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Colombia: Terror, Violencia y Represión; El Único Recurso De Un Gobierno Corrupto


Por Rosa Espinoza
Completando la cuarta semana del Paro Cívico Nacional, los colombianos hemos vivido días intensos de lucha y aprendizaje que han dejado como resultado a trabajadores, campesinos y jóvenes más conscientes, una maduración del movimiento, un estudiantado combativo y el desgaste de la imagen del gobierno Duque / Uribe.

No obstante, la actitud pasmosa del Comité de Paro y de los supuestos liderazgos de izquierda, fiados en las herramientas “democráticas” del Estado Burgués, han incentivado a desalentar a las masas que no se sienten del todo representadas por las propuestas conciliadoras de estos caducos movimientos.
Por su parte, la clase dominante ha sabido aprovechar la dispersión y fatiga de los marchantes, para reagrupar sus fuerzas y responder con violencia. Al mismo tiempo que reprime acelera la ejecución de su mentado Paquetazo. Paradójicamente, es esta actitud la que ha funcionado mejor como combustible para mantener viva la llama de inconformidad de las mayorías.

Los Aprendizajes:

Después de la histórica movilización del pasado 21N, las ansias de la mayoría por encontrar una solución a sus problemas cotidianos a través del trabajo en común han crecido. Cada día se encuentran nuevas maneras de organización que surgen del mero descontento y que no responden, necesariamente, a las convocatorias del Comité de Paro. Por ejemplo, en Bogotá las asambleas locales han recogido los intereses de los habitantes de sus localidades, generando sus propios cronogramas de lucha que se expresan en eventos, reuniones o movilizaciones. Es evidente que se comienza a adquirir consciencia de la importancia de ordenar la lucha.
Esto se ha traducido en una solidaridad de clase de valiosa importancia para salvaguardar la vida de quienes protestan del accionar criminal de las fuerzas del Estado; generando una aprensión contra cualquier funcionario público que represente al gobierno, en especial la Policía. Prueba de esto son los hechos acontecidos durante la semana pasada.
El día 10 de diciembre, día internacional de los DDHH, en la capital del país, en medio de las protestas dadas dentro de la universidad Nacional de Colombia contra la Reforma Tributaria que se sesionaba en el Congreso y después de una tarde de enfrentamientos, provocados por la misma fuerza pública, los jóvenes, Carlo Russi y María Fernanda Pérez, fueron subidos de manera ilegal a carros particulares, sin ninguna clase de insignia institucional, para ser llevados a destinos desconocidos, en una clara muestra de intento de desaparición forzada. La rápida reacción de una pareja que pasaba por allí le salvó la vida a la joven mujer, que tuvo que ser liberada en plena calle, luego de la presión ciudadana.
 
 [Video del intento de secuestro de la joven María Fernanda Pérez.]
Russi no corrió con la misma suerte, aunque su arresto ilegal fue grabado y al día siguiente fue conocido en medios, el secuestro si se produjo. Durante la ilegitima aprehensión lo hicieron víctima de una fuerte golpiza, un sin fin de improperios y múltiples amenazas mientras era conducido al CAI (Comando de Acción Inmediata) del barrio Nicolás de Federmann, donde finalmente fue liberado.
 
 [Entrevista realizada por la periodista Claudia Julieta Duque a Carlo Russi]
Vale resaltar que esta animadversión con la que los policías y militares han tratado a la comunidad estudiantil no es exclusiva de Bogotá, el mismo accionar se replica en otras ciudades del país como Cali o Medellín.
La desconfianza contra las fuerzas del Estado se refuerza con el infortunado caso de Dylan Cruz y la reciente noticia del descubrimiento de una fosa común en Debeiba Antioquia, donde habían más de cincuenta cuerpos de entre 15 y 55 años, ejecutados por el Ejército Nacional, en épocas de la presidencia de Uribe Vélez con Juan Manuel Santos de Ministro de Defensa dentro del macabro proceder de los llamados Falsos Positivos.
No parece haber forma de volver a dar crédito a estas instituciones asesinas cuando la mayoría del pueblo colombiano ha visto y vivido en sus propias carnes la podredumbre que las corroe. Bajo el Estado Burgués, como bien señalaba Lenin en su libro “Estado y Revolución”, las fuerzas represivas son cuerpos de hombres armados en defensa de los intereses de la clase dirigente, es decir de la oligarquía dominante.
No hay, bajo el capitalismo, ninguna fuerza armada leal al pueblo. Sólo las masas en armas, organizadas bajo un Estado Socialista, pueden garantizar la seguridad de los más necesitados. Esto, que a primera vista pareciera una retahíla alejada de la realidad, tiene variados ejemplos en la historia del mundo, pero, sobre todo, tiene un ejemplo concreto en lo sucedido por estos días en nuestro país dónde hemos visto, aunque de manera embrionaria, el surgimiento de elementos de autodefensa del movimiento. Ha sido la organización consciente de los trabajadores y estudiantes, así como la ayuda solidaria entre los más desfavorecidos, las que han comenzado a dar resultados a la hora de defender nuestras vidas del abuso estatal.

