinen-to-president-of-ecuador.pdf