Por Nechi Dorado
Somos testigos involuntarios, en los últimos meses, de una
situación inédita que no deja de ser preocupante, tanto como sospechosa.
La irrupción en el teatro de operaciones global de una pandemia nos
dejó perplejos, dada la gravedad que le atribuyen, pero a la vez nos llena de
interrogantes si nos apoyamos en la intencionalidad que históricamente manejan
las grandes usinas de la información al servicio de los EEUU.
La mutación del virus ya existente desde hace muchos años, conocido
como coronavirus, presente en muchos casos de influenza o gripe y generador de
la enfermedad que denominan covid-19, está poniendo en jaque al mundo
trayendo consigo:
· Preocupación
· Miedo
· Terror
· Paranoia
· Inquietud
· Fuertes interrogantes
La ciudad de Wuhan, en China fue el centro de residencia inicial
del virus, produciendo miles de infectados y muertos, presentando un
pronóstico terrible sobre las personas de más de 65 años o en quienes padecen
insuficiencias inmunológicas. La rapidez en el accionar de los chinos logró que
la plaga, allí, esté contenida, “avalando” esta realidad la OMS al decir que el
gobierno actúo con celeridad logrando contener el virus.
Dicho organismo de las Naciones Unidas, fundado en 1948, explica
que “los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar
enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que
varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el
resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de
Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)”*
Inmediatamente conocido el surgimiento de esta nueva enfermedad,
las agencias noticiosas del sistema imperante, comenzaron un bombardeo
permanente las 24 horas de cada día dando a entender, solapadamente, que
estamos al borde del fin de la humanidad; mencionando el avance de galgo en
carrera, del tremendo virus que alcanzó una notoriedad nunca antes vista.
Lo que con anterioridad a Wuhan tuviera presencia mundial año
tras año, pasó a tener el estatus de jinete del apocalipsis. Las “trumpetas” fueron mucho
más de siete y comenzaron su melodía paranoiqueando a los pueblos que se
abalanzaron en masa a comprar jabones antisépticos, alcohol gel, lavandina
–legía- antisépticos líquidos, en aerosol y en cualquier tipo de presentación
comercial; papel higiénico y comida no perecedera.
Surge la pandemia en medio de una tremenda crisis capitalista,
“causalmente” cayendo con mas fuerza sobre las personas que representan un
problema grave para el FMI, según informe publicado en 2012 sobre las
«Perspectivas de la Economía Mundial», donde explicitaron que “los países
deberían tomar medidas mucho más profundas para reducir el crecimiento de los
gastos relacionados con el envejecimiento de la población”**
Frase adjudicada –aunque no comprobada, pero…- a Christine
Madeleine Odette Lagarde, quien fuera directora gerente del organismo desde el
5 de julio de 2011 hasta el 16 de julio de 2019, actualmente presidenta del
Banco Central Europeo y considerada por The Financial Times como una de las
mejores ministras de finanzas de la eurozona.
Surge la pandemia extendiéndose al corazón de naciones donde el
sistema de salud colapsó arrastrado por políticas neoliberales. Se apuntó a la
privatización de todo lo público y ese todo ahora hace agua, como muchos
advirtiéramos.
El mundo está preocupado y no es para menos, estamos presenciando
como se cierran fronteras, calles desiertas, fuerzas de seguridad monitoreando
que nadie transite. Escuelas cerradas, mundo en cuarentena. Muertos. Acción
psicológica disparada como para romper cerebros.
Se paralizan las economías, las empresas siguen despidiendo
trabajadores, el mundo se encierra en un caparazón del que es imposible
que se salga ileso cuando todo esto termine.
En medio de semejante marasmo de noticias aterradoras, de futuro
incierto, Estados Unidos comenzó el despliegue de 20 mil soldados en Europa
para el mayor ejercicio militar de la OTAN de los últimos 25 años.
“Defender-Europe 20” tendrá lugar entre abril y junio, principalmente en
Alemania, Polonia y los países bálticos. Participarán en total unos 37.000
soldados de 18 países. Pueden transitar, no hay virus que los detengan. Tampoco
temor al contagio, son inmunes.
El caricaturesco Jefe de gobierno de la ciudad de Buenos
Aires, Horacio A. Rodríguez Larreta, salió a sondear en una encuesta que
traspasa los muros de la vergüenza, preguntándole a gente que vive en la calle,
marginada, pauperizada, sin pan y con mucha hambre, ¡si en los últimos meses
viajaron a China o a Japón!
¿Humor negro, diríamos? ¡NO, cinismo extremo!
¿Qué pasará una vez que cese esta tremenda angustia? ¿Cómo y quién
evaluará el daño psicológico de los sobrevivientes cuando el virus se
repliegue?
¿Cuál será el paso a seguir para mantener el statu quo establecido
entre gallos y madrugadas?
¿Estaremos en los albores de una Tercera Guerra Mundial, donde las
balas serán reemplazadas por virus o bacterias?
¿Estaremos siendo parte de un ensayo de disciplinamiento social?
Todos en casa; relaciones humanas a través de aparatos tecnológicos; un mundo
sin besos ni abrazos; aislamiento; solidaridad aniquilada; no te arrimes a
nadie; no te juntes; no movilices aunque te estén matando de a poco. Psicopatía
en aumento. Horror.
Sea lo que fuere, vaya uno a saber, o imaginemos… el mundo está en
vilo, seguramente próximo a ingresar a un Nuevo Orden Mundial si es que ya no
entramos. Es muy terrible todo esto, no quiero imaginarme cuál ser el desenlace
si sobrevivo a este pánico.
¿Bajo cuántas llaves está guardado el secreto sobre lo que
realmente cayó con fuerza de meteorito impactando en un orbe manipulado al
extremo desde hace tantos años?
Si hubo y hay tantas muertes por otras enfermedades que poco se
mencionaron ¿por qué el covid-19 rompió tanto el tejido social mundial? ¿No
suena extraño o será simple teoría conspiparanoica?
De momento estamos “guardados” para no contaminarnos ni contaminar,
mucho más siendo parte de la franja etaria en riesgo. Tal vez “por el exceso de
tiempo libre” uno divaga y lo hace gracias a la “contribución” de tanta
información y a la realidad pre-viral que veníamos padeciendo todos los pueblos del
mundo a partir de la globalización.
Abrieron las puertas al mundo distópico, no habrá salida. Ya nunca más
será lo que fue, no hay vuelta atrás, estoy segura.
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***El gobierno porteño les pregunta a las personas en situación de calle si viajaron a China o Japón