Por Cira Pascual Marquina
Cira Pascual Marquina (CPM): Muchos de nosotros podemos
tener críticas al gobierno del Presidente Nicolás Maduro, pero este es un
asunto interno a la izquierda. En la situación actual de asedio imperialista a
Venezuela, hay que defender la patria y rechazar la injerencia. Háblenos sobre
esto.
Luis Britto García (LBG): Repetidamentehe sostenido
que en momentos de una doble ofensiva de la reacción externa y la interna, que
aplica todos los recursos legales e ilegales en todos los campos, debemos
unirnos para la defensa de Venezuela, de sus autoridades y de la coalición
política que las mantiene legalmente en el poder. Puede haber diferencias y
debates internos, pero no puede haber vacilaciones en cuanto a estas
disyuntivas: o Washington o Venezuela, o Invasión o soberanía, o socialismo o capitalismo
salvaje.
CPM: Usted ha escrito sobre Bolívar y ha recurrido
a su ejemplo como guía en la actualidad. ¿Qué haría Bolívar hoy? ¿Qué debe
hacer un Bolivariano?
LBG: Sí, he examinado minuciosamente las ideas y
las prácticas sociales y económicas de Bolívar en mi libro El pensamiento del
Libertador: Economía y Sociedad, y en numerosos artículos y trabajos. Bolívar
hoy haría lo mismo que hizo mientras vivió: Ante todo, defender con todas sus
fuerzas y de ser necesario con las armas en la mano la soberanía de Venezuela,
el derecho de su pueblo a darse el gobierno de su preferencia, y el intento de
integrar a los pueblos latinoamericanos y caribeños contra los imperios. Pero,
en el orden económico, Bolívar no vaciló en efectuar las mayores confiscaciones
de bienes de la Historia de Venezuela. Confiscó todas las propiedades de los
realistas, para distribuirlas entre los soldados de la independencia en la
medida de sus servicios, asignándoles bienes o fundos agrarios, que podían ser
también explotados en comunidad. Bolívar atribuyó la propiedad de las riquezas
del subsuelo a la Nación, lo cual perdura hasta hoy y debe ser defendido a toda
costa. Bolívar inició la erradicación de la esclavitud desde 1814, mucho antes
de su viaje a Haití, y luchó contra la discriminación racial, al extremo de que
en el Discurso de Angostura proclama que en Venezuela en ese momento “a nadie
se hace ofensa por el tono de su cutis”.
Si entendemos que el esclavo es aquél que no
obtiene excedente fuera de lo indispensable para sobrevivir, Bolívar hoy
lucharía para superar la condición de pobreza tanto extrema como relativa. Para
implantar estas medidas Bolívar no vaciló ni vacilaría hoy ante los más
radicales y extremos procedimientos: recordemos su Decreto de Guerra a Muerte.
Bolívar seguiría promoviendo los intentos de integración latinoamericana y
caribeña, como lo hizo con su Congreso Anfictiónica de Panamá, en donde Estados
Unidos sólo pudo participar gracias a la influencia de Francisco de Paula
Santander. Quien se llame bolivariano debe imitar y si es posible profundizar y
superar estas ideas y actos de Bolívar. Retroceder es volvernos de nuevo
colonia.
CPM: ¿Cómo evalúa la respuesta mundial a la
embestida imperialista que vivimos? ¿Podemos ver rupturas en la hegemonía
norteamericana, brotes de un nuevo mundo multipolar?
LBG: Para mí, hay una evidente ruptura de la
hegemonía estadounidense. Estados Unidos ha mudado sus industrias al exterior
para aprovechar la mano de obra barata de las maquilas, desindustrializado al
país y sumido en la miseria a sus trabajadores. China es hoy la primera
potencia económica del mundo; Rusia vuelve al estatuto de gran potencia tras la
declinación que significó la disolución de la Unión Soviética. Europa hace
intentos por autonomizarse, a pesar de estar ocupada desde mediados del siglo
pasado por una red de bases de la OTAN. El Medio Oriente escapa del control
estadounidense; tras décadas de injerencia, sólo ha logrado caotizarlo. He
señalado que históricamente las revoluciones siempre han surgido entre los
resquicios que dejan los choques entre las potencias hegemónicas del momento.
Estados Unidos surgió aprovechando la contienda entre Inglaterra, Francia y
España. La Unión Soviética, valiéndose del choque de poderes en la Primera
Guerra Mundial. La República Popular China, aprovechando los enfrentamientos de
la Segunda Guerra Mundial. Cuba, utilizando la confrontación entre Estados
Unidos y la Unión Soviética. La pugna hegemónica entre Estados Unidos, Rusia y
China ofrece una oportunidad para consolidar nuestra soberanía.
CPM: Después de sortear la coyuntura inmediata,
¿qué debe hacer el gobierno de Maduro en el mediano y largo plazo?
LBG: Pienso que para sortear la coyuntura
inmediata no hay más camino que profundizar la Revolución, y este es también el
camino a seguir una vez que nos hayamos restablecido. Sólo podremos enfrentar
al imperialismo después de que hayamos dominado al oligopolio de una docena de
empresas que acaparan la importación y distribución de bienes básicos, y al
puñado de intereses que movilizan el ruinoso contrabando de extracción y la
infiltración paramilitar. Podremos enfrentar las amenazas externas cuando
hayamos saneado el frente interno con un control previo, concomitantes y
posterior de toda la administración, y un control integral informatizado en
tiempo real de precios y costos de las operaciones económicas. Se debe
sancionar múltiples actos de corrupción, y sanear las empresas e instituciones
afectadas por ellos. Con estas medidas, el apoyo popular al proyecto socialista
se hará inexpugnable. Si no se las adopta, se puede temer que la Guerra
Económica vaya erosionando este apoyo, que se mantiene a costa de grandes
sacrificios.