Por
Simón Andrés Zúñiga
La semana
pasada hicimos un planteamiento en el artículo “El bloqueo y pirateo de fondos
obligan a una moratoria de la deuda”, acompañado de medidas adicionales que
apuntan al apoyo de la producción nacional y a reordenar la institucionalidad
del Estado.
1) Anunciar una moratoria y
auditoria pública de la deuda externa pública es una propuesta a discutir en el
seno de aquellas fuerzas patrióticas que busquen alcanzar una unidad
estratégica frente a la actual coyuntura de confrontación que, entre otras
cosas, exige una economía de guerra. Eso incluye al Gobierno Nacional;
2) No es
una propuesta puramente económica sino profundamente política con repercusión
nacional, regional y mundial. Es una respuesta ante la actual confrontación
contra el imperialismo, confrontación que no sólo es económica, política y
militar, sino que tiene un gran contenido simbólico (guerra de Cuarta y
Quinta generación);
3) La invasión imperial no es
sólo con tanques de guerra sino con tanques de pensamientos manipuladores de
deseos y percepciones, con granadas de la sociedad del espectáculo, con un
bombardeo simbólico. Esto no niega el alto riesgo de agresión militar, pero
reconoce que la manipulación ideológica del término “ayuda humanitaria” es
altamente poderoso y está dirigido a sembrar en la población un sentido común
que debilite y horade la unidad cívico-militar.
El
Caballo de Troya de la Ayuda Humanitaria, tal como pasó en Troya, ya entró y
está avanzando y colonizando mentes con una ideología enajenante y neocolonial.
Ante a la “ayuda humanitaria” se impone el “Apoyo Solidario” ;
4) Este avance de la cultura
imperial, se sostiene no sólo por el aparato de manipulación que maneja la
clase dominante a través de la radio, la televisión, la prensa y –sobre todo-
las llamadas redes sociales, sino que está basado en algunas condiciones
objetivas y cotidianas que hay que reconocer.
Entre ellas: el ingreso de
las familias trabajadoras se ha deteriorado por la hiperinflación, a tal
punto que, por ejemplo, la cajera de una farmacia recibe un sueldo
quincenal o semanal inferior al precio de un solo medicamento que ella está
registrando por la compra de cualquier cliente. El alto costo y la escasez de
medicinas y alimentos, junto con el deterioro de los centros públicos de salud
(provocada en gran parte por el bloqueo y no en menor parte por la ineficiencia
y la corrupción) es una realidad cotidiana y objetiva que no se puede ocultar
debajo de la alfombra;
5) El
bloqueo y el secuestro de los activos nacionales, generó, genera y generará una
contracción mayor de los ingresos de divisas, por tanto hay que jerarquizar y
priorizar los escasos recursos y concentrar esfuerzos en la producción,
adquisición, distribución y almacenamiento de alimentos y medicinas.
La moratoria no sólo es una
señal política defensiva, es una herramienta para liberar y destinar los
recursos en moneda extranjera que se utilizan para el pago de la deuda externa
y atender las necesidades del pueblo ante la actual coyuntura;
6) La política del “buen
pagador” (de la deuda externa) utilizado hasta ahora por parte del Gobierno
Nacional ya no se justifica. Las circunstancias actuales, indican que esta
política no tiene sentido, especialmente porque “ellos” nos están obligando a esta
disyuntiva. El bloqueo y el pirateo de activos nacionales nos obliga a: colocar
primero al pueblo frente al pago de la deuda externa.
La consigna es alimentar y
defender al pueblo y no alimentar y sostener al capital financiero
internacional;
7) Ante la
“ayuda humanitaria” se impone una movilización de “apoyo solidario” con la
participación del pueblo venezolano y de otros pueblos del mundo que apoyan la
Revolución Bolivariana;
8) Tanto la moratoria como el
plan de apoyo solidario deben trascender al gobierno, incorporando en forma
masiva a la población. Hay que revertir la tendencia asistencialista y la
hegemonía de la “democracia representativa” que se ha apoderado de la práctica
política.
Se trata de rescatar la
democracia participativa y protagónica y generar un proceso de concientización
política que prepare no sólo la resistencia sino la ofensiva contra las fuerzas
del capital.
9) La moratoria y el apoyo
solidario deben estar inscrito en un programa de economía de guerra más amplio
e integral. En el artículo pasado, se plantean algunas medidas adicionales que
apuntan al apoyo de la producción nacional y a reordenar la institucionalidad
del Estado, entre otras cosas los vinculado con la producción agrícola e
industrial y el comercio exterior. Además de medidas de política económica de
corto plazo que enfrenten la desestabilización.
Medidas complementarias se pueden aplicar, con el apoyo de la
Asamblea Nacional Constituyente, tales como la revisión de los Tratados de
Doble Tributación y la impostergable corrección de la explícita cesión de
soberanía en los tratados de inversión. La asonada insurreccional de la
derecha y la presión imperialista, pueden ofrecer oportunidades de cambios
radicales.