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Basta que el pueblo pague la catástrofe


El dólar en disparada incontrolable haciendo estragos en las familias obreras y populares

Ya el término “catástrofe” se queda corto para Venezuela. Son constantes megadevaluaciones sin parangón en ningún otro país y en la propia historia reciente nacional que amenazan al pueblo al abismo de la hambruna.

El dólar paralelo sigue indetenible en el mercado no oficial y para este martes 27 de agosto, registró una cotización de Bs 19.339,85 mientras que el oficial se cerraba el lunes por la noche en 16.516,01. Los precios de artículos básico de consumo siguen también una espiral incontrolable, con un salario mínimo oficial en 2.40 dólares. ¡0,08 dólares por día!

Los trabajadores y el pueblo pobre están siendo arrojados al pauperismo, y la perplejidad se ve en las mesas de las familias trabajadoras y pobres que ven sus vidas transformadas en la nada ante la falta del sustento.
Desde la llamada reconversión monetaria del año pasado, se han llevado a cabo megadevaluaciones desenfrenadas, y en los últimos meses el paralelo y el dólar oficial van cabeza a cabeza. Y es la política conscientemente antiobrera del gobierno de Maduro y de toda su casta gobernante en complacencia con los empresarios ligados al propio gobierno y a la oposición, donde el gobierno les libera el precio del dólar a su antojo, sufriendo las consecuencias el pueblo trabajador.
Mientras el gobierno mantiene los niveles de ingresos más bajos de la historia, aparecen economistas neoliberales trasnochados como Daniel Lahoud que propone un salario mínimo de 25 dólares al mes, de acuerdo a una entrevista de este martes en el portal Contrapunto.Incluso por debajo del umbral de la miseria establecido por Organización de las Naciones Unidas (ONU), que señala que quien devengue menos de 1,25 dólares diarios está en pobreza extrema.
Y con todo el descaro capitalista sostiene que un salario mínimo mayor “no cabe en un plan de ajuste”. Bien a tono con las afirmaciones de José Guerra, el economista devenido político de la derecha, de hace varios meses que proponía un salario mínimo de 20 dólares para ser llevado paulatinamente a 30 dólares, y esto aduciendo a razones de “humanidad”.
El gobierno deja correr una semidolarización de la economía que abre de manera abismal aún más la distancia entre ricos y pobres, estos liberales recargados dicen lo mismo cuando sostienen que “Soy partidario de hacer un juego de moneda dual, donde se permita la circulación de bolívares y dólares”. En otras palabras, hablan el mismo tono, que el pueblo siga pagando la calamidad.
Se burlan de la manera más siniestra del pueblo. Pero no podemos permitir que nos condenen a vivir de las migajas de una sociedad en descomposición, de la catástrofe y la corruptela, mientras ellos buscan “arreglar” sus negocios a costa del hambre de los trabajadores y pobres.
Como escriben desde la LTS, impulsor de La Izquierda Diario, en una reciente declaración “Nos quieren convencer que solo nos queda vivir de los bonos de miseria del gobierno y su caja de alimentos, o de una supuesta “ayuda humanitaria” de las principales potencias capitalistas: nos quieren con moral de menesterosos y no de una clase productora que pelea contra los capitalistas y los gobiernos por el fruto de su trabajo. Se trata de preservar a la clase trabajadora de la decadencia y de la ruina. Se trata de la vida y de la muerte de la única clase creadora y progresiva que puede hacerle frente a esta catástrofe imperante. Necesitamos la más amplia unidad de acción y luchar por nuestros intereses y necesidades más elementales y para defendernos para no terminar de caer en la inacción.”
Tenemos que hacerle frente a esta ofensiva de las políticas del gobierno de Maduro y de los empresarios vinculados tanto al gobierno como a los partidos patronales de la oposición de derecha. A la catástrofe imperante hay que luchar por imponer todo un plan de emergencia obrero y popular para que no sea el pueblo el que siga pagando la crisis con tanto sufrimiento.
Desde esta perspectiva, la lucha por un salario igual a la canasta básica familiar indexado mensualmente al ritmo de la inflación (escala móvil de salario), o que cumplan lo que indica el artículo 91 de la Constitución que ellos mismos escribieron (“Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”) es una gran demandan articuladora y que puede unificar la lucha de los trabajadores.