Estados Unidos es
modelo del pago por horas. En este país la gente debe tener 2 o 3 empleos al
mismo tiempo para tener un ingreso que permita acceder a las necesidades de
consumo mínimas, y en unas condiciones de subordinación tan altas al trabajo
que prácticamente las vacaciones pagas –según estudio del Centro para la
Investigación Económica y Política de E.U– no existen para el 25% de la
población ocupada.
Lo que, afirman expertos, crea un
desequilibrio en la relación trabajo-vida que no se ve en otras economías
avanzadas. No solo el pago de las vacaciones es sujeto de negociaciones
desiguales entre empleador y empleado, sino las incapacidades por enfermedad y
los días feriados nacionales.
Desde
1979 al 2015 el PIB estadounidense creció 149%, la productividad 64%
y los salarios en términos reales no crecieron. Aunque se argumenta que
hoy se trabaja menos para comprar electrodomésticos, lo cierto es que en términos
globales se debe trabajar el doble para adquirir una canasta de bienes y
servicios básicos para el sostenimiento de una familia.
Si
bien el Senador Uribe acaba de retirar del proyecto de ley 212 de reforma
laboral los artículos que establecen la cotización a la seguridad social por
horas, la amenaza persiste porque se encuentra en las Bases del Plan Nacional
de Desarrollo, documento que se integra al articulado del PND en su artículo 2.
En
las bases del Plan de Desarrollo del Gobierno de Duque, en el Pacto por la
Equidad, se plantea como estrategia para promover la afiliación a la seguridad
social el trabajo por días y horas en los siguientes términos, “De esta manera,
podrán hacer parte del piso mínimo diversos tipos de trabajadores:
dependientes, contratistas, independientes, aquellos con esquemas de
vinculación no tradicionales, aquellos con trabajos temporales u ocasionales
como los del sector agropecuario y, en general aquellos que laboren por lapsos
inferiores a un mes, por días o por
horas”.
Esta
estrategia se conecta con el artículo 193 del PND que crea el Piso de
Protección Social para los trabadores que ganen menos de un salario mínimo. Es
la razón por la cual el Comité Nacional de Paro en la reunión con la
presidencia exigió al Gobierno “no realizar reformas laborales, tramitando
además la derogatoria de los artículos 193, 198, 240 y 242 del Plan Nacional de
Desarrollo”
A
su vez la Ministra de Trabajo insiste que el trabajo por horas se hace
necesario para adaptar el empleo a las nuevas condiciones de la globalización. En
el portal del Ministerio de Trabajo, la Ministra Alicia Arango
plantea la necesidad del trabajo por horas de la siguiente manera:
«Es necesario dar flexibilidad para que
más colombianos puedan trabajar y tener derecho a la salud, a la pensión y a
sindicalizarse. Mientras más rígidas sean las normas laborales, menos empresas
estarán dispuestas a contratar más gente, y necesitamos más trabajo formal. El
mundo se ha globalizado en temas de contratación y, por eso, hay que revisar y
socializar este tema con los sindicatos. Hasta ahora nada está definido o
escrito, pero tenemos que avanzar en esta reforma».
El
retroceso de Uribe es un triunfo del Paro Nacional, pero la amenaza aún
subsiste, por lo que debemos seguir movilizados para derogar el artículo 193
del PND de este gobierno, y lograr las demás reivindicaciones sociales y
ambientales.
¿Qué hay detrás de la propuesta de
trabajo por horas?
¿Pero
que se propone y que intereses representa la propuesta del trabajo por horas
del Gobierno y del partido de gobierno?
El
trabajo por horas es la forma como el capital financiero saquea la fuerza
laboral para sostener la burbuja especulativa que ha creado, con métodos
nazistoides de reciclaje de los trabajadores.
Las
políticas financieras de especulación y altos costos financieros reducen a
cifras negativas la rentabilidad de las empresas, que para poder subsistir
deben hacer recortes salariales para generar ganancias, canibalizando al
trabajador. Éste a su vez debe recurrir al crédito de consumo para poder
complementar el ingreso que necesita para la sobrevivencia.
