Por Carlos Aznarez
Guaidó está en Cúcuta y puede ser
detenido si intenta regresar
En una nueva maniobra ilegal, Juan
Guaidó, el títere de Donald Trump que se jacta de ser “presidente”, cruzó en
helicóptero la frontera hacia Colombia, se hizo ver en el devaluado (por la
poca pasividad de público) concierto “por la guerra” en Cúcuta y luego
participó de una conferencia de prensa con varios de sus compinches
internacionales. De esta manera, Guaidó violó la prohibición impuesta por la
justicia venezolana que determinaba que “no podía abandonar el país” y ahora sí
se expone a que si intenta regresar pueda ser detenido en Venezuela.
Además, el diputado ultraderechista
quiso mostrar una fortaleza que no tiene, reuniéndose en rueda de prensa junto
con el secretario de la OEA, Luis Almagro, y algunos de los referentes del
Cartel de Lima, los presidentes Iván Duque, de Colombia, Mario Abdó Benítez, de
Paraguay y Sebastián Piñera, de Chile. Allí volvió a reiterar que este sábado
ingresará la pseudo ayuda humanitaria, cuando sabe muy bien que no lo van a
poder lograr debido a que el gobierno legítimo de Nicolás Maduro y las Fuerzas
Armadas Nacional Bolivarianas han decidido impedirlo por considerar que se
trata de una excusa para una intervención militar imperial. En
este sentido, el gobierno bolivariano decidió cerrar a cal y canto
la frontera con Colombia. De esta manera, la falsa ilusión manejada por
la oposición derechista y el gobierno de Trump de forzar una entrada se viene
abajo estrepitosamente.
Extraoficialmente también se conoció la
información de que Guaidó y sus cómplices locales e internacionales siguen
manejando la idea de generar en la zona de Táchira un espacio territorial
liberado y desde allí desafiar al gobierno legítimo. Para ello
tendrían que lograr algo que la oposición no ha podido generar y es el quiebre
de la unión cívico militar bolivariana, y además convencer a la gobernadora
actual de Táchira, la integrante del partido opositor Acción Democrática,
Laidy Gómez que se sume a esta propuesta. Este último tema tiene también sus
bemoles, ya que su jefe político, Ramos Allup no estaría por la labor de llevar
agua al molino de un personaje como Guaidó.
En conclusión, el plan desestabilizador
está lleno de fisuras y este sábado se verá realmente si el imperio está
dispuesto a generar una intervención en toda regla. Por un lado, queda claro
que la resistencia popular que muestra el proceso revolucionario es mucho más
potente de lo que Estados Unidos imaginaba. No han podido perforar
el búnker chavista ni con dinero, ni con acción diplomática ni con
amenazas. Sólo les queda la opción militar o generar una matanza a través de
falsos positivos, como este viernes hicieron baleando a indígenas pemones en
las cercanías de la frontera con Brasil. Las espadas están en alto, pero
la que maneja el chavismo tiene el filo que le da no solo la legalidad y la
justicia de su causa, sino la enorme fuerza de las masas revolucionarias que
están dispuestas a pelear hasta las últimas consecuencias. Y con ellos
y ellas todos los pueblos que reniegan de la prepotencia imperial.
Rueda de prensa de Guaidó junto a los presidentes de Colombia, Chile y Paraguay, y el secretario general de la OEA |