Burbuja inmobiliaria en Colombia
Por John Freddy
Gómez, Camila Andrea Galindo
En los últimos años hemos evidenciado
tanto empíricamente, por medio de la observación, como por medio del estudio de
la valorización del sector inmobiliario en Colombia, un incremento sostenido de
los precios de las viviendas y de las tierras en las grandes ciudades y sus
respectivas periferias, y que aunado a la violencia impresa en nuestra historia
ha propiciado la concentración de la población en las grandes ciudades.
Aunque los salarios en Colombia no
han aumentado, sino que por el contrario han sido regresivos con respecto a las
necesidades básicas, los precios de las viviendas mantienen un incremento
sostenido, una contradicción ínsita, que nos lleva a constatar el papel de las
entidades financieras tanto en el apalancamiento del sector
inmobiliario, como en el sostenimiento de la demanda.
Este proceso de financiarización del
circuito ha producido una burbuja especulativa> en los precios
de las viviendas en Colombia imponiendo mayores costos y obligaciones
financieras para el acceso a una vivienda digna y propia. Esta burbuja
especulativa determina una clara tendencia de debilidad de la economía
colombiana, y la imposibilidad del pago de estos créditos estructuralmente
insostenibles por parte del pueblo colombiano.
Causas,
consecuencias y perspectivas de la burbuja inmobiliaria en
Colombia
Colombia ha vivido una alta tasa de
concentración de la población en las grandes ciudades y sus respectivas
periferias, derivado de la violencia impresa en la historia del país, que se ha
concentrado en el terreno rural por el control de la tierra y el territorio
como fuente de control económico y también de hegemonía política en el ámbito
local y nacional.
La afirmación según la cual “la
apropiación, el uso y la tenencia de la tierra han sido motores del origen y la
perduración del conflicto armado” abre un camino para explorar estas
dimensiones que lo hacen condición de viabilidad de la nación y que conducen a
momentos fundacionales de la misma. En la formación social colombiana los
grupos de poder han generado distintas modalidades de apropiación de los
recursos y de control de su población, separando a las comunidades de sus
tierras y territorios tradicionales y limitando el acceso a los mismos mediante
procedimientos en los que se han combinado el ejercicio sistemático de la
violencia con políticas de apropiación y distribución de las tierras públicas
(Comisión Histórica del conflicto y sus victimas, 2015, pág. 356 y 357)
Este proceso ha conllevado a que en
Colombia, según la Agencia de la ONU para los refugiados -ACNUR-, el país se
ubique con el mayor desplazamiento forzado interno a nivel mundial, por encima
de Siria, con 7,7 millones de personas. (Redacción El Tiempo, 2018)
Según el más reciente censo nacional que el Departamento Administrativo
Nacional de Estadística -DANE- realizó en el 2018, en Colombia concurre una
población de 45,5 millones de colombianos, es decir que aproximadamente un 17%
de la población se ha visto en situación de desplazamiento forzado, un índice
totalmente desgarrador.
Este índice de desplazamiento forzado
conllevó a la concentración de la población colombiana, en donde
aproximadamente el 77,8% de las personas viven en las cabeceras municipales, el
18,1% en el ámbito de lo rural y el 4,1% en los centros poblados. Esto constata
como en las cabeceras municipales y los centros poblados, en sumatoria, viven
algo más de 37 millones de colombianos un 81,9% del total de 45,5 millones
residentes en el país. (DANE, 2018)
Históricamente una gran parte del
pueblo colombiano, a partir de la década de los 90 del siglo XX, se ha visto
expuesta al incremento de los precios de las viviendas derivado de: a) la
desregulación del sistema financiero en Colombia, b) las políticas públicas a
favor del sistema financiero e inmobiliario y, c) la necesidad inherente de la
sociedad por el acceso a una vivienda.
A finales de la década de los 90, en
sintonía con los llamados tigres asiáticos y la crisis financiera en Rusia, se
vivió en Colombia una crisis de gran envergadura debido a la desaceleración de
los mercados de capitales y el bajo acceso del país a las divisas
internacionales, donde Colombia con el fin de proteger sus divisas y en pro de
la atracción de estas, aumentó las tasas de interés ocasionando
un aumento exponencial en los créditos hipotecarios inmobiliarios(ANIF, 2011).
Donde en paralelo, desde la década de los 90, este mercado vive un síntoma de
burbuja especulativa derivado del apalancamiento artificial de la demanda, como
se puede evidenciar en el siguiente extracto y gráfica.
