Entrevista
a Stalin Pérez Borges, dirigente de la Liga Unitaria Chavista Socialista
Por Martín Mosquera
Revista Intersecciones
Stalin
Pérez Borges es un dirigente sindical y veterano militante socialista,
actualmente integrante de LUCHAS (Liga Unitaria Chavista Socialista) y del
Consejo Consultivo de la Central Bolivariana Socialista de los Trabajadores y
Trabajadoras (CBST). Interseccionesconversó con él sobre la actual
crisis venezolana.
Antes de referirnos a la actual crisis política,
¿cómo describirías la crisis social y económica que hoy vive Venezuela?
Esta pregunta me lleva a una respuesta
bastante larga, por lo que empiezo pidiendo disculpas por el cansancio que
pueda causar. La crisis económica y social que se aceleró vertiginosamente
desde hace unos cinco años para acá y ha llegado a estas podridas aguas de
hiperinflación de la que a duras penas sobrevivimos, que bate récord mundial,
responsable del gran descontento que hay en esta etapa y de este notable cambio
en la correlación de fuerza política de esta coyuntura, es consecuencia, para
mí, de tres hechos fundamentales: dos de ellos circunstanciales y uno de
carácter estructural. Las circunstanciales son, en primer lugar, el sabotaje y
bloqueo económico, calificado por el gobierno como “Guerra Económica”. Ese
hecho es el más determinante de esta gravísima situación económica y social que
soportamos. El cerco comercial y el bloqueo han contribuido con una parálisis
del 80% de lo poco que ya se venía produciendo en las industrias del país, a la
vez que impuso una gran baja de los enormes niveles de importación que se venía
haciendo de alimentos, medicinas, materias primas y maquinarias. Y es también
el origen del acaparamiento y de que comerciantes inescrupulosos fijen los
precios de todo tipo de mercancías, entre ellas el dólar. Lo segundo que es
circunstancial, por el índice exponencial que ha tenido en este último
quinquenio, es la corrupción, la incapacidad y la impunidad, aunque también es
de vieja data. La corrupción y la incapacidad de parte de funcionarios del
gobierno es muy grande y dañina. En muchos casos se triangula la acción del
sabotaje patronal y del imperialismo, con la complicidad impune de funcionarios
militares y civiles, en cuanto al valor especulativo que tienen los precios
finales de las mercancías que la población debe adquirir. Y el problema
estructural es el de la muy poca capacidad productiva nacional. Eso viene dado
también por el histórico alto nivel de la renta petrolera, que hizo de la
burguesía criolla una clase social muy parasitaria, que siempre ha dependido
del precio del barril del petróleo. Ésta prefiere importar más que producir y
exportar. Herencia genética o cultural, que ha arrastrado esa vieja burguesía y
esta corrupta burocracia de estado y la ya insurgente boliburguesía de estos
últimos 18 años. En este hecho estructural de la poca producción industrial
nacional hay 50 años de responsabilidades de la IV y 20 años de la V República.
Desde Chávez, a pesar de unos acertados programas y planes expuestos para
repuntar el desarrollo de la industria nacional, ésta quedó vertida en el
papel, pero no se logró concretar esa necesaria producción nacional. Con
Chávez, desde el 2007 hasta el 2012 esa incapacidad de producción, no produjo
descontento porque los altos precios del petróleo alcanzaban para importar
hasta lo más suntuoso. Pero desde el 2013 hasta ahora con Maduro, esta falla se
ha pagado con creces. Al bajar los precios del petróleo no hay dinero para la
importación ni para que la industria nacional, incluida la de las empresas
trasnacionales, reciban los acostumbrados dólares que se les garantizaba por el
control de cambio existente. La lucha de parte de estos sectores sociales por
apropiarse del reparto de esa renta es la causa principal de que en estos 20
años de gobierno chavistas no hayan cesado las conspiraciones y el odio a
muerte. Y aquí, en la ubicación y aprovechamiento, es que entra en juego además
los intereses del imperialismo yanqui y europeo.
