Negocios irresponsables y el asesinato
de personas defensoras de la tierra y del medio ambiente en 2017
Global Witness
2017 es el año con
más muertes registradas de personas defensoras de la tierra y el medio
ambiente, mientras que se demuestra que la agroindustria es el sector de
negocios más vinculado a los asesinatos
§ Las cifras anuales de
Global Witness demuestran que en 2017 fueron asesinadas, al menos, 207 personas
activistas de la tierra y el medio ambiente en 22 países; casi cuatro personas
por semana, convirtiéndolo en el peor año del que se tiene registro.
§ El informe devela un
gran aumento en los asesinatos vinculados a productos para consumo. Aumentan
los ataques brutales contra quienes defienden su tierra de la agricultura
destructiva (por ejemplo, del acaparamiento de tierra para la palma aceitera,
utilizada en productos de uso cotidiano como jabón y café).
§ Este informe urge, de
manera crítica, al gobierno y a las empresas a tomar medidas para poner fin a
los ataques y apoyar a las personas defensoras, con personas voceras como Yuri
Herrera, Margaret Atwood, Lily Cole, George Monbiot y Ben Fogle manifestándose
en contra de los asesinatos.
Hoy Global Witness
revela que al menos 207 personas defensoras de la tierra y del medio ambiente
fueron asesinadas el año pasado: líderes indígenas, activistas comunitarios y
ecologistas asesinados al intentar proteger sus hogares y comunidades de la minería,
la agroindustria y otros negocios destructivos.
Probablemente el
total global sea mucho mayor, considerando las graves limitaciones en cuanto a
datos disponibles. El asesinato es el ejemplo más atroz de una serie de
tácticas utilizadas para silenciar a las personas defensoras, incluyendo
amenazas de muerte, arrestos, intimidación, ciberataques, agresión sexual y
demandas judiciales.
El informe "¿A
qué precio?" expone que la agroindustria ha superado a la minería
como el negocio más asociado a estos ataques.
Las agresiones
incluyen el asesinato de Hernán Bedoya en Colombia, quien recibió 14 disparos
de un grupo paramilitar por manifestarse contra plantaciones de palma aceitera
y de banano en tierras robadas a su comunidad; la masacre, ejecutada por el
ejército, de ocho aldeanos en Filipinas, quienes se opusieron a una plantación
de café en su tierra; y ataques violentos de parte de finqueros brasileños, que
usando machetes y rifles dejaron gravemente heridos a 22 integrantes del pueblo
indígena de Gamela, algunos con las manos cortadas.
El informe relaciona
esta violencia con los productos que encontramos en nuestras alacenas:
agricultura a gran escala, minería, caza ilegal, tala, todos producen
componentes e ingredientes de productos de supermercado, como aceite de palma
para champú, soya para carne y madera para muebles.
El informe también
revela que algunos gobiernos y empresas son cómplices de los homicidios, y
Global Witness hace un llamado a la acción urgente, si se quiere revertir la
tendencia. Además de ser parte del problema, los gobiernos y las empresas
pueden ser parte de la solución. Deben abordar de raíz las causas de los
ataques; por ejemplo, garantizar que las comunidades puedan decir “no” a
proyectos en sus tierras, como la minería; apoyar y proteger a las personas
defensoras en riesgo y garantizar que se haga justicia para quienes sufren la
violencia.
Ben Leather,
Encargado de Campañas de Global Witness, dijo:
"Activistas
locales están siendo asesinados, mientras los gobiernos y las empresas
priorizan la obtención de ganancias rápidas por sobre la vida humana. Muchos de
los productos que surgen de este derramamiento de sangre pueden encontrarse en
los estantes de los supermercados. Las valientes comunidades que se enfrentan a
los funcionarios corruptos, a las industrias destructivas y a la devastación
ambiental, son brutalmente silenciadas. Basta ya.
"Los gobiernos,
las empresas y los inversionistas tienen el deber y el poder de apoyar y
proteger a las defensoras y defensores en situación de riesgo, y de garantizar
la rendición de cuentas cuando ocurran los ataques. Pero, lo que es más
importante, pueden evitar que estas amenazas surjan en primer lugar, escuchando
a las comunidades locales, respetando sus derechos y asegurando que las
empresas operen de manera responsable.
"A pesar de las
adversidades que enfrenta, la comunidad global de personas defensoras del medio
ambiente y de la tierra no va a desaparecer; sólo se está fortaleciendo.
Invitamos a las y los consumidores a que se nos unan en esta campaña junto a
las personas defensoras, llevando su lucha a los pasillos donde se mueve el
poder y a las salas de juntas de las corporaciones. Nos aseguraremos de que sus
voces sean escuchadas. Y estaremos vigilando para asegurar que las personas
defensoras, su tierra y el medio ambiente del que todos dependemos sean
debidamente protegidos".
Otros hallazgos clave
incluyen:
§ Brasil registró mayor
cantidad de asesinatos que cualquier otro país en la historia, con 57
homicidios en 2017.
§ 48 personas fueron
asesinadas en Filipinas en 2017, el número más alto jamás documentado en un
país asiático.
§ El 60% de los
asesinatos registrados tuvo lugar en América Latina. En México y Perú los
homicidios aumentaron drásticamente, de tres a 15 y de dos a ocho,
respectivamente. Nicaragua registró la mayor cantidad de homicidios per
cápita, con cuatro asesinatos.
§ Por primera vez, la
agroindustria fue el sector más sangriento, con al menos 46 asesinatos
vinculados con esta industria. Los asesinatos relacionados con la minería
aumentaron de 33 a 40, y 23 asesinatos se asociaron a la tala.
§ Enfrentar a los
cazadores ilegales se volvió aún más peligroso, con un récord de 23 personas
asesinadas por plantarse en contra del comercio ilegal de vida silvestre, en su
mayoría guardaparques en África.
§ Global Witness
vinculó a las fuerzas de seguridad del gobierno con 53 de los homicidios del
año pasado, y a actores no estatales, como bandas criminales, con 90
asesinatos.
§ Hubo una gran
disminución en los asesinatos de personas defensoras de la tierra y del medio
ambiente en Honduras, aunque, en general, empeoró la represión de la sociedad
civil.
§ En los últimos años
se ha observado un mayor reconocimiento y acción por parte de los gobiernos y
las empresas; pero se debe hacer mucho más y con urgencia para abordar este
problema.
A continuación se
reproduce el informe.