Resumen Latinoamericano
Miles de haitianos y haitianas desafían al gobierno
y continúan protestando en las calles. Las barricadas de fuego se extiendo por
todo Puerto Príncipe, y ahora también por Cabo Haitiano, la segunda ciudad del
país.
En un audio transmitido desde una de las barricadas
de la Capital, un dirigente confirmó que el presidente Jovenel tiene que
renunciar y que están dispuestos a pelear, ya que se trata de una guerra.
Advierte a los policías de no intentar represión alguna, pues no podrán
resistir y en caso de no poder agarrar a cualquier policía que trate de abrir
fuego sobre los manifestantes, sus familiares serán atacados ya que saben el
domicilio de los mismos.
Un automovilista fue linchado por manifestantes
cuando provocadoramente embistió una barricada. Hay saqueos de comercios. La
víctima fue linchada al intentar forzar su pasaje en una barricada. El cuerpo
del hombre, asignado a la seguridad de un dirigente de un partido de oposición,
fue luego incinerado en medio de la calzada.
En Puerto Príncipe, la revuelta es total por las
protestas contra los aumentos en los combustibles, una medida que se enmarca en
el acuerdo firmado en febrero con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Al
menos un hombre murió tras un incidente con un grupo de manifestantes en la
capital haitiana. Al caer la noche, las principales arterias de la capital
haitiana permanecían bloqueadas con neumáticos incendiados y en varios barrios
de la ciudad se escuchaban esporádicos disparos de armas de fuego. Las
barricadas eran alimentadas por manifestantes que protestaban por la decisión
del gobierno, anunciada horas antes, de aumentar el precio de la gasolina en
38%, el del diésel en 47% y el del kerosene en 51% desde la medianoche del
sábado.
Las barricadas de protesta se mezclaban con la
desesperación de los conductores, que intentaban llenar una última vez el
tanque de sus vehículos antes de que se produzca el aumento. La gran mayoría de
las gasolineras de Puerto Príncipe habían sin embargo dejado de funcionar a
primeras horas de la tarde. Al no poder circular por las calles sin temor,
muchas personas pasaron la noche en sus oficinas o comercios. En los barrios