El 23 de enero hubo una nueva movilización de la
oposición, en el marco del clima golpista que inauguró la “autoproclamación” de
Juan Guaidó como “presidente encargado”. ¿Cuál fue la magnitud de estas
movilizaciones y su nivel de apoyo en las clases populares? ¿Se percibe una
ampliación hacia las clases populares de la base de sustentación de la
oposición o mantiene su línea de flotación en los sectores medios y altos?
Las marchas del 23 de enero (23E) convocadas por la
oposición fueron impresionantemente grandes. Las concentraciones de
Caracas y de Valencia impactaron a propios y extraños. Eso los ha reanimado
muchos. Los sectores de la derecha estaban muy entregados desde la elección de
la Asamblea Nacional Constituyente. Desde esas elecciones hasta este 23 E
estaban ausente en el escenario de las movilizaciones. Sólo se dedicaban a las
campañas mediáticas contra del gobierno, (aprovechándose del descontento que se
ha extendido porque el gobierno ha sido incapaz de contrarrestar con medidas
eficaces los efectos de la “Guerra Económica”) y contra la complicidad de los
funcionarios corruptos que han permitido la especulación de los comerciantes.
Las grandes soluciones que ha conseguido el presidente Maduro son la entrega de
las famosas bolsa de alimentos, contenidas en los CLAP, los decretos de Bonos
de Compensación por X causas, aumentos continuos del salario mínimo y las
cestas ticket de alimentación de los trabajadores. Medidas progresivas, pero
que no han sido suficiente para cubrir la pérdida del poder adquisitivo de los
salarios. Así que en las movilizaciones de la derecha del 23E hizo presencia la
acostumbrada base social de la clase media con sectores de trabajadores,
incluidos algunos sindicatos que hasta principios de este año se sabía que se
reivindicaban del chavismo
¿Cuál es el estado de ánimo de las clases populares
afines al gobierno? ¿Cuál es su nivel de combatividad, rechazo al golpe y apoyo
al gobierno? ¿Hay fenómenos de auto-organización o toda la movilización popular
permanece subalterna a la iniciativa gubernamental?
No me lo has preguntado, pero es bueno que se tome
en cuenta lo siguiente para los análisis y las caracterizaciones: después del
23E la oposición hizo grandes esfuerzos para superar o llevar la misma cantidad
de personas en Caracas y Valencia que en el 23E; se volvieron a movilizar para
el 2 de febrero pero estas ya no fue lo mismo en cantidad y expectativas que
las movilizaciones del 23E. Mientras que las movilizaciones del chavismo del
23E en Caracas fue bastante concurrida, pero estos no pusieron peso para
movilizar en otras ciudades. Sin embargo, “el estado de ánimo de las clases
populares afines al gobierno” es bastante alto. Para el 28, 29, 30, 31, de
enero y 1 y 2 de febrero, los chavistas organizaron en más de seis ciudades
espectaculares y también sorprendentes movilizaciones. La concentración de
Caracas del 2F tuvo una presencia como en las mejores épocas del chavismo.
Entonces, en este momento, al chavismo se le ve más animado para tomar la
ofensiva en contra del Golpe de Estado o de la invasión en marcha. No hay por
ahora, expresiones visibles de auto organización de las bases. El peso de la
convocatoria la lleva el PSUV y las estructuras del gobierno. No obstante, en
lo personal, me llama la atención la presencia de muchos jóvenes en estas
movilizaciones.
Parece evidente que la estrategia golpista tiene
como uno de sus objetivos centrales quebrar el apoyo monolítico de las FFAA al
gobierno. ¿Cómo ves ese aspecto? ¿Creés plausible una intervención extranjera
sin un quiebre interno de las FFAA?
