Jair
Bolsonaro dejó claro en su primer día de gobierno que representa de manera
decidida a una clase social y no dudará en tomar medidas perjudiciales contra
los trabajadores urbanos y rurales de Brasil. VER: CON ESTAS DECLARACIONES ASUMIÓ BOLSONARO
Dentro
de sus primeras decisiones, incluyó la reducción del reajuste del salario
mínimo en 998 reales, aunque el Congreso había previsto un ingreso mínimo de
1.006 reales para los trabajadores brasileños en el presupuesto 2019. En 2018
este ingreso fue de 954 reales.
Desde
la destitución parlamentaria de Dilma Rousseff en 2016, una de las primeras
decisiones del gobierno no electo de Temer había sido frenar la dinámica de
valorización del salario mínimo, que en 2018 tuvo el menor ajuste en 20 años.
Otro
foco atacado por el nuevo gobierno es la agricultura familiar, que produce la
mayor parte de los alimentos que consume la población.
En
su primer paquete de medidas, Bolsonaro anuló cargos y estructuras de la
Agricultura Familiar y la subordinó al Ministerio de Agricultura, que fue
entregado a los grandes capitales agropecuarios del país, junto a toda la
política de reforma agraria y tierras indígenas.
El
88% de los establecimientos agropecuarios de Brasil están en manos de la
Agricultura Familiar y representa 4,5 millones de propiedades. El 90% de los
municipios rurales con menos de 20 mil habitantes vive de estas producciones.
Así lo denunció este miércoles la máxima autoridad del PT, Gleisi Hoffmann.
El
nuevo gabinete ministerial de Bolsonaro tendrá solo a dos mujeres y sumará a
cinco miembros y exmiembros de las Fuerzas Armadas, todo un dato de los cambios
que asoman en el país.