Según
el DANE, el PIB del país en el tercer trimestre de 2019 creció 3,3%, impulsado
por el consumo de los hogares, que tuvo un crecimiento del 4,9%. Esto ha
generado euforia en el Gobierno, que lo presenta como un éxito de su política
económica. Pero lo que no dice es que la cartera de consumo tuvo una variación
anual del 14,5%, es decir, las familias se vienen endeudando para poder comer.
Lo que no será sostenible en el mediano plazo, y con seguridad va a colapsar.
Todas las
reformas laborales que se han implementado se han diseñado supuestamente para
generar empleo, pero terminan despidiendo al trabajador con mejores condiciones
para reengancharlo o reemplazarlo por otro en condiciones de mayor precariedad
laboral, con menores ingresos y prestaciones. Mientras el ritmo del trabajo
aumenta, sus facultades mentales y físicas se explotan al máximo, y la
reducción del sueldo le niega un nivel de vida digna.
El
Ministro de Hacienda de Hitler, Hjalmar Schacht, impuso esa práctica de
reciclar a los trabajadores en la Alemania Nazi. En su forma más extrema, la
etapa final fue el campo de concentración.
Una
modalidad del reciclaje de la fuerza de trabajo, es el envío de trabajadores en
misión, violando las limitaciones legales establecidas, por parte de las
Empresas de Servicios Temporales, que en 2018, según la Asociación Colombiana
de Empresas de Servicios Temporales (Acoset) sumó 457.524 personas. Bajo el
esquema de servicio temporal el sector manufacturero demandó 132.642 trabajadores
(29%), el sector servicios (19%), comercio (17,8%), agricultura (9%), finanzas
(8,2%), electricidad (6,2%), construcción (3,3%), transportes (3%) y minas
(1,4%).
Según cálculos
de Acoset, proyectan unas ganancias de 10% por la
administración del envió de trabajadores en misión por horas sobre el costo
hora trabajador, que seguramente será en detrimento de éste.
Adicionalmente,
existen en Colombia unos 3´800.000 trabajadores con vínculos laborales ilegales
con entidades tercerizadoras no autorizadas por la ley, como son los contratos
sindicales, las sociedades por acciones simplificadas, y fundaciones, entre
otras. Laborando para el Estado hay aproximadamente un millón de trabajadores
bajo el uso ilegal de la figura de prestación de servicios que no aplica para
trabajadores dependientes
De
igual manera, las plataformas tecnológicas como Airbnb, Uber y Rappi vienen
ganando fuerza como un modelo de negocio que oculta la relación laboral, por
tanto, los excluye de la seguridad social y de condiciones de trabajo e
ingresos decentes.
El
denominador común de estos métodos de reciclaje de la fuerza laboral es la
reducción drástica de las condiciones de trabajo y de empleo, lo que significa
más accidentalidad y enfermedades de origen laboral, más dificultad para
pensionarse, menos estabilidad y menores ingresos. Con esta política se
proponen mantener a flote un sistema financiero en bancarrota, destinado a un
derrumbe inevitable dado que las deudas y la burbuja son impagables.
Para
contener esta estrategia, la población se ha levantado contra los programas de
austeridad del FMI en varios países de la región, incluido Colombia, que desde
el pasado 21 de noviembre viene en masivas y extendidas expresiones de rechazo
al denominado “paquetazo neoliberal de Duque”, que incluye en el PND el trabajo
por horas para acabar el salario mínimo, la reforma pensional para dar fin al
régimen de prima media y entregar el futuro de la sociedad al negocio
especulativo del sector financiero, las privatizaciones del patrimonio público,
y recortes al gasto social, todo ello para garantizar el pago de la deuda del
Estado y las empresas.
Pero
por fortuna todo parece indicar que en nuestro continente el fascismo no
pasará… Las fuerzas democráticas se han puesto de pie.
Viva
el Paro Nacional…Viva…Viva…Viva