Desde mucho antes del 10 enero, la oposición y los
altos funcionarios del gobierno de Trump y hasta senadores de ese país y
algunos gobiernos como los de Duque de Colombia, Bolsonaro de Brasil, Macri de
Argentina y Luis Almagro de la OEA, han estado esperando que la caída de Maduro
venga de parte de sectores de la propia Fuerzas Armada Nacional Bolivariana
(FANB). Pero hasta el sol y luna de hoy, en esto han fracasado. A miembros de
las FANB les han ofrecido altas sumas de dólares y garantías de indultos y de
nombramiento en altos cargos. Desde la auto-proclamación de Guaidó como
presidente interino, la gran propuesta de este usurpador está dirigida a los
integrantes de la FANB, promoviendo una supuesta Ley de Amnistía para los
militares que se rebelen en contra del gobierno de Maduro. Esta política tal
vez haga algún efecto psicológico en varios oficiales activos, pero no se han
registrado expresiones a lo interno y externo de las FANB para llegar a creer
que vaya a surgir una fuerza capaz de meterse en una aventura suicida junto al
imperialismo y sus lacayos de la oposición.
¿Cómo caracterizás globalmente la estrategia de la
derecha y el imperialismo y cómo evalúas hasta ahora el éxito de esta
estrategia?
La estrategia del imperialismo siempre ha sido
sacar al gobierno chavista a como dé lugar. La salida de Maduro ha sido
planificada a mediano y corto plazo. Desde el mismo momento que se instaló en
el 2014, lo intentaron echar. Y en esta coyuntura están en un plazo de
urgencia. Esa es la razón por la que los acontecimientos para lograr ese
objetivo vuelan más rápidos que los balances que vayan haciendo de sus
operaciones. Necesitan acabar con Maduro y con la experiencia de la revolución
Bolivariana y cerrar el ciclo de inestabilidad y de gobiernos llamado
"progresistas" y más o menos soberanos que irrumpieron en nuestro
continente después asumir Chávez el proceso revolucionario. Con la traición de
Lenin Moreno en Ecuador y luego de haber recuperado totalmente a Brasil y
Argentina, en esa correlación de fuerza favorable en la región, el imperialismo
hecha el resto. Por supuesto, querrán echar a Maduro y derrotar al proceso
bolivariano con el menor costo político posible, pero si a corto plazo no lo
consiguen, lo intentaran hacer al costo que sea. Trump es un proyecto de
sectores del imperialismo que busca desesperadamente que EE UU vuelva a tener
la hegemonía mundial económica, política y militar. Quieren recuperar la
superioridad económica, financiera e industrial de las que China los desplaza.
La fuerza que conservan, fundamentalmente, es la militar. Y no van a adaptar
sus agresiones y esa batalla por sacar a Maduro a un guion específico o a un
golpe de estado clásico. Allí están los ejemplos concretos que se han venido
escenificando desde hace unos diez años: en el 2009 sacaron a Zelaya, no con el
mismo estilo con el que siempre se dieron golpes de estados en Honduras; luego
sacaron a Lugo en Paraguay con un golpe parlamentario en el 2012; y tres años
después, con golpe parlamentario e “impeachment”, echaron a Dilma y tienen
injustamente bajo prisión a Lula. Y, para completar, el imperialismo ha
contribuido a que surjan como presidentes en Brasil a Bolsonaro, Macri en
Argentina y recientemente Nayib en El Salvador. Para eso, vienen usando otras
armas como las Fake News. Con este nuevo instrumento engañan y confunden a
gruesas franjas de la población. Por supuesto en estos casos han sido ayudados
por las malas gestiones de los gobiernos del FMLN, de Cristina y del PT.
Entonces, volviendo a aterrizar en Venezuela, tendríamos que precisar que aquí
el imperialismo está utilizando esos dos instrumentos: la amenaza del recurso
al accionar militar y la aplicación de la campaña de mensajes o Fake News.
Atendiendo parte del contenido que haces en esta pregunta, pudieran surgir
algunas variantes: entre estas está, como la que surgió en los 90 en Nicaragua
con el Acuerdo Contadora/Esquipula y la posterior derrota electoral del
sandinismo a manos de la insulsa Violeta Chamorro. Aquí, en este caso, se
produciría una derrota del proceso Bolivariano y Chavista. Hecho que no han
logrado después de casi 20 años. Pero esta historia no está escrita, se está
escribiendo, y por ahora no la están ganando. El sentimiento antiimperialista
de nuestro pueblo es histórico y muy grande. Costará mucho doblegarnos.
