Por: Jesús Alberto Rondón
Durante
las fiestas de fin de año una pregunta recurrente fue ¿Cómo ves la cosa para el próximo año?,
y en función del análisis que he construido podría contestar: Con Maduro las
cosas irán mal y con la oposición peor.
Explicaba
que los ataques al gobierno bolivariano se agudizarían en todos los campos, en
particular en lo económico, como muestra examiné el comportamiento de los
precios estos primeros días del año; y desde todos los flancos: en el nacional
se empezó a operar con la activación de la Asamblea Nacional y en el
internacional el año se inauguró con la declaración del Grupo de Lima, bajo la
dirección del gobierno de los Estados Unidos de América (EUA). En tales
condiciones las acciones del gobierno bolivariano tendrán impactos limitados,
sobre todo en lo económico, donde surge la precarización de las condiciones de
vida de la familia trabajadora venezolana.
En
un escenario donde la oposición al chavismo logre acceder a la Presidencia,
estimo al menos el desarrollo de dos situaciones claves: la primera es un largo
conflicto en el seno de los factores políticos para organizar un plan de
gobierno y operacionalizarlo, que será resuelto con el dictado indiscutible del
Departamento de Estado de los EUA, y para muestra veamos lo que ha ocurrido en
Afganistán. La segunda, una también larga y conflictiva lucha con el chavismo
existente en el Estado (Tribunal Supremo de Justicia, Consejo Nacional
Electoral, Fuerzas Armadas Nacionales, gobernaciones y alcaldías) y el chavismo
existente en la calle (Consejos Comunales, Comunas, entre otros), en la cual
hay tendencias que promueven la solución rápida y radical, en suma, la
"solución final".
En
una estimación como la descrita, por ahora, una alternativa es el diálogo entre
los actores políticos, que como hemos observado tiene más enemigos que amigos
en ambos sectores. La otra es un conflicto armado con participación extranjera
y apoyo de actores políticos nacionales.
Los
que vivimos del salario podemos seguir sentados en un mueble revisando los
noticieros o mirando los mensajes del WhatsApp que nos relatan una realidad de
país. Significa que estaremos esperando un milagro. Alternativamente podemos
organizarnos, no para sobrevivir, sino para vivir. Hasta ahora la organización
de las personas es la vía más segura (no significa la más corta) para asegurar
los cambios sociales de acuerdo a sus intereses, siempre y cuando se logre una
correlación de fuerza favorable.
Participar
en las organizaciones sociales o políticas para abordar problemas locales o
nacionales implica formar parte de las tomas de decisiones, entre otras,
intervenir de forma directa en la definición de los fines, estar informado,
promover y formar parte del debate, hacer posible que la democracia sea el
medio para la resolución de los conflictos, vigilar la gestión de las personas
que elegimos y proponerse para asumir responsabilidad.
Podemos
participar en Consejos Comunales, sindicatos, Comunas, partidos políticos,
cajas de ahorro, juntas de padres o representantes. Seguro que si revisa su
entorno encontrará una variedad importante de espacios para participar.