“En ese sentido, se señala que el
crecimiento de la década del noventa estuvo asociado al aumento del
endeudamiento de los hogares (créditos de vivienda y de consumo), de los
empresarios (inversiones de innovación o de especulación) y del Estado
(financiamiento del déficit fiscal), lo cual habría generado una especie de
prosperidad al debe” (Estrada, 2006, pág. 267)
Precios de la vivienda en Colombia
(promedio 1989-2010=100). Extraído de ANIF, 2011, pág. 7.
Como se atestigua en la anterior
gráfica, los precios de las viviendas en Colombia tienen un aumento exponencial
a partir de los años 90 con el proyecto de apertura económica[1] 1/.
Esta política económica ocasionó el aumento de la financiarización de la
economía y la desregulación del sistema, produciendo una burbuja especulativa
en el sector inmobiliario, que no responde a la demanda real derivada de los
ingresos de los colombianos, sino al apalancamiento sin control del sistema
financiero.
Esta burbuja reventó a finales de la
década de los 90 jalonada por la crisis económica internacional, dando paso a
una contracción del sistema financiero y al aumento de las tasas de interés en
el país, conllevando al despojo de cientos de miles de viviendas por parte de
las entidades financieras y la realización del capital especulativo, por medio
del despojo tanto directo de las entidades financieras al pueblo colombiano,
como también por las políticas de reajuste estructural puestas en marcha en
Colombia, lo que impactó el gasto social, mientras se beneficiaba al gran
capital y claramente al sistema financiero tanto nacional como internacional.
Este primer ciclo y detonación de la
burbuja especulativa inmobiliaria a finales de la década de los años 90 del
siglo XX, conllevó a diferentes consecuencias a nivel individual y de conjunto
del pueblo colombiano 2/.
Pero rápidamente, a partir del año 2001, con la puesta en marcha de las
políticas de reajuste estructural y la reducción de las tasas de interés
-pasando de 45% en octubre de 1999 a rondar el 5% promedio en los últimos años
y la reducción de el encaje bancario del 27% en 1995 a rondar el 6% a partir
del año 2000 (Ocampo, 2015)- se observa un incremento sostenido de los precios
de las viviendas pasando del 70% del valor real a rozar los 150% de su valor
real, es decir una especulación del 50% por encima del valor real de la vivienda
para el año 2010, ocasionado por el apalancamiento artificial de la demanda de
viviendas y construcción de estas.
(…) la política aplicada por la Reserva Federal luego del hundimiento
estrepitoso de las acciones de empresas tecnológicas en Estados Unidos a partir
de marzo de 2000, y que fue bautizado como la crisis dot/com. Poco después del
desplome bursátil, el banco central expandió la emisión monetaria de manera dramática y
radical para asegurar la recuperación de los mercados de capitales y de la
economía estadounidenses en su conjunto. Nunca antes se había aplicado una
política tan expansiva, A partir de enero de 2001 el banco central redujo la
tasa de interés que se encontraba en 6,5% hasta llegar al 1,7% a mediados de
2002 y luego apenas al 1% en 2003 y 2004 (Marichal, 2010, pág. 280)
Esta dinámica nacional se solapó con
la política de Estados Unidos tras la crisis de los punto com, como
se puede evidenciar en el anterior extracto, originando un aumento sostenido de
los precios de las viviendas sin tener en cuenta la depreciación de
los salarios reales, propiciando de nuevo una burbuja especulativa en el sector
inmobiliario en el país. En la siguiente gráfica podemos observar como los
precios reales de la vivienda en Colombia entre el año 2001 hasta el año 2016
han tenido un incremento sostenido.
Precios reales de la vivienda en
Colombia (Promedio 1989-2017=100). Extraído de Clavijo, Vera & Beltran,
2018.
En Colombia los precios de las
viviendas responden al apalancamiento de las entidades financieras donde el
saldo de la cartera de vivienda pasó de alrededor de 30 billones de pesos a más
de 65 billones de pesos en el año 2017, manifestando un crecimiento del 134% en
tan solo 7 años, como se puede evidenciar en la siguiente gráfica, corroborando
la burbuja especulativa en los precios de las viviendas donde existe un precio
especulativo de por lo menos un 50% por encima del valor real de la vivienda en
Colombia. Aunque este incremento del 50% en los precios de las viviendas es
relativo y se observa que para el caso de Bogotá es superior al 100% como se
evidencia en el siguiente extracto:
Un crecimiento de más del 100% en el
valor de los predios en algunos sectores de Bogotá prendió las alarmas
(Bohórquez, 2013)
Evolución del saldo de la cartera de
vivienda entre 2011 a 2017. Extraído de ASOBANCARIA, 208, pág. 33.