Difícilmente la mayoría de los trabajadores y el pueblo pobre aceptará izar la
bandera de los EEUU, como recién lo hicieron Guaidó y la dirección política de
la derecha que le acompaña en sus concentraciones públicas. Aquí, desde la
huelga petrolera de 1936, la que se convirtió en cuasi paro nacional en contra
de los gringos e ingleses y de la dictadura militar gobernante, se sembró un
sentimiento antiimperialista muy profundo, el cual fue reconstruido o revivido
por más de quince años con los mensajes y las enseñanzas de Chávez; aquí brotó
una rebeldía insumisa que no cesa, desde el 27 y 28 de febrero de 1989; y en la
decidida lucha sin miedo expresada en los hechos del 13 de abril del 2002 y en
la respuesta al Paro Patronal y Sabotaje petrolero y todos esos enfrentamiento
de resistencia que hemos hecho, para impedir que la derecha y el imperialismo
saquen por las fuerza a Maduro. Recordamos que en Nicaragua desarrollaron una
guerra civil y usaron la guerrilla y traición del Comandante Edén Pastora para
lograr sus objetivos
Hay una extendida imagen internacional del gobierno
de Maduro, no solo en la prensa imperialista sino también en sectores de la
izquierda, que lo describe como un gobierno completamente degenerado, corroído
por la corrupción, la burocratización y el autoritarismo
político. Representaría una especie de “termidor bolivariano” que
habría acabado con todas las conquistas del chavismo. Hay sectores de la
izquierda que plantean el actual enfrentamiento como una “polarización
reaccionaria” (lo que pareciera tener en mente un paralelo con experiencias
como las de algunos países de Medio Oriente, donde se enfrentan, por caso, el
imperialismo y el fundamentalismo yihadista, y donde ambos sectores representan
una desgracia sin atenuantes para los sectores populares) ¿Qué pensás de esta
caracterización? ¿Cómo evaluás los elementos de autoritarismo, corrupción y
burocratización presentes en el gobierno de Maduro? ¿Ha habido represión sobre
la izquierda, sindicalistas o movimientos sociales? ¿Qué papel está jugando la
izquierda anti-chavista?
Sí, hay sectores de izquierda, entre ellas, muchas
viejas organizaciones de origen trotskas, que califican al gobierno de Maduro o
al régimen, de dictadura, de fascista, de criminal y de mantener centenares de
presos políticos y hasta de ser un gobierno ilegítimo. Allí repiten y coinciden
con la campaña que hace la prensa burguesa mundial. Esos calificativos son las
bases de sustentación del imperialismo, de algunos gobiernos de la región y de
los sectores de derecha venezolana, que les sirven para pedir ahora la intervención
militar que están solicitando, para congelar las cuentas de PDVSA en los bancos
extranjeros y expropiar el Oro depositado en Inglaterra y otros robos más en
contra de los recursos del país. Para mí, esas calificaciones están muy fuera
de lugar y para nada corresponden. He sido un crítico de políticas equivocadas
del gobierno de Chávez y de Maduro. Sí, en Venezuela hay infinidades de
problemas económicos y sociales, donde el gobierno de Maduro tiene muchas
responsabilidades. Ni el gobierno de Chávez y mucho menos el de Maduro son
socialistas, independientemente de que le hayan puesto la etiqueta de
socialista desde a la cadena de arepas del gobierno que vendía a precios
económicos, hasta cualquiera otra empresa u obra. Son innegables los altos de índices
de corrupción de funcionarios del gobierno y de todas las instituciones del
Estado; es evidente la incapacidad manifiesta para resolver la crisis
económica, impedir el déficit fiscal, la fuga de capital, controlar el precio
de dólar y las estructuras de costos para roducir y comercializar. Es un
gobierno que sigue pagando la deuda externa en medio de este bloqueo económico
imperialista. Que no ha tocado a ninguno de los monopolios, como el del grupo
Polar u otros, cuando estos monopolios son los que esconden alimentos o los
distribuyen a su antojo y sobrefacturan. Yo que vivo en Valencia, la ciudad
industrial del país, y que soy sindicalista, te puedo decir que sus zonas
industriales están casi paralizadas, que hay sectores industriales total o casi
totalmente paralizados; que las condiciones de trabajo, de seguridad, de
salarios en sectores fundamentales como el eléctrico, petrolero, de salud,
