Gobiernos
y patrones dicen estar en guerra contra el coronavirus. En realidad, están
librando una guerra contra nuestra clase social. ¡Una guerra contra nosotrxs,
por sus ganancias!
La
crisis sanitaria mundial es en gran parte consecuencia del sistema capitalista
Por supuesto,
esto no quiere decir que el virus haya sido creado por el capitalismo; pero el
desastre humano que conocemos se debe al capitalismo. En todo el mundo, los
gobiernos toman las mismas decisiones, aunque en diferentes grados: han comenzado
a reducir la magnitud de la epidemia, no por ignorancia, sino porque los
empleadores, los accionistas, los capitalistas tenían como prioridad la
salvaguardia de sus beneficios. ¡Los beneficios de una minoría, contra la salud
de miles de millones de personas!
Una vez
instalada la crisis, el daño del capitalismo se vuelve contra nosotrxs.
– Insuficiencia de infraestructuras, de personal y de medios en
todos los sectores de la salud: es el resultado de la destrucción de los
servicios públicos en una parte del mundo, de su casi inexistencia en la otra
parte.
– Falta de material de protección: máscaras, gel hidroalcohólico,
pruebas de detección, aparatos respiratorios, etc. Pero las fábricas siguen
produciendo armas. Los capitalistas sólo ven sus beneficios, no el interés
colectivo.
– En varios países, investigadores demuestran que en los últimos
años se abandonaron sus trabajos científicos sobre el virus por razones
presupuestarias. Los capitalistas prefieren invertir en las multinacionales
farmacéuticas que dictan sus Leyes en Materia de Medicamentos.
¡Durante
la crisis Sanitaria, los Negocios continúan!
– Viviendo con el mundo del Trabajo, los capitalistas son feroces:
– Mantienen en actividad una multitud de empresas que no son
esenciales para la vida de la población en un período de peligro sanitario como
el que conocemos. Para seguir obteniendo ingresos, los capitalistas ponen en
grave peligro la salud y la vida de millones de trabajadores y trabajadoras en
todo el mundo.
– En los sectores realmente esenciales (que deberían limitarse a lo
que está directamente relacionado con la salud, la alimentación y el acceso al
gas, a la electricidad, al agua…), la patronal pone de relieve «gestos de
contención», remitiendo la responsabilidad a los individuos. Pero, por una
parte, en muchas empresas no se hace nada para que estos “gestos de contención”
sean aplicables; por otra, no son suficientes. Es toda la organización del
trabajo lo que debe ser revisado, el presupuesto de la salud de cada una y cada
uno. Y no son los capitalistas desde sus casas, los que no trabajan, los que
están en mejores condiciones para definirlo: nos corresponde a nosotrxs
hacerlo, en cada servicio, establecimiento, empresa, actividad, porque es
realmente indispensable.
– Los capitalistas utilizan la crisis sanitaria para restringir aún
más nuestros derechos, nuestras conquistas sociales. En cada país, una gran
parte de las «medidas de emergencia» consiste en luchar contra el tiempo de
trabajo, las vacaciones, los salarios, el derecho de huelga, etc.
– La situación es aún peor en las regiones del mundo víctimas
directas del colonialismo: los pueblos conocen más allá de la miseria; la
crisis sanitaria sólo puede tener consecuencias espantosas.
Las
resistencias se han organizado
Son difíciles
en el contexto que conocemos. Las organizaciones miembros de la Red Sindical
Internacional de Solidaridad y Luchas no quieren alinear consignas, por el mero
placer de parecer “radicales”. Lo que queremos, desde los lugares de trabajo y
de vida, lo que queremos, uniéndonos libremente, coordinándonos, también al
nivel internacional, es construir un movimiento popular masivo, de resistencia
y de conquistas.
Debemos apoyar
y dar a conocer las luchas de todas las regiones del mundo.
– Reunámonos por sectores profesionales, pero también para defender
derechos específicos y conseguir la igualdad social (mujeres, personas
migrantes, poblaciones oprimidas por razones «raciales», …)
– No queremos que los más pobres, los más precarios, paguen la
crisis sanitaria.
– Todos los trabajadores y trabajadoras, cualquiera que sea su
situación (asalariados, autónomos, desempleados, temporales, estacionales,
etc.) deben recibir una garantía del 100% de sus ingresos, con un mínimo garantizado
para todos, basado en el coste de la vida en el país.
– ¡Tomemos nuestros asuntos en nuestros centros de trabajo y de
vida! Gobiernos y Estados, son instrumentos al servicio del capitalismo.
– ¡Requisa de las empresas, servicios, comercios, lugares públicos,
necesarias para responder a la emergencia sanitaria!
¡No dejemos
que los capitalistas organicen más catástrofes planetarias!
Red Sindical
Internacional de Solidaridad y de Luchas
Correspondencia
de Prensa*