El acrecentamiento de la cartera de
vivienda, que pasó de 28,8 billones de pesos en el año 2011 a 65,3 billones en
el año 2017 manifiesta un aumento de 134% entre estos 7 años; mientras que el
aumento del salario mínimo pasó de 535.600 pesos en el año 2011 a 781.242 pesos
en el año 2018, un incremento de aproximadamente un 46%, es decir, que en el
mismo periodo 2011 a 2018, la cartera de vivienda creció aproximadamente 3
veces más que el salario de los colombianos.
Recalcando, claro está, que este
incremento del salario antes de aumentar con razón a la realidad de la economía
y las necesidades crecientes de la sociedad se ve deteriorado, cada vez más, y
a la suma se mantiene el poder adquisitivo del año vencido, configurando una
tasa de sobreexplotación laboral donde “[…] en 2019, la nueva canasta básica
familiar dada a conocer por el DANE en enero pasado, le cuesta a un hogar
promedio -integrado por cuatro personas 3.488.577 pesos mensuales. El hogar
requiere de 4,2 salarios mínimos legales para la adquisición de todos los
bienes y servicios necesarios y vitales” (Sarmiento, 2019, pág. 11)
Un hogar promedio en Colombia está
constituido por entre 3 y 4 personas, donde los ingresos no superan el millón
de pesos. Esta dinámica socioeconómica tan solo es sustentable dada la alta
tasa de financiarización de la economía, tanto en el mercado de vivienda como
en el caso de los créditos de consumo, que vienen a permitir en el corto plazo
el acceso a las necesidades básicas insatisfechas para la reproducción de la
fuerza laboral manifestando la característica por antonomasia de los países
periféricos, la sobrexplotación.
El aumento indiscriminado de los
préstamos de vivienda en Colombia, no reflejan la realidad de la economía
colombiana y mucho menos la sostenibilidad de estos préstamos debido a los
bajos salarios en el país, arrojando a un potencial impago de las deudas
hipotecarias e inmobiliarias. Pero esta dinámica no es perpetua, y conlleva a
graves crisis económicas determinadas por las burbujas especulativas, que para
el estudio manifiesta el aumento irreal de los precios de las viviendas en
Colombia, a partir de la alta financiarización de este mercado y lleva consecuencias
como las siguientes:
Se evidencia el ascenso de precios de
los activos hipotecarios y, en consecuencia, la menor asequibilidad de compra
de los hogares. Mientras que en 2005 se necesitaban 366 Salarios Mínimos
Legales Mensuales para adquirir 100 metros cuadrados de vivienda, a precios
promedio de la época (cifra equivalente a 30 años de trabajo), al cierre de
2013 se requerían 504 Salarios Mínimos Legales Mensuales, necesitándose ahora
42 años de trabajo (…) estos valores ya se acercan a los preocupantes precios
de las exclusivas zonas de Leblon en Río de Janeiro (donde el metro cuadrado
llega a US$9.500) y no están muy distantes de los de Manhattan (US$12.200)”(Redacción Dinero,
2014)
Si bien la demanda y la oferta de
crédito ha disminuido a partir del año 2016 tras la desaceleración de la
economía a nivel mundial y tras el desplome de los precios de las commodities,
dado el escenario de los aumentos de las tasas de interés en Estados Unidos a
partir del año 2014, la desaceleración no ha sido tan profunda debido en parte
a la indecisión del aumento sostenido de la tasa de interés en Estados Unidos
derivada de la confrontación económica que Estados Unidos tiene con China.
Aunque los créditos de vivienda no
muestran un deterioro profundo en Colombia, en parte por la compra y recompra
de carteras vencidas entre distintas instituciones 3/.
Esta burbuja especulativa ha generado un impedimento en el acceso de los
colombianos a una vivienda digna y ha ocasionado grandes procesos de
expoliación de fracciones cada vez más grandes de salarios, repercutiendo en la
mínima retribución que no asegura las necesidades mínimas y que lanza al pueblo
colombiano a las manos de las instituciones financieras, donde en Colombia
mantienen tasas de interés altas y tasas de manejo elevadas e irregulares,
entre otros cobros totalmente onerosos.