magisterio se ha desmejorado de forma alarmante. Pero tenemos que estar claro,
en todo esa realidad pesa la responsabilidad del gobierno y también del bloqueo
económico y comercial contra Venezuela. No obstante, es una locura y canallada
comparar el gobierno de Maduro con los regímenes que hay en los países del
Medio Oriente donde no hay democracia y libertades. Eso es incomparable e
inaceptable. ¿Qué el gobierno de Maduro ha cometido hechos de autoritarismo y
ha reprimido alguna marcha e impedido alguna huelga? Seguro que sí. Yo no
justifico esos excesos. Pero eso no amerita el calificativo de represivo o la
magnitud de esa campaña de denuncia que hacen. No es la misma campaña que hacen
contra Brasil, Argentina, Colombia, México u otro gobierno, donde la represión
y los crímenes de Estado son más palpables. Hay algunos pesos políticos y
habría que abrir una comisión de investigación para saber cuántos y quiénes
son. Sin embargo, no todos los presos que la derecha (y hasta esa “izquierda”
anti chavista) dice que hay, lo son. En esa lista que ellos presentan están los
antichavistas asesinos, como los que quemaron vivos a personas que encontraban
en los centros comerciales ubicados en zonas residenciales de clase media y por
ser considerados chavistas sólo por sus aspectos físico. Esa lista de presos
políticos está llena de los que degollaron a motorizados chavistas, de los que
impedían el libre tránsito y fueron responsables de muertes por esas acciones
violentas. Hay sectores de la izquierda anti chavistas o anti-maduristas, que
conscientes o inconscientes, le hacen el trabajo a la derecha.
¿Qué te pareció la reciente reunión de los
integrantes de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución con Juan
Guaidó?
Triste. Me sentí con una pena ajena muy grande. Es
muy vergonzoso. Conozco a la mayoría de los que estuvieron en esa reunión en
representación de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución (PCDC)
con ese golpista y agente del imperialismo Juan Guaidó. Desde hace mucho tiempo
siento un gran respeto y aprecio por casi todos ellos. Pero esta acción es muy
cuestionable desde cualquier punto de vista. Sus grandes argumentos son que
ellos fueron a reunirse con Guaidó para “evitar la guerra”, y para “que se
exprese el soberano en un referendo consultivo". Esas dos premisas quieren
decir; 1) que ellos no creen que Guaidó es un agente del imperialismo y que urdió
su autonombramiento de supuesto presidente de Venezuela como parte de una obra
maestra de dar el gran Golpe de Estado del siglo XXI, el cual está en
desarrollo. Todavía los del PCDC no creen que Guaidó y todo su entramado, son
maniobras del imperialismo yanqui y son las causas que nos pueden llevar a un
escenario de violencia y muertos, además de una ocupación en Venezuela; y 2)
acaso no saben los del PCDC que la propuesta de ese referendo consultivo o el
llamado de elecciones presidenciales que están haciendo, cuando el presidente
electo apenas va a llegar dentro de cuatro días a cumplir un mes de asumir la
presidencia, sólo le sirve como salida a los golpistas imperialistas.
Proponerle acordar referendo consultivo o elecciones presidenciales al usurpador
y al gran representante en Venezuela del imperialismo y los gobiernos cómplices
de este, que son los mismos que nos han impuesto un bloqueo económico y
comercial, que son las principales causas de esta crisis económica, de esta
hiperinflación que hacen que nuestros salarios no nos alcancen para nada, es
hacerle el juego a ellos ¿Elecciones con cerco económico y con asedio militar
del ejército imperialista? ¿Qué es eso? ¿Reunirse con ese canalla para
proponerle que evite la guerra, cuándo él y sus amos son quienes la están
azuzando? La ironía mayor es que ellos se hacen llamar Plataforma en “Defensa
de Constitución”. Hay que decirles a lo mexicano: “no la defienda así
compadre”. Si esto fuera sólo ingenuidad, van a tener que soportar todos los
calificativos que hoy distintos grupos, organizaciones de cualquier tipo e
individualidades les están proporcionando. Hoy leí las declaraciones de Gonzalo
Gómez, referidas a lo que él llama “tergiversaciones y calumnias en torno a la
reunión con Guaidó”. Con Gonzalo siempre he tenido una gran estima y aprecio.
