Una respuesta
a Kohei Saito
Por Daniel
Tanuro
El libro de
Kohei Saito "Marx’s ecosocialism” [El ecosocialismo de Marx] es una
contribución esencial a los debates en curso sobre el marxismo y la cuestión medioambiental 1/.
Lo que hace
que el trabajo de Kohei Saito sea particularmente interesante es que traza la
evolución del pensamiento de Marx desde una visión "productivista"
hasta una visión "antiproductivista" del desarrollo humano,
incorporando en particular los límites naturales a las perspectivas de la
agricultura. Este enfoque histórico permite al autor trascender las disputas
entre marxistas que ven la ecología de Marx como un vaso vacío, medio vacío,
medio lleno o lleno.
Gracias a una
lectura cuidadosa de los Notebooks (Cuadernos) de Marx, Saito
muestra brillantemente cómo Marx abandonó la idea de que la productividad
agrícola podría aumentar indefinidamente bajo el socialismo para llegar, en
1865-1868, a la conclusión opuesta de que solo el socialismo podría detener la
tendencia capitalista absurda y destructiva al crecimiento ilimitado.
John Bellamy
Foster, en su libro "La ecología de Marx: Materialismo y naturaleza", destacó el impacto de los trabajos de Liebig sobre la comprensión
de Marx del problema del agotamiento del suelo 2/ . Al igual que Foster, Kohei
Saito considera que la perturbación del intercambio de materia entre la
humanidad y la naturaleza (metabolic rift ), causada por los
procesos combinados de cercamientos (enclosures), industrialización
capitalista, urbanización y la ruptura del ciclo de nutrientes que resultó de
lo anterior, es un concepto fundamental de la "ecología de Marx".
Pero Saito va
más allá: muestra que Marx, porque todavía creía en el potencial ilimitado de
la producción agrícola, estaba inicialmente interesado en Liebig porque el
químico alemán ofrecía argumentos contra la "ley de rendimientos
decrecientes" de Ricardo y contra la "teoría de la sobrepoblación
absoluta" de Malthus. Sin embargo, el propio Liebig, en la séptima edición
de su "Química Agrícola", se distanció de sus propias posiciones
demasiado optimistas, "reconoció que existen límites naturales para las
mejoras agrícolas" y concluyó que los fertilizantes no podían compensar
" la agricultura depredadora " (robbery agriculture ).
"Liebig
no destacó su cambio de posición", dice Saito. Pero Marx estaba tan
concentrado en el debate sobre la (no) proporcionalidad entre la productividad
agrícola y la inversión de capital "que esta modificación oculta no se le
escapó". Por el contrario, comentó que "la nueva formulación [de
Liebig], implicaba un punto de vista crítico sobre la agricultura sujeta a ganancias
por las relaciones capitalistas, incapaz de mejorar el suelo de manera duradera
y a largo plazo ”.
Para Saito, el
punto de inflexión del químico alemán fue "decisivo" para la ruptura
de Marx con el productivismo. De ahí el hecho de que esta ruptura ocurrió
"relativamente tarde", a partir de 1865. "En los London
Notebooks (Cuadernos de Londres), escribe Saito, el prometeísmo de
Marx sigue siendo discernible, pero, al integrar el giro de Liebig, corrigió,
durante los años 1860, su propia visión optimista de las posibilidades de la
agricultura ".
Por supuesto,
Marx hizo mucho más que corregir su visión sobre la base de los trabajos de
Liebig. El químico era un gran científico, pero también un industrial que
producía fertilizantes con fines de lucro. No tenía ninguna comprensión social
o histórica del agotamiento de los suelos. Marx, por el contrario, percibió
inmediatamente el paralelismo entre la explotación del trabajo y la destrucción
de la naturaleza por el capital. Desde ese momento, vio los dos fenómenos como
un resultado común de la mediatización por el valor abstracto de las relaciones
entre las personas, así como entre las personas y su entorno.
Kohei Saito
insiste acertadamente en la importancia general, en El Capital, del
concepto de "ruptura del metabolismo" humanidad/naturaleza. Aunque
Marx se concentrara en la agricultura y otros sectores que explotan
directamente los recursos naturales (silvicultura, por ejemplo), es obvio que
el concepto, para él, trasciende el problema del agotamiento del suelo para
incluir todos los intercambios de materias (Stoffwechsel) entre la humanidad y
su entorno. La agricultura es un punto de partida, porque Marx daba un interés
teórico mayor a la cuestión de la renta y veía los enclosures (cercamientos)
como "la gran ruptura" de las relaciones entre la humanidad y la
naturaleza.
Solo podemos
aprobar a Saito cuando enfatiza que Marx vio la "ruptura del
metabolismo" como un fenómeno mundial, agravado en particular por el
saqueo imperialista de países colonizados, como India e Irlanda, por ejemplo.
Por lo tanto, Marx era consciente de que los nutrientes incluidos en el algodón
indio fabricado en fábricas británicas nunca volverían a los suelos donde el
algodón había crecido. Este es otro ejemplo que muestra que "Marx no integró
la teoría de Liebig de manera pasiva sino muy activa, aplicándola a su propio
análisis político".
