En todos
los ámbitos de la vida somos propensos a atravesar por situaciones de
estrés, y en estos tiempos de precarización laboral, de desigualdad, de
pandemias producto de un sistema incapaz, suelen suceder eventos que se nos escapan
de las manos, en especial en el trabajo, pues es el lugar donde más
responsabilidades debes asumir, y donde estás bajo una rígida
supervisión que te exige hacer las cosas bien, sin caer en los errores.
Y aunque
parezca algo normal y sin importancia, puede ser una de las principales
razones por las que comenzamos a sentir algunos malestares en nuestra salud,
tanto a nivel físico como a nivel psicológico. Estas son las consecuencias
de sufrir de estrés en el trabajo.
Dificultad
para concentrarte
Por lo
general, cuando estamos activos y disponemos de un óptimo nivel de
energía, la concentración funciona perfectamente pues nos mantenemos en un
estado focalizado. Sin embargo, cuando sufrimos episodios de estrés, nuestro
nivel de cansancio aumenta y por ende nuestra mente tendrá muchas
dificultades para enfocarse en determinad tarea.
Alteraciones
dermatológicas
Nuestra
piel también refleja nuestro estado de ánimo, y si tenemos estrés laboral vamos
a comenzar a notar algunos problemas cutáneos que no serán de nuestro agrado,
como las manchas, la picazón, o incluso podemos presentar caída del
cabello.
Ansiedad
o depresión
Las ideas
que pueden surgir en una persona con estrés influyen en la posibilidad de
entrar en un estado de nervios y depresión. Además, cuando nos sientes agobiados
por una gran cantidad de tareas encomendadas, las cuales creemos que no seremos
capaces de cumplir, entramos en etapas de ansiedad, que
son provocadas por la sobreactivación del sistema nervioso.
Problemas
musculares y en los huesos
Calambres,
lesiones, dolores crónicos o patologías como la artritis y algunos tics
nerviosos, también son algunas alteraciones corporales que se pueden
presentar como consecuencia del estrés.
Problemas
con el sueño
Con el
estrés, nuestro organismo puede estar más activo de lo normal, y esto hará
que suframos alteraciones en el ritmo cardiaco, quien a su vez no podrá regular
como siempre las horas de sueño. De hecho, es probable que nos seamos capaces
de relajarnos, razón por la cual podemos dormir, pero no llegar a descansar lo
necesario.
Dificultades
en la función digestiva
El
sistema digestivo suele ser muy sensible a las alteraciones en la salud
mental, por lo que podemos llegar a presentar síntomas de diarrea,
gastroenteritis, estreñimiento y úlceras.
Problemas
en la intimidad
Parece
difícil de creer, pero el estrés también puede afectar nuestras relaciones
de pareja. Para llevar a cabo este acto de intimidad, el cuerpo debe
encontrarse en un estado de equilibrio entre calma y energía. Algunos de los
problemas más comunes son la disfunción eréctil, la eyaculación precoz y
la disminución del deseo.