La Izquierda Socialista
El Sindicato de Trabajadores del
Instituto Salvadoreño del Seguro Social (STISSS) cuenta con larga trayectoria
de lucha. Hoy está siendo atacado. El pasado 4 de septiembre el Ministerio de
Trabajo, encabezado por Rolando Castro, declaró disuelta la junta directiva del
sindicato, que había sido democráticamente electa en asamblea general en 2018.
Esto se da después de una serie de maniobras como la realización de una
supuesta asamblea, convocada a todas luces de forma ilegítima e ilegal. Ahora
con el aval del actual gobierno se ha desalojado violentamente el local
sindical. Se busca aplastar al sindicato combativo, apoyándose en la injerencia
del Estado, para después avanzar en la privatización del sector salud.
El Secretario de organización y
estadística del STISSS, Roberto Méndez, declaró para el diario Colatino que:
“La idea es privatizar algunas áreas de la institución que generan bastante ganancia,
las áreas de mantenimiento, lavandería, alimentación, vigilancia e incluso
estudios de laboratorio”. Lo que se busca es perpetrar un ataque contra el
conjunto del pueblo salvadoreño.
Debemos tener memoria histórica. Después
de la Guerra Civil, los gobiernos de Arena, defendiendo los intereses de la
oligarquía y los imperialistas, lanzaron una ofensiva en contra de las
conquistas y derechos de los trabajadores. Eso significó un empobrecimiento
mayor del pueblo, la violencia no terminó y la migración incluso creció más que
durante la guerra, pues la gente huía del hambre. En esa ofensiva se
privatizaron importantes industrias y ramos de éstas como en el caso de la
Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), la Administración
Nacional de Telecomunicaciones (ANTEL), las pensiones y la banca. Estas
medidas, nada positivo trajeron para el pueblo trabajador.
Cuando la salud estuvo en la mira, el
STISS se puso al frente de la lucha contra la privatización de este sector. Las
marchas blancas fueron una gesta heroica que unificó al pueblo contra los
ataques de la burguesía. En medio de esas importantes luchas surgieron
organizaciones revolucionarias como el Bloque Popular Juvenil. Este movimiento
derrotó la privatización de la salud y recuperó la confianza del pueblo
salvadoreño en la nueva etapa de la lucha. Hoy se quiere borrar esa historia y
hacer del STISS un sindicato maniatado de manos, controlado, eliminando su
combatividad. Esto sería un antecedente muy malo que podría intentar aplicarse
en el futuro próximo a otras organizaciones de los trabajadores. Así como las
marchas blancas no fueron una lucha sólo del STISS hoy el ataque al STISS no es
un ataque sólo contra este sindicato, es un ataque contra el pueblo
salvadoreño.
Es fácil para un trabajador o un joven
revolucionario en México identificarse con esta causa. Aquí el Estado en el
pasado ha ingerido a lo interno de sindicatos como el Minero Metalúrgico y el
Mexicano de Electricistas para buscar sustituirlos por sindicatos controlados.
Su táctica fue forzar artificialmente un conflicto interno, dar apoyo a las
oposiciones de derecha y luego lanzar ataques severos. En el caso del SME el
ataque interno fue seguido de la disolución de la compañía eléctrica estatal
del centro del país. Estos ataques se lanzaron por los gobiernos más
reaccionarios y de derechas.
Lo que se necesita en El Salvador es
invertir en el sector salud, mejorar la infraestructura y las condiciones
laborales de los trabajadores. Nayib Bukele llegó al gobierno porque el pueblo
quiere un cambio real y profundo, pero como ya lo demostró el FMLN en el
gobierno, esto no se conseguirá haciendo concesiones a la burguesía y sin
romper con los límites del capitalismo, que en El Salvador adquiere una forma
decadente y barbárica. No hay caminos intermedios, o te pones del lado de los
trabajadores o terminarás traicionándolos.
Desde México enviamos nuestra solidaridad
al STISS, creemos necesaria la mayor unidad de los trabajadores en defensa de
la democracia y la autonomía de los sindicatos frente al Estado. Rechazamos
tajantemente a la nueva dirección que se quiere imponer y el reconocimiento de
los dirigentes que fueron electos por la base del sindicato. Nos oponemos a la
privatización de la salud y llamamos a luchar por una mayor inversión a este
sector, reequipamiento y mejora de la infraestructura y condiciones laborales
de sus trabajadores.
¡Nativa o extranjera, la misma clase
obrera!