Reproducimos el video de la enfermera Emily Márquez, trabajadora del hospital General Guatire-
Guarenas quien denuncia las catastróficas condiciones del sistema de salud pública, lo cual ha puesto
en riesgo su salud y la de sus compañeros de trabajo, ¿quién cuida a las que cuidan de la salud de la
La Izquierda Diario Venezuela
Son los trabajadores de la salud los verdaderos héroes de la pandemia. El Estado pretende que sean ellos los que carguen con el costo de la emergencia, con las consecuencias de un sistema sanitario absolutamente desfinanciado tras años de catástrofe social. Con salarios de miseria, sin insumos elementales de bioseguridad, amedrentados por las autoridades, realizan un trabajo de alto riesgo.
En un video ampliamente difundido en redes sociales, la enfermera Emily Márquez denuncia duramente las precarias condiciones de trabajo a las que están expuestas ella y sus compañeros de trabajo.
“Comencé febril hasta hace rato. La dificultad respiratoria ha aumentado.” Relata refiriéndose a sí misma, sospechosa de contagio por Covid-19.
“4 enfermeros de la institución y una doctora en aislamiento, un caso positivo que es nuestro colega. Los demás estamos sospechosos” ¡Cinco trabajadores de la salud expuestos al virus! Una situación completamente evitable si los centros de salud se encontraran equipados y en condiciones mínimas, una exigencia por la que los trabajadores de la salud vienen peleando desde 2018.
“No sabemos todavía si estamos contagiados o no, los resultados de la prueba que se extrajeron el día lunes todavía no han llegado y ya estamos presentando una sintomatología distinta a con la que llegamos.”
“Nos mandan a hacer rayos X y exámenes de laboratorio por nuestra propia cuenta. No contamos con los recursos. Como personal de salud nuestros sueldos son 400.000 bolívares.” Así el personal sanitario es dejado a su suerte, forzado a costear pruebas urgentes que en un laboratorio privado superan los Bs. 500 mil, superando el sueldo mensual de una enfermera.
Otro trabajador presenta síntomas graves de cianosis. “Nuestro compañero se está complicando… Se le están colocando los dedos morados y solo se le han colocado nebulizaciones, más nada. ¿Qué vamos a esperar, que se muera nuestro compañero?” El hospital no cuenta con los instrumentos para atenderlo y su vida está en riesgo.
“Nosotros mismos el día de ayer tuvimos que agarrar una escoba, traer cloro y desinfectante para nosotros mismos lavar las instalaciones donde estamos atendiendo.” No solo las pruebas médicas de despistaje, sino la más básica higiene corre a cargo de las propias enfermeras. Una situación de superexplotación.
Emily Márquez con mucha rabia reclama “¿Es justo que no tengamos una indumentaria para atender a este tipo de pacientes, es justo que nos merezcamos esto el personal de salud, que trabajamos todos los días, que lo damos todo a todo por la miseria de sueldos que ganamos?”
“El personal de salud está en riesgo y esta con las manos atadas porque no tenemos la indumentaria adecuada para poder salir adelante”.
El escenario en el que llega el virus a Venezuela se enmarca en una grave situación económica y social del país, con el enorme deterior del sistema de salud, la escasez de medicamentos e insumos, el colapso de servicios públicos claves, como el agua y luz, el poder de compra totalmente destruido de la clase trabajadora y los sectores populares, una realidad en la que antes del virus ya tenía una situación de sanitaria de emergencia.
Tanto en Caracas como en otros Estados se reportan centros donde escasean mascarillas, guantes, batas estériles e, incluso no disponen de agua, alcohol o jabón. Desde el 2018 las enfermeras vienen denunciando esta situación y en estas condiciones es previsible que el sistema de salud venezolano esté mucho menos preparado que otros para atender la magnitud del problema.
La respuesta de las autoridades ha sido desestimar la petición de condiciones mínimas y amenazar con despidos, es decir se obliga a quienes están en primera fila de la atención médica, a trabajar sin condiciones mínimas requeridas. Con esa irresponsabilidad y autoritarismo, se expone a las trabajadoras/es, a sus familias y los convierten en un muy probable canal de transmisión del contagio al resto de la población.
Es necesario tomar medidas urgentes para enfrentar esta pandemia, Venezuela ya tenía un sistema de salud desmantelado, es imperante destinar todos los recursos necesario al sistema sanitario; garantizar el descanso y las condiciones de trabajo de quienes sostienen cotidianamente ese sistema; centralizándolo y poniendo a disposición de toda la población los recursos primordiales, a través de la apertura de las clínicas privadas, de la entrega de medicación y de insumos de prevención gratuitos para toda la población, que la cuarentena garantice para todos los trabajadores un salario igual a la canasta básica, prohibiendo los despidos durante el tiempo que se mantenga la situación de emergencia.