Tenemos una larga data de militancia revolucionaria juntos. Fuimos dirigentes
del PST “La Chispa”, estuve con él hasta finales del 2015 en la coordinación
nacional de Marea Socialista y estamos todavía en el espacio de publicaciones
de Aporrea. Allí, en esta declaración de hoy, dice que: "Pretenden
confundir sobre el sentido de la iniciativa: evitar la guerra y que se exprese
el soberano en referendo consultivo". Sin embargo, no dice cuáles son esas
tergiversaciones y calumnias, salvo que: "No fue en la Embajada de
Colombia como maliciosamente quisieron hacer ver en las redes sociales y con
sus Fake News, los equipos de mercenarios informáticos". Además de eso, en
su respuesta informa que están pidiendo también una reunión con carácter de
urgencia con Nicolás Maduro, con los mismos puntos y objetivos de la reunión
que ya hicieron con Guaidó, pero diciendo que la PCDC no reconoce a Guaidó como
presidente de la República sino de la Asamblea Nacional. Y termina en su
declaración de ayer con esto: “Las únicas reuniones que se están adelantando
son con embajadas como la de México, Uruguay y Nunciatura Apostólica para
presentarles idéntico planteamiento, haciendo énfasis en la mediación para el
diálogo plural y social, y no de cúpulas o cenáculos, y por supuesto, en el
marco democrático-constitucional que nos da la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela”. Con esta última parte, lo bueno es “saber” que si
participan ellos (PCDC) ya estas mediaciones para el diálogo plural y social no
serán de “cúpulas o cenáculos”. Esto todo lo que te puedo opinar sobre la
reunión de la PCDC y Guaidó y sus consecuencias.
¿Hay signos de que el gobierno esté dispuesto a
negociar políticamente con la derecha una capitulación o una transición
“ordenada”?´
Deben existir miembros del gobierno, entre ellos
civiles y militares, que desean ahorita negociar con sectores de la derecha
venezolana y del imperialismo. Son muchos de los que ocupan altos cargos
ejecutivo y de la FANB que para nada son ni anticapitalistas ni
antiimperialistas. Hay algunos, que diciéndolo que lo son, tienen temor a una
intervención militar imperialista o a una situación de guerra civil. Pero, una
cosa es lo que uno quiere y otra lo que las condiciones objetivas y de la lucha
de clases nos pueden deparar. ¿La dirección política del PSUV y el presidente
Maduro y el entorno fundamental del gobierno van aceptar unas elecciones
presidenciales o referendo consultivo para 30 día o en 3 meses, tutelada por
los mismo organismos multilaterales que en todo este período los han
hostigados, y cuando está empezando su período constitucional? ¿Cuándo tienen
todavía una respetada y decidida base social para resistir los embates? ¿Van a
bajar las tensiones entre las partes o el imperialismo va apretar más?
Representantes del gobierno van asistir a la Conferencia convocada en
Montevideo, Uruguay, para este fin de semana. Buscarán la vía del diálogo,
entonces. Están anunciando que el mecanismo de funcionamiento será presentado
para cuatro etapas: 1.- “Diálogo inmediato”, es decir, sentarse en la mesa; 2.-
Negociación; 3.- “Compromisos o acuerdos” y 4.- Implementación”. Ok, ¿y en qué
tiempo se llevará el desarrollo de esas cuatro etapas? El otro interrogante que
intriga es: en ese lapso de diálogo e implementación de los acuerdos, ¿qué va
hacer el imperialismo? ¿Levantará las sanciones o va a mantener sus cañones y
misiles para apurar la implementación de los acuerdos?
¿Cuál es la realidad de las “milicias populares”?
¿Qué capacidad de resistencia militar tendría el gobierno venezolano en caso de
una intervención extranjera o una guerra civil?