En este contexto nebuloso para la
economía colombiana se pretende mantener y profundizar dicha financiarización
del mercado inmobiliario tras la desaceleración del sector, por medio de la
ampliación de la financiación del 70% al 90% dinamizando la burbuja
especulativa y ensanchando la de por si inflada burbuja especulativa en este
sector, como se evidencia en el siguiente extracto:
El ministro de Vivienda, Jonathan
Malagón, anunció este viernes un nuevo paquete de seis medidas para la
reactivación del sector que persiguen el doble objetivo de consolidar el
segmento de Vivienda de Interés Social, VIS y reactivar el segmento de vivienda
No VIS (…) que para tal efecto se expedirá un decreto que facilitará el acceso
a la vivienda a través del aumento de la financiación hasta el 90% de su valor
que es una medida que dinamizará el mercado hipotecario (Caracol Radio,
2019)
Una nueva crisis de deuda privada,
deuda de vivienda y de consumo, como de deuda pública 4/ se
cierne en el devenir del país, la cual beneficiará a los sectores económicos y
financieros nacionales e internacionales, imponiendo, como contracara, las
mayores penurias al pueblo colombiano y acrecentando las dinámicas de
sobrexplotación laboral, opresión y despojo en el país. Esta es una crisis
anunciada la que debe ser estudiada, divulgada y entendida con el fin de
generar procesos de contención y de justicia social, donde el 1% que se ha
beneficiado y estructurado este tipo de economía responda por las consecuencias
y no así el 99% del pueblo colombiano.
El leviatán
colombiano y su papel en la crisis
Preexisten actores que mantienen su
relevancia, tanto en la crisis de finales de la década de los años 90, como en
la actual burbuja especulativa inmobiliaria que se vive en estos momentos. Este
es el caso de Sarmiento Angulo que amasó su fortuna en parte con la
construcción de viviendas y la incursión en el sistema financiero en la década
de los años 60 y 70 del siglo XX, con el fin de tener el control completo del
circuito inmobiliario, beneficiándose de la desregulación de la economía, la
apertura económica, el subsecuente ajuste estructural y el
despojo institucional y estructural al pueblo colombiano, como se puede
evidenciar en el siguiente extracto.
En noviembre de 1998, y como
salvamento para el sector bancario y ayuda a los morosos de la banca
hipotecaria, el Gobierno decretó la emergencia económica. Entre las medidas
adoptadas: Se creó el impuesto bancario del dos por mil, con vigencia hasta
diciembre de 1999. Recursos que se destinaron a salvar la banca”. Luego se
extendió y amplió, hoy es 4 por mil y lo temporal se hizo definitivo, aunque
superada la crisis y su destino (González, 2018)
Este gran poder económico basado en
el despojo del pueblo colombiano, parte de su relación directa con el poder
gubernamental y su financiamiento continuo a las diferentes candidaturas
presidenciales, con el fin de diseñar políticas a su medida, como el mismo
Sarmiento Angulo manifiesta en una entrevista en la revista semana, donde declara
su papel en la redacción de leyes y en la contraposición directa a proyectos de
envergadura nacional, como se puede evidenciar en el siguiente extracto:
En los ’ratos libres’ también se
dedica a ser interlocutor de Presidentes -dice que desde Virgilio Barco hasta
ahora todos han sido amigos suyos-, participa en redacción de leyes -se siente
orgulloso de que en muchas de ellas hay artículos redactados por él- y en los
últimos años ha dejado oír su voz crítica sobre asuntos medulares del país (Semana,
2009)
Sarmiento Angulo se posiciona como el
leviatán colombiano generando las normas, la violencia simbólica que se
concreta en la violencia estructural, que determina en parte el habitus del
pueblo colombiano y que lo modela a partir de su hegemonía, promocionando estas
gracias a su control e influencia en los medios masivos de comunicación y en
últimas respaldado por la violencia física del Estado capturado por este
individuo.
A partir de esta relación y dominio
sobre diferentes gobiernos en las últimas décadas en Colombia, ha logrado la
transferencia de recursos públicos hacia diferentes sectores de su propiedad
por medio de las Asociaciones Público-Privadas, el control de gran parte de los
recursos pensionales de los colombianos, grandes concesiones y controles de los
proyectos inmobiliarios alrededor del país, entre otros proyectos que le
benefician directamente a su monopolio.
