(Apuntes
para comprender la coyuntura venezolana)
Por: Jesús Alberto Rondón
Sobre
este veintitrés de enero se fue generando una buena expectativa a nivel
nacional e internacional, finalizando con un pueblo en la calle, demostrando
sus fuerzas; por un lado, quienes apoyan a Nicolás Maduro y por otro quienes no.
Estos últimos han sido espectadores de la juramentación de un diputado como
presidente, el cual no fue electo.
Este
veintitrés de enero cerró con un estado de cosas en la política venezolana
donde no se aprecian cambios sustanciales, la novedad es que al relato opositor
(que cuenta con una Asamblea Nacional en desacato y un parcial poder judicial
no vinculante) se le incorpora un autoproclamado presidente. La novedad ha
servido como base para armar un alboroto mediático, que ha sido aprovechado
para fortalecer las matrices internacionales sobre Venezuela. Esta jornada que
conmemoró el cese de la última dictadura en la Venezuela de finales de los años
cincuenta, finalizó con los actores económicos impunes, es decir el estado de
cosas en la economía venezolana sigue sin cambios.
En
síntesis continua una situación de suma cero, donde los actores del juego
político venezolano, frente a la incapacidad de llegar a acuerdos, parece que
se dejan seducir por la idea o ilusión de ganar sobre la pérdida total del contrincante.
Para
contribuir a una mayor comprensión de los acontecimientos es necesario realizar
un breve recuento del desempeño y los relatos de la oposición venezolana.
II
Conviene
exponer antes de continuar que en nuestro país sigue amaneciendo, la ciudadanía
en cada una de las ciudades desarrolla normalmente sus actividades.
Las
acciones de parte de la oposición se están dando en el plano de las redes
sociales con breves y hasta erráticas declaraciones, por otro lado, se
movilizan fundamental en la zona central con actividades en las cuales se
observa una muy menguada participación de la ciudadanía. En contraparte el
poder ejecutivo, judicial, electoral, moral y Fiscalía, (Defensoría del pueblo
y Contraloría General de la República) siguen operando sin novedad, incluso el
alto mando de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana ratificó su subordinación
al presidente Nicolás Maduro.
A
nivel internacional los apoyos al diputado Juan Guaidó no están teniendo los
resultados esperados. El gobierno de los Estados Unidos de América, seguido de
los gobiernos de derecha del hemisferio, han impulsado sendos debates en
organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos y el
Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, en las cuales se ha
evidenciado una tendencia mayoritaria a favor del dialogo entre las partes y la
resolución pacífica del conflicto.
El
gobierno bolivariano ha recibido los respaldos claves de China y Rusia, así
como de otros gobiernos de la región y otras latitudes. A la política
injerencista de los Estados Unidos de América se han sumado algunos países de
la Unión Europea, los cuales con España a la cabeza han puesto un plazo al
presidente Nicolas Maduro para que convoque a elecciones, lo que se convierte
en un hito de irrespeto a la soberanía de los países que ha librado sus
procesos de independencia hace más de dos siglos.
III
La
heterogénea oposición a la revolución bolivariana ha tenido pocas condiciones
para avanzar políticamente en la mayor parte de los casi veinte años que lleva
operando. El relato que los articuló en los inicios fue: "Fuera
Chávez", en la actualidad es: "Fuera Maduro". Las oportunidades
de sumar apoyos a su relato aumentaron considerablemente en el proceso de
enfermedad y posterior muerte de Hugo Chávez y la elección de Nicolás Maduro,
cuando en alianza con sectores económicos importantes en el país comenzaron a
desarrollar acciones para afectar las condiciones de vida de los venezolanos y
las venezolanas y de esta manera erosionar los apoyos al gobierno bolivariano.
A las operaciones de saboteo de la economía interna se suman las sanciones que
de manera unilateral han realizado los Estados Unidos de América y algunos
países de Europa que limitan el accionar comercial del Estado Venezolano.
Contribuye a magnificar los efectos de alianza la permisividad que existe a lo
interno del gobierno bolivariano en relación a los mecanismos de corrupción
existentes, como formas de sobrevivencia de muchos actores políticos.
En
un escenario de escases e inflación, así como con la promesa de sacar a Nicolás
Maduro de la presidencia, la oposición participa en las elecciones legislativas
de 2015, en las cuales lograron el número suficientes de diputados y diputadas
para contar con mayoría calificada de la Asamblea Nacional (más de dos tercios
de sus integrantes).
El
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declara nula la elección de tres diputados
en el estado Amazonas, por constatar vicios en el proceso; en consecuencia, la
oposición pierde la mayoría calificada en la Asamblea Nacional. La directiva
del órgano legislativo ignorando el dictamen del TSJ mantiene incorporados a
los diputados cuestionados y en consecuencia este órgano los declara en
desacato, por lo cual todos sus actos son nulos. El Psuv y sus aliados dejaron
de asistir a los actos del legislativo.
En
un contexto donde los actos de la Asamblea Nacional no son vinculantes
institucionalmente, los diputados y las diputadas de oposición han nombrado
magistrados y magistradas para conformar un nuevo TSJ y ratifican a la Fiscal
General de República, nombrada por el chavismo y que ha huido del país. En el
año 2017 ante lo inerte de la acción legislativa retoman la calle y promueven
acciones violentas que duran meses y que solo son abandonadas con la elección
en julio de 2017 de la Asamblea Nacional Constituyente.
La
Asamblea Nacional ha tenido escasa actividad legislativa y esta
fundamentalmente se concentra en los inicios de año donde lo más llamativo
desde el punto mediático en la elección de la junto directiva. Este año el
punto inicial del debate legislativo fue la declaración de Nicolás Maduro como
usurpador de la presidencia, una condición que jurídicamente no está
contemplado en el marco constitucional venezolano.
En
todos estos relatos y actos la oposición ha contado con el respaldo en América,
del gobierno de los Estados Unidos y los gobiernos de Colombia, Perú, Chile, Brasil
y Argentina, quienes han conformado una coalición que se autodenomina Grupo de
Lima. En Europa los respaldos están en la mayoría de los países de la Unión
Europea.
En
este contexto las oposiciones tienen la desventaja en lo político, pues a pesar
que el control en lo económico funciona, ello no se traduce en la fuerza
necesaria para afectar la correlación en lo político e institucional. Teniendo
el gobierno bolivariano el control en lo político, le es impostergable
desactivar el campo minado en que se ha convertido la economía nacional, donde
operan actores invisibilizados a favor de su oposición.
Una
aproximación preliminar sobre el desempeño de este nuevo relato, nos indica que
los portadores del mismo dejaron de ser los venezolanos y venezolano que son de
oposición y sus organizaciones, por lo tanto, quienes los impulsan son
gobiernos extranjeros, lo que deja a los primeros como peones en esta nueva
esta de la confrontación. En palabras del Canciller venezolano Jorge Arreaza,
expresadas este sábado en el Consejo de Seguridad de la ONU, "los Estados
Unidos de América no están detrás del golpe, ahora pasaron al frente". Lo
que si se empieza a constatar en la calle es un desencanto de quienes se asumen
de oposición pues, su aspiración de la caída de Maduro es inmediata y ello les
recuerda la lista de promesas fallidas de su dirigencia.