El enfoque
histórico de Saito sobre la evolución del pensamiento de Marx en lo que
respecta al tema de los límites naturales es similar al utilizado por Kevin
Anderson en su libro "Marx en las Antípodas", dedicado a las
sociedades no occidentales, otra área en el que las opiniones del autor
de El Capital cambiaron notablemente 3/. Para Saito existe un vínculo entre
estos dos campos de investigación porque Marx, en su período prometeico,
"atribuía el agotamiento de los suelos al atraso tecnológico y moral de
las llamadas técnicas agrícolas primitivas". A este respecto, es indudablemente
probable que "la crítica marxista de la modernidad se profundiza a medida
que investiga las ciencias naturales en 1865", como dice Saito.
Basado en su
cuidadoso estudio de los Cuadernos de Marx, Kohei Saito
sostiene que Marx matizó su entusiasmo por Liebig después de 1868. Las razones
podrían ser de dos órdenes: por un lado, Marx no podía sino oponerse al
desarrollo de las tendencias malthusianas en el pensamiento de Liebig; por otro
lado, descubrió el trabajo de otros científicos, particularmente los de Fraas
que defendía la idea de que la naturaleza, bajo ciertas condiciones climáticas
y aluviales, podría compensar la pérdida en el suelo de los nutrientes
absorbidos por las plantas.
Para Fraas,
Liebig "aumentaba el riesgo de agotamiento del suelo, con el fin de
popularizar su teoría sobre la enmienda mineral". Además, Fraas también
apoyó la idea de que la agricultura, porque implica la deforestación, provoca
cambios climáticos locales que, a largo plazo, provocarán la decadencia de la
civilización. Está claro que una teoría así debe haber estimulado la reflexión
de Marx sobre las condiciones de una "gestión racional" del
metabolismo personas/naturaleza.
El concepto
presentado por Saito de una "crítica inacabada de la economía
política", particularmente en el campo de la ecología, crea un marco
adecuado para los debates entre marxistas, no solo sobre la evaluación de los
trabajos de Marx sino también sobre los campos de investigación que hay que
abrir para proseguir la elaboración de una alternativa ecosocialista.
Dejo de lado
las críticas de Saito sobre mi propio trabajo sobre el tema "Marx y la
ecología". Según Saito, "Daniel Tanuro sostiene que la era de Marx
ahora es tan distante en términos de tecnología y ciencias naturales que su
teoría no es apropiada para un análisis sistemático de los problemas
ambientales actuales, en particular porque Marx no prestó suficiente atención a
las especificidades de la energía fósil en comparación con otras formas de
energía renovable ". La crítica es tan contradictoria con mis escritos
durante más de 20 años que una respuesta es superflua .. 4/.
En mi opinión,
hay algo así como una "ecología de Marx", pero es incompleta y a
veces contradictoria. Si realmente aprecio "Marx´s ecosocialism", es
precisamente porque Saito ofrece una explicación dinámica, histórica y, en
consecuencia, no apologética, de este carácter incompleto y contradictorio.
Además, da esta explicación sin caer en la teoría althusseriana (falsa, en mi
opinión) de la llamada "ruptura epistemológica" en el desarrollo del
pensamiento de Marx.
Es cierto que
las y los ecosocialistas tienen diferentes opiniones sobre el grado de
incompletud y de contradicciones en la ecología de Marx. Al final de su
capítulo "El capital como teoría del metabolismo", Saito dedica
algunas páginas a la "contradicción del capital en la naturaleza".
Estoy en general de acuerdo con el contenido de este texto, pero esencialmente
consiste en una (re)construcción de la ecología de Marx por el propio Saito.
Admito que Marx podría eventualmente haber escrito algo así al final de su
vida. Pero no lo hizo, muy probablemente porque no estaba confrontado a la
crisis ecológica global.
Saito dice que
Marx "no elaboró sobre el despilfarro de recursos naturales con tanto
detalle como sobre la cruel explotación de la fuerza laboral". Es lo menos
que se puede decir, en efecto. Por lo tanto, en mi opinión, es exagerado y
contraproducente afirmar que Marx habría analizado "el problema de la
crisis ecológica como la contradicción central del modo de producción
capitalista".
Me parece
preferible considerar la "ecología de Marx" como un campo de trabajo
inacabado. La pregunta práctica, por lo tanto, es: "¿qué debemos hacer,
como ecosocialistas, para continuar el trabajo?" Obviamente, la prioridad
es aplicar el concepto genial de ruptura capitalista del metabolismo a los
desequilibrios ecológicos distintos del agotamiento de los suelos, en los que
se concentró Marx. Hasta donde sé, la posibilidad de un desequilibrio
energético global del sistema Tierra, debido a la combustión de combustibles
fósiles, no atrajo su atención. Hubiera sido de otra manera - John Tyndall
descubrió el forzamiento radiactivo del CO² y otros gases
atmosféricos en 1859. Pero el interés de Marx por la ciencia se centró
principalmente en otras áreas de investigación. (Agreguemos que Fraas estaba
hablando de cambios climáticos locales causados por la deforestación, no de
calentamiento global).