Se ha visto expuesto en diferentes
casos de corrupción, donde ha salido avante gracias a su poder en el Estado
colombiano y su abogado de cabecera Néstor Humberto Martínez exfiscal general
de la nación, así mismo derivado de sus medios masivos de comunicación y la
influencia en la totalidad de estos, oculta su relación directa, ante el pueblo
colombiano, en los casos de corrupción y de políticas antisociales diseñadas de
su puño y letra.
Sarmiento Angulo se ha beneficiado de
las crisis y sus reajustes desde la década de los 70Es así como Sarmiento
Angulo se ha beneficiado de las crisis y sus reajustes desde la década de los
70, ha movilizado su poder para ejercer un control en el Estado colombiano, ha
diseñado políticas a favor del control de las pensiones, con el fin de acumular
y rentar estos dineros en sus empresas y en particular en el sector
inmobiliario, recreando la burbuja especulativa antes expuesta.
Es decir, que con los dineros del
pueblo colombiano, que cotizan mes a mes en los fondos privados de pensiones,
los dineros transferidos desde el Estado por medio de las APP y los recursos
derivados de la opresión de sus entidades financieras, Sarmiento Angulo impone
un circuito en el que gana tanto en los momentos de ampliación de la
construcción y financiación en el circuito inmobiliario, como en los momentos
de recesión y crisis. Gracias a su experiencia en las crisis de los 90 y su
hegemonía en la política y la economía del país.
Un circuito económico producido para
el despojo estructural e institucionalizado es lo que se evidencia,
beneficiándose y generando las crisis económicas tanto en el sector privado por
medio de la burbuja inmobiliaria, como por medio de su compra continua de deuda
pública del Estado con dineros del pueblo colombiano, recreando así una deuda
de carácter totalmente odiosa, insostenible y no se puede asegurar que ilegal,
en el orden nacional, debido que Sarmiento Angulo se posiciona como el leviatán
colombiano.
Se debe procurar por conocer los
diseñadores de las políticas económicas tanto los empresarios y sus intereses,
los políticos que las apalancan y los técnicos que las sustentan, con el fin de
no repetir los procesos de los 80 y 90 del siglo XX en Colombia y estructurar
una respuesta, que configure una sociedad con justicia social y que procure por
la dignidad y la paz, tan anhelada en nuestro país.
Conclusión
Es necesario evidenciar estos
procesos de expoliación y de opresión financiera con el fin de extender una
contraofensiva ante una inminente crisis económica, que no solo partirá de la
deuda privada sino que se concatenará con una crisis de deuda pública
ocasionando un escenario totalmente nebuloso en una sociedad que lucha por
construir una sociedad con paz y justicia social ante las negativas
irrestrictas del gobierno de Iván Duque y su partido el Centro Democrático
avalado por la fracción más retardataria del capitalismo en el país y en la
región. En este sentido es urgente adelantar procesos de auditoria de deuda no
solo a nivel estatal sino también respecto a los créditos privados de consumo e
hipotecarios, por medio del estudio de la deuda, y su configuración como
herramienta de despojo y del papel del sistema financiero en ella se puede
contribuir a la conciencia social que se articule en movimientos y exigencias
para desmantelar este poder y recuperar la soberanía.
Notas:
1/ La apertura
económica parte de la profundización del neoliberalismo en el país con las
políticas de flexibilización y desregulación laboral, liberalización y
desregulación económica, privatización de activos públicos, entre otros
proyectos basados en la ortodoxia de la economía neoclásica bajo el gobierno de
Cesar Gaviria.
2/ Para mayor
información remítase a (Gómez & Galindo, La deuda pública en Colombia,
2014), (Giraldo, 2012) y (Estrada, 2004)
3/ Esta dinámica de
compra y recompra de cartera es manifestación de las dinámicas de una
exponencializada especulación, estimulando una crisis de deuda privada en el
país.
Referencias
ANIF. (Mayo de 2011). El crédito
hipotecario en Colombia: Evaluación del impacto regulatoria
pos-crisis. Obtenido de ANIF: http://anif.co/sites/default/files/investigaciones/anif-bid0511.pdf
ASOBANCARIA. (25 de Agosto de 208).