La Dirección:

Lamentablemente no se encuentra una dirección acertada en las izquierdas nacionales. La crisis ideológica y mezquina de muchos de sus líderes se encuentra hoy en crisis, dando bandazos de aquí para allá y torpedeando el movimiento. Gustavo Petro, por ejemplo, líder de Colombia Humana se la ha pasado enfrascado en una pelea de egos con Robledo, líder del MOIR (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario), que sólo genera divisiones dentro de las bases de ambas organizaciones.
Por otro lado, el Comité de Paro, ha convocado a huelgas y ha sentado cara a la inoperancia del gobierno y a su cinismo, levantándose ya varias veces de la mesa de dialogo, sin embargo, no parece tener intención de ir mucho más allá. Incluso ha comenzado a mermar los llamados a la movilización, insinuando que se celebren primero las fiestas navideñas y se discuta continuar con las movilizaciones después de finales de enero del año próximo. Por encima de todo, el Comité de Paro no se ha planteado en ningún momento como objetivo propio el reclamo general del movimiento en la calle: “Fuera Duque”, en un momento en que su desaprobación es de un abrumador 75%. Aun así, las bases, fieles a su espíritu de lucha, continúan haciendo plantones, no muy numerosos, en contra de la aprobación de la Reforma Tributaria.
Este escenario parece desolador, pero lo cierto es que hacer una lectura derrotista sería un error garrafal. Frente a nosotros tenemos uno de los más grandes movimientos insurreccionales de nuestra historia reciente. El aprendizaje adquirido por las masas hoy es invaluable, así como lo son el sin número de jóvenes que han comenzado a interesarse por un nuevo cambio social. Han quedado instauradas uniones gremiales y sociales que hace unos meses nos parecían imposibles. Esto no se acaba aquí, el crecimiento de una nueva generación revolucionaria y de una clase proletaria más consciente apenas comienza.
No obstante, hace falta organizarnos mejor, tener un plan más claro que nos lleve a un verdadero cambio y que sea defendido por lo más avanzado y audaz de la clase trabajadora.
Fuera de nuestras fronteras las cosas están igual y Chile, Ecuador o Francia, entre otros países, pueden dar fe de eso. El sistema capitalista está en crisis y da muestra de su impotencia para dar alguna solución. Combatirlo desde una perspectiva marxista es lo único que nos va a asegurar un cambio definitivo, en caso contrario seremos vencidos en la lucha y deberemos resignamos a la barbarie.
  1. Adjuntamos los puntos de discusión que creemos pertinentes para las asambleas locales, propuestos en un artículo anterior: (https://www.marxist.com/no-negociamos-con-criminales-fuera-duque.htm):
  2. Fuera Duque y todo su régimen.
  3. Prisión preventiva para Álvaro Uribe Vélez y expropiación de sus bienes para reparación de sus víctimas.
  4. Persecución efectiva al narcotráfico
  5. Cumplimiento del Acuerdo de la Habana
  6. Desmonte del ESMAD y juicio popular a las fuerzas de Policía.
  7. Ningún funcionario público ganará más que un obrero calificado.
  8. Democracia en las FF.MM.: La tropa elige a sus oficiales. Define ascensos y destituye a los altos mandos por voto.
  9. Nacionalización del transporte público.
  10. Nacionalización de la banca.
  11. Supervisión y control de la actividad minera por las comunidades de los territorios impactados por ella.
  12. Reforma agraria
  13. La asambleas populares organizadas a nivel nacional bajo una estructura democrática como órgano fundamental del poder político. Por un gobierno de los trabajadores.