Necesitamos un feminismo anticapitalista, un
feminismo para el 99%
Por
Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya y Nancy Fraser
El feminismo que tenemos en mente
reconoce que debe responder a una crisis de proporciones que hacen época: el
desplome de los niveles de vida y el amenazante desastre ecológico; las guerras
devastadoras y las expropiaciones intensificadas; las migraciones en masa
recibidas con alambradas de púas; el racismo y la xenofobia envalentonados, y
la abolición de derechos ganados con mucho esfuerzo, tanto sociales como
políticos.
Aspiramos a
hacer frente a todos esos desafíos. Evitando medias tintas, el feminismo que
visualizamos apunta a abordar las raíces capitalistas de la barbarie
metastatizada. Rechazando sacrificar el bienestar de una mayoría para proteger
la libertad de unas pocas, defiende las necesidades y los derechos de las
muchas: de las mujeres pobres y de clase trabajadora, de las racializadas y
migrantes, de las mujeres queer,
las trans, las
discapacitadas, las alentadas a verse como «clase media», aun cuando el capital
no pare de explotarlas. Pero eso no es todo. Este feminismo no se limita a
«cuestiones femeninas», tal como se definen tradicionalmente. Representando a
todas las explotadas, dominadas y oprimidas, quiere convertirse en una fuente
de esperanza para la humanidad entera. Por eso lo llamamos feminismo para el 99 %.
Inspirándose
en la nueva ola de huelgas de mujeres, el feminismo para el 99 % emerge del
crisol de la experiencia práctica y de la reflexión teórica. Puesto que el
neoliberalismo remodela la opresión de género ante nuestros propios ojos, vemos
que la única forma de que las mujeres y las personas de género no conforme
hagan realidad los derechos que tienen sobre el papel, o que aún pudieran
conseguir, consiste en perseguir la transformación del sistema social
subyacente que vacía de contenido esos derechos. De por sí, el aborto legal
significa poco para las mujeres pobres y de clase trabajadora que no tienen ni
medios para pagarlo ni acceso a las clínicas que lo procuran. La justicia
reproductiva exige, al contrario, atención médica libre, universal y gratuita,
así como el fin de las prácticas racistas y eugenésicas en la profesión médica.
Asimismo, para las mujeres pobres y de clase trabajadora, la igualdad salarial
puede significar simplemente igualdad en la miseria, a menos que esa igualdad
suponga empleos que paguen un salario vital generoso, con derechos laborales
sustantivos y ejecutables, y una nueva organización del trabajo doméstico y del
de asistencia. Y también las leyes que criminalizan la violencia de género son
un engaño cruel si hacen la vista gorda ante el sexismo estructural y el
racismo de los sistemas de la justicia penal, dejando sin embargo intactos la
brutalidad policial y el encarcelamiento masivo, las amenazas de deportación,
las intervenciones militares y el acoso y abuso en el lugar de trabajo. Por
último, la emancipación legal no es más que una entelequia si no incluye
servicios públicos, vivienda social y financiación para garantizar que las
mujeres puedan salir de la violencia doméstica y laboral.
Por esos y otros motivos el feminismo
para el 99 % busca una transformación social profunda y de amplio alcance. Esta
es, en resumen, la razón de que no puede ser un movimiento separatista.
Proponemos, por el contrario, unirnos a todos los movimientos que luchan por el
99 %, ya sea combatiendo por la justicia medioambiental o la educación gratuita
de alta calidad, por unos servicios públicos generosos o una política de
viviendas sociales, por los derechos laborales, la atención médica universal y
gratuita, o por un mundo sin racismo ni guerras. Solo aliándonos con esos
movimientos podemos ganar el poder y la perspectiva que necesitamos para
desmantelar las relaciones sociales y las instituciones que nos oprimen.
El feminismo para el 99 % abraza la lucha de clases y la
lucha contra el racismo institucional. Se centra en las preocupaciones de las
mujeres de clase trabajadora de todo tipo: racializadas, migrantes o blancas; cis, trans o de
género no conforme; amas de casa o trabajadoras sexuales; pagadas por hora, por
semana, por mes o no pagadas; desempleadas o precarias; jóvenes o ancianas.
Incondicionalmente internacionalista, se opone firmemente al imperialismo y a
la guerra. El
feminismo para el 99 % no solo es antineoliberal, sino también anticapitalista.
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Extracto de Manifiesto
de un feminismo para el 99%. Cinzia Arruzza, Tithi
Bhattacharya y Nancy Fraser. Herder Editorial (2019)