El permafrost del ártico está liberando rápidamente carbono a la atmósfera
El permafrost es la
capa de terreno que se encuentra permanente (perma) helada (frost) durante dos
años o más consecutivos. Tiene una edad geológica de más de 15.000 años y se
encuentra bajo la capa de suelo activa que pisamos principalmente en Canadá, la
Antártida, Alaska, Rusia, Mongolia y norte de Europa. Cubre aproximadamente el
24% de la superficie de del hemisferio norte y almacena inmensas cantidades de
metano y dióxido de carbono.
Sin embargo, esta capa de terreno permanentemente congelada se está
viendo gravemente amenazada por el calentamiento global con una serie de
consecuencias que ya se están dejando sentir.
La evidencia sugiere que entre el 5 y el 15% de la gran reserva de
carbono del suelo almacenada en los ecosistemas de permafrost del norte podría
emitirse como gases de efecto invernadero para el año 2100.
El estudio
El objetivo principal de este estudio, publicado en la revista Nature
Geoscience, ha sido analizar el efecto del aumento de
temperatura sobre los contenidos de carbono del suelo de permafrost.
“Utilizamos un experimento de calentamiento de permafrost situado
en la tundra del interior de Alaska, planteado en 2008 por Ted Schuur, profesor
de la Northern
Arizona University”, describe César Plaza, investigador del
Instituto de Ciencias Agrarias del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas y del programa de becas Marie Skłodowska-Curie, coordinado por el
catedrático de Ecología de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando T. Maestre.
Durante cinco años, los investigadores
han tomado muestras del suelo del Ártico para analizar los contenidos de
carbono y su composición, utilizando como técnica la resonancia magnética
nuclear.
A pesar de su importancia, “existen muy pocas medidas directas de
los cambios que están ocurriendo en los contenidos de carbono en los suelos de
permafrost, debido a las dificultades técnicas que surgen como consecuencia del
hundimiento y la compactación de estos suelos al descongelarse”, destaca César
Plaza. Para solventar estos problemas, en este trabajo se ha utilizado el
contenido mineral del suelo como referencia para estudiar los cambios del
contenido de carbono.
Ilustración
sobre el hundimiento, compactación y pérdida de carbono de los suelos de la
tundra al descongelarse en el permafrost como consecuencia del calentamiento. /
Victor O. Leshyk, Center for Ecosystem Science and Society, Northern Arizona
UniversityAumentar la mediciones El estudio, sobre todo, señala la importancia de hacer medidas
directamente en el suelo y de extender dichas mediadas a toda la región de
permafrost para llegar a comprender mejor cómo está afectando al cambio
climático.Los principales resultados de esta investigación revelan pérdidas
importantes de carbono del suelo, tanto en el tratamiento de calentamiento como
en el de control. “Este fenómeno puede deberse posiblemente al transporte del
carbono en los flujos de agua laterales del suelo, pero también a la
respiración microbiana y la descomposición de la materia orgánica”, apunta el
investigador Marie Skłodowska-Curie.Este trabajo se ha realizado durante una estancia de César Plaza en
la Northern
Artizona University, financiada a través del programa de becas
Marie Skłodowska-Curie para investigadores experimentados al proyecto VULCAN,
coordinado por el profesor de la URJC Fernando T. Maestre.Referencia bibliográfica:Plaza, C., Pegoraro, E., Bracho, R., Celis, G., Crummer, K.G.,
Hutchings, J.A., Hicks Pries, C.E., Mauritz, M., Natali, S.M., Salmon, V.G.,
Schädel, C., Webb, E.E., Schuur, E.A.G. Direct observation of permafrost
degradation and rapid soil carbon loss in tundra. Nature Geoscience, DOI:
10.1038/s41561-019-0387-6.