Por Carlos
Aznárez
“No queremos sustituir las
articulaciones que ya existen; no queremos fundar una sigla más. Alguien por
ahí dijo que queríamos hacer lo que Chávez quería, la Quinta Internacional, no
nos importan los números, la cuarta, la quinta, la sexta, el espíritu de Chávez
es que tendríamos que hacer articulaciones internacionales, que los pueblos
solo se liberarán si se unen a nivel internacional”. Con el entusiasmo de estar
abriendo un Encuentro masivo de militantes sociales y populares, que comenzó a
forjarse hace dos años, el referente de Los Sin Tierra de Brasil, Joao Pedro
Stedile, puso en claro uno de los objetivos de la Asamblea Internacional de los
Pueblos, que este domingo fue inagurada en Caracas. Stedile y cada uno de los
más de 400 delegados y delegadas pertenecientes a 85 países no eligieron por
casualidad la capital venezolana para dar el puntapié inicial del encuentro
sino que con ese gesto reafirmaron la total solidaridad con la Revolución
Bolivariana, su pueblo y el gobierno de Nicolás Maduro.
La actividad se había abierto con
la tradicional mística de bienvenida a cargo de músicos y grupos de danza
venezolana, agitando banderas y coreando primero el emblemático tema de Fito
Páez “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Alrededor de ellos se sumaron algunos de
los participantes de la Asamblea con carteles identificatorios de
organizaciones y partidos de izquierda y revolucionarios de los cinco
continentes. Luego los y las militantes sociales de pie y con el puño en
alto corearon La Internacional en varios idiomas
Stedile fue incisivo con las
falta de una praxis eficiente que generalmente tienen estas cumbres, apostando
a que esta vez debe partirse de otro imaginario. En su discurso, recordó que
“no queremos construir espacios verticales, donde un Secretario general tiene
todo el poder; no queremos hacer más eventos que solo son turismo para los
dirigentes; no queremos transformar nuestra articulación en puros documentos
que después, cuando llegamos a los países, ponemos en una gaveta y a veces
entre nosotros los de izquierda, nos peleamos por una coma y no hacemos nada
por la lucha”.
Más adelante analizó lo que
habían sido limitaciones y errores de “algunos gobiernos” a los que calificó de
“neodesarrollistas”, embistió contra las “democracias burguesas” y las dio por
acabadas, de la misma manera que hizo una autocrítica sobre cómo fueron
decayendo los Foros Sociales Mundiales, donde “nuestro Movimiento fue fundador
y apostó fuerte” en cada una de sus ediciones. Por otro lado, valoró
taxativamente al internacionalismo, la formación de cuadros, las
construcciones antiburocráticas y el trabajo con las masas y la lucha en la
calle, apuntando que es en ese territorio donde se pueden forjar victorias
populares. Identificó a la plataforma que ahora nace como anticapitalista,
antiimperialista, anticolonialista, antimilitarista y antipatriarcal. Y no dudó
en advertir que la articulación tiene que darse con todas las formas de
organización sin ninguna jerarquía.
Antes de su discurso, la
alcaldesa de Caracas “la rebelde”, Ericka Farías había dado la bienvenida a
todos los y las participantes, comentando con orgullo las alternativas de lo
ocurrido el sábado en las calles de la ciudad, cuando cientos de miles de
manifestantes repudiaron cualquier intervención imperial y aclamaron al
presidente Maduro.
Posteriormente, intervinieron la
delegada por Estados Unidos, Claudia de la Cruz, educadora popular y militante
social, proveniente del sur del Bronx neoyorquino, “el sitio más pobre de todo
el país”, como ella misma lo definió. Señaló que en el mundo se está dando “un
fracaso de la crisis neoliberal” que genera una serie de políticos destinados a
hundir el poder popular. Luego explicó que es esa casta y sus amos los que
“invierten millones de dólares para salvar un sistema moribundo y hundir a las
clases más humildes”.
Finalmente, Vijay Prashad, de la
India, director del Instituto Tricontinental, apuntó que le dio gran
satisfacción haber visto en las calles de la ciudad a quienes ya habían luchado
en el Caracazo y que ahora se unen a nuevas generaciones de patriotas para
defender todo lo conquistado con la Revolución. Dijo que el imperio “controla
los cañones y las noticias. Esas dos son sus principales armas para conquistar
pueblos”. Y agregó: “Con ellas aplastan los sueños de la gente. Esos sueños son
precisamente lo que llamamos socialismo”, al que valoró como el factor
fundamental para acabar con el capitalismo. “Estamos en una guerra de ideas.
Las fuerzas del capitalismo controlan los medios”. aclaró, pero “hay muchos que
en todo el mundo resisten y esperan para pasar a la ofensiva”.
Por la tarde, en otro panel
Manuel Bertoldi, de la articulación Alba Movimientos describió en profundidad
lo que significa la ofensiva neoliberal y el fascismo en el continente y
calificó de necesario tener en cuenta que en Latinoamérica hay dos proyectos en
disputa: el imperialismo y todo lo que de él se deriva y los procesos del ALBA,
que significaron un cambio radical en el modelo de integración continental.
Concluyó convocando a reafirmar la solidaridad internacional con Venezuela. “Si
Venezuela no avanza, es muy difícil que avancen las otras luchas”.
La jornada tuvo un cierre de lujo
con la presencia y un discurso apasionado y de fuerte contenido coyuntural, de
la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Ella felicitó al pueblo de Venezuela por el
patriotismo demostrado el sábado en la frontera con Colombia, defendiendo la
soberanía. Le pegó duro al presidente Trump, al Cartel de Lima y al senador
ultraderechista Marco Rubio, al que apodó “Mope”. Los calificó como enemigos
que no podrán con “esta Revolución” y no dudó en mencionar que “si se atreven a
hacer una intervención armada, como dice la consigna que canta nuestra gente,
el mundo se habrá de levantar”.
La Asamblea deliberará hasta el
miércoles, discutiendo y aprobando cursos de acción. El cierre será seguramente
con Nicolás Maduro, cuyo discurso será muy esperado puesto que ya habrá
sucedido la reunión del Cartel de Lima con Mike Pence en Bogotá, buscando ver
qué hacen de aquí en adelante después del fracaso que sufrieron en la frontera
por donde querían colar la seudo “ayuda” que nadie les pidió. Todo lo
contrario, ya que en Venezuela no hay “crisis humanitaria” sino fervor
antiimperialista.