Ya en una declaración pública desde LUCHAS
solicitamos con carácter de URGENTE la distribución, por lo menos, en unos
11000 territorios, igual número de oficiales y suboficiales de nuestras FANB,
para que vivan junto a las comunidades y organicen en el campo militar la
resistencia antiimperialista. Creo que hay que concretar la alianza cívico
militar desde los espacios comunitarios. En esa declaración que hicimos
expresamos que: “En ese entorno, exhortamos a los trabajadores y al
Pueblo a integrar voluntariamente esas "50 mil Unidades Populares de
Defensa en todos los barrios, ciudades y en cada rincón del País (entidades de
trabajo y estudio), para que respalden y fortalezcan la Defensa Integral de la
Patria", que el presidente Maduro ha pedido conformar”. Las
milicias populares o esas Unidades Populares de Defensa están en un proceso de
construcción. Y el Cuerpo de las Milicias existe desde
hace años y ya hay dos millones de milicianos, muchos de los cuales están
siendo llamados a insertarse como soldados activos y permanentes en las otras
fuerzas de la FANB. También se dice que la capacidad de armamento de la FANB es
muy moderno, que tiene buena logística y es de un profesionalismo bastante
respetable.
También queremos llamar a constituir las “Brigadas
Internacionales Simón Bolívar” de solidaridad con Venezuela. Y que 1) la
Federación Sindical Mundial (FSM), las centrales nacionales, federaciones,
sindicatos, y distintas organizaciones de los movimientos sociales del mundo,
comercialicen medicinas, alimentos y materias primas con el gobierno legítimo
del presidente Maduro y/o las organizaciones sindicales y del movimiento social
venezolano. Y 2) que las organizaciones sociales de América Latina organicen
Caravanas de Solidaridad con Venezuela y entren por nuestras fronteras con
Colombia y Brasil.
Hace tiempo que el gobierno parece paralizado en el
terreno económico-social. En este aspecto, el gobierno expone, en primer lugar,
incompetencia para enfrentar el asedio económico y la caída del precio del
petróleo. Pero también tiene responsabilidad por una desorganización económica
general que no puede responder solamente a un sabotaje deliberado, sino que
suele ser una consecuencia, más objetiva, de la aplicación de
fuertes políticas redistributivas sin que medie una ruptura decisiva con la
estructura capitalista heredada (lo que lleva a huelga de inversiones, fuga de
capitales, inflación, etc.). ¿El gobierno tiene alguna iniciativa a este
respecto? ¿Medidas drásticas como la nacionalización del sector bancario y del
comercio exterior o la expropiación de las empresas que especulan con el
sufrimiento popular están presentes en los debates o son propuestas por algún
sector del gobierno?
Considero que en estos puntos en donde basas tus
preguntas es en donde están los talones de Aquiles del gobierno. Y si no actúa
pronto y no resuelven las consecuencias de su parálisis en cuanto al terreno
económico y social, esto hará más daño que cualquier misil o entrada de “ayuda
humanitaria” imperialista. Si no logra controlar, de forma efectiva y a largo
plazo, la especulación cambiaria y el desabastecimiento, los precios de
alimentos y medicinas e incentivar la producción nacional de bienes de consumos
y servicios, a mediano plazo terminará de perder su base social y difícilmente
sobrevivirá. Entre otras cosas tiene que decidir no seguir pagando la deuda
externa, impedir fuga de capitales, imponer gravámenes progresivos al
patrimonio y una distribución y control de las mercancías desde el
funcionamiento de un Estado Comunal y de los trabajadores, o moriremos en el
intento.
Entiendo que es difícil hacer un pronóstico en este
contexto pero igualmente tengo que preguntarte: ¿qué se puede esperar? ¿Qué
hipótesis sobre la evolución de los acontecimientos te parecen plausibles?
Si, si es muy difícil hacer algún pronóstico. No
tengo pronósticos. Déjame despedir esta entrevista con nuestro lema o razón de
ser: “Lucha y lucha, no dejes de luchar, por un gobierno obrero, obrero y
popular”.