Informe de tipificación: La banca colombiana en 2017. Obtenido de
ASOBANCARIA: https://www.asobancaria.com/wp-content/uploads/Libro-de-Tipificacion2017WebVFPaginas.pdf
Bohórquez, E. (28 de Noviembre de
2013). ¿Precios artificiales en la vivienda? Obtenido de El Espectador: https://www.elespectador.com/noticias/economia/precios-artificiales-vivienda-articulo-461155
Caracol Radio. (7 de Junio de 2019).
Colombianos podrán comprar vivienda con pago del 10% de la cuota inicial.
Obtenido de Caracol Radio: https://caracol.com.co/radio/2019/06/07/nacional/1559932542_561617.html
Clavijo, S., Vera , N., &
Beltran, D. (22 de Enero de 2018). ANIF. Obtenido de Mercado de vivienda nueva
en Colombia: cierre 2017 y perspectivas 2018: http://www.anif.co/Biblioteca/politica-fiscal/mercado-de-vivienda-nueva-en-colombia-cierre-2017-y-perspectivas-2018-no
Comisión Histórica del conflicto y
sus víctimas. (2015).
Contribución+al+entendimiento+del+conflicto+armado+en+Colombia. En D. Fajardo,
Estudio sobre los orígenes del conflicto social armado, razones de
supersistencia y sus efectos más profundos en la sociedad colombiana (págs.
352-406). Bogotá: Alto Comisionado para la paz .
DANE. (Noviembre de 2018).
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN POR CLASE, 2005 - 2018. Obtenido de DANE: https://sitios.dane.gov.co/cnpv-presentacion/src/#donde00
Estrada, J. (2004). Construcción del
modelo neoliberal en Colombia 1970-2004. Bogotá D.C.: Edicciones Aurora.
Estrada, J. (2006). Elites
intelectuales y diseño de políticas de ajuste estructural en Colombia
1988-2000. En J. Estrada, Las reformas estructurales y la construcción del
orden neoliberal en Colombia (págs. 247-284). Bogotá: Universidad Nacional de
Colombia.
Galindo , C., & Gómez, J. (19 de
Marzo de 2018). Financiarización, Salario y Crisis en Colombia. Obtenido de
CADTM: http://www.cadtm.org/Financiarizacion-Salario-y-Crisis-en-Colombia-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975-15975
Galindo, C. A., & Gómez , J. F.
(6 de Enero de 2016). La deuda en Colombia como factor de consolidación y
acumulación del sistema socio-económico. Obtenido de CADTM: http://www.cadtm.org/La-deuda-en-Colombia-como-factor
Giraldo, C. (27 de 08 de 2012). El
acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: un ajuste
que llevará la economia al colapso. Obtenido de Cedetrabajo: http://cedetrabajo.org/wp-content/uploads/2012/08/27-10.pdf
Gómez, J., & Galindo, C. (13 de
Octubre de 2014). La deuda pública en Colombia. Obtenido de CADTM: http://www.cadtm.org/La-deuda-publica-en-Colombia
Gómez, J., & Galindo, C. (12 de
Noviembre de 2018). América Latina en el Laberinto de la Deuda. Obtenido de
CADTM: http://www.cadtm.org/America-Latina-en-el-Laberinto-de-la-Deuda
González, A. (12 de Julio de 2018).
Una fortuna hecha sobre el sudor y lágrimas de los colombianos. Obtenido de Las
2 Orillas: https://www.las2orillas.co/una-fortuna-hecha-sobre-el-sudor-y-lagrimas-de-los-colombianos/
Marichal, C. (2010). Las Grandes
Crisis Financieras. Buenos Aires: Editorial Sudamericana S.A.
Ocampo, J. A. (2015). Una historia
del sistema financiero colombiano 1951-2014. Bogotá: El Tiempo Casa Editorial
S.A.
Redacción Dinero (4
de julio de 2014). ¿Burbuja hipotecaria en Colombia? Dinero, págs. https://www.dinero.com/economia/articulo/burbuja-hipotecaria-colombia/194507.
Redacción El Tiempo (19
de Junio de 2018). Colombia volvió ser el país con más desplazados internos.
Obtenido de El Tiempo: https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/colombia-volvio-ser-el-pais-con-mas-desplazados-internos-en-el-mundo-segun-la-acnur-232658
Sarmiento, L. (20 de Abril de 2019).
Canasta básica familiar y pauperismo en colombia, 1998-2019. Desde Abajo, págs.
1-23.
Semana. (28 de Noviembre de 2009). El
rey midas. Obtenido de Semana: https://www.semana.com/nacion/articulo/el-rey-midas/110419-3