Pero la tarea
ecosocialista más importante es claramente identificar nuevos campos de
investigación, alimentando nuevas elaboraciones programáticas. En mi opinión,
tres áreas son particularmente fértiles desde un punto de vista ecosocialista.
El primero es
la profunda conexión entre la explotación de la naturaleza, la explotación del
trabajo y la opresión de la mujer por el patriarcado. La fórmula de Marx
(en El Capital) sobre "las dos únicas fuentes de riqueza, la
naturaleza y el trabajador", no tiene en cuenta ni el trabajo reproductivo
realizado principalmente por las mujeres, ni la explotación específica de las
mujeres asalariadas. Ahora bien, esta explotación y esta opresión específicas
constituyen un pilar del capitalismo, tan importante como la explotación de la
naturaleza y la del trabajo en general.
La segunda
área es la ruptura necesaria con el cientificismo. Esta es una cuestión
importante porque el cientificismo ejerció una influencia sobre Marx (y aún más
sobre las y los marxistas del siglo XX). Como ejemplo de esta influencia, ya he
mencionado el hecho de que Marx considerara la idea de que ciertas plantas
podrían fijar el nitrógeno del aire en los suelos como una fábula. Saito
responde que "es expeditivo criticar a Marx en este punto": lo que
Marx rechazaba como fábula, según él, no era la posibilidad de este mecanismo,
sino la idea de Lavergne de que podría favorecer a corto plazo el crecimiento
de los cultivos. Sin embargo, mantengo mi interpretación. En mi opinión, hay
pocas dudas de que Marx, en esta cita, expresa desdén por lo que considera
supersticiones de las y los campesinos (y de los pueblos indígenas). Por otra
parte se puede encontrar una huella de este cientificismo en la admiración de
Marx por la teoría de Leibig según la cual los nutrientes químicos son la
explicación principal de la fertilidad de los suelos: es cierto que las y los
campesinos conocían el papel clave de las lombrices y de otros organismos de la
pedofauna (papel confirmado por Darwin en 1888 5/), pero el saber campesino no atrajo
la atención de Marx (que, por otro lado, era muy consciente del saber de las y
los artesanos).
La tercera
área es el lugar y el papel de las y los campesinos en el capitalismo
contemporáneo. Marx pensaba que las y los campesinos estaban condenados a
desaparecer por la evolución del capital, pero la realidad ha sido diferente.
Debido a la brecha (identificada por Marx) entre el tiempo de producción y el
tiempo de trabajo en la agricultura, el capital ha elegido más bien no invertir
directamente en la agricultura en sentido estricto, sino controlarla
indirectamente, aguas arriba (máquinas, semillas, etc.) y aguas abajo
(procesamiento, distribución, etc.). El resultado de este proceso es que una
gran fracción del campesinado (e incluso más las y los "campesinos sin
tierras") no actúa como una clase intermedia que oscila entre la burguesía
y el proletariado, sino más bien como una capa opuesta a las multinacionales y
al capital financiero. Así es como las y los campesinos a menudo juegan un
papel de vanguardia en las luchas ecosocialistas, como vemos en la acción de
Vía Campesina. Las consecuencias estratégicas de esta situación deberían ser
discutidas cuidadosamente por el movimiento ecosocialista.
En La
ideología alemana, Marx y Engels definieron el comunismo como "el
movimiento real que abole el presente estado de cosas". Agregaron que
"las condiciones para este movimiento son el resultado de las premisas que
existen actualmente". Porque definen "el "ecosocialismo de
Marx" como una "crítica inacabada de la economía política" y
subrayan la dirección general de su desarrollo, las obras de Kahei Saito
constituyen una poderosa invitación a las y los ecosocialistas a unirse para
debatir y colaborar en la elaboración de un nuevo programa ecocomunista.
Notas:
1/ Kohei Saito, « Karl Marx’s Ecosocialism. Capital, Nature and the
Unfinished Critique of Political Economy », Monthly Review Press, 2017.
4/ Véase, por ejemplo, DANIEL TANURO, “Marx, Mandel et les limites
naturelles” en Contretemps, N°20, septembre 2007.; DANIEL TANURO, “Pour une
reconstruction écologique du marxisme”, IIRE, 2012. Disponible en la Web: <http://www.4edu.info/images/6/61/8-FR-Cover_merged.pdf>. (Diferentes textos de Daniel Tanuro se pude consultar en español
en https://vientosur.info/spip.php?page=busqueda-avanzada&lang=es&formulaire_action=buscar_autor&formulaire_action_args=OQenuEpztkBzxDTvQHUjCGjO99MLiaF3Fx601TB9rB0KSG4WuHjvY64HOJoHkMoFQqQMdigVfmvS8w%3D%3D&lang=es&autor=tanuro ndt)
5/ Charles Darwin, « La Formation de la terre végétale par l’action des
vers de terre » Disponible en la Web : https://fr.wikisource.org/wiki/Livre:Darwin_-_R%C3%B4le_des_vers_de_terre_dans_la_formation_de_la_terre_v%C3%A9g%C3%A9tale.djvu ("La formación de la capa superior del suelo por la acción de
las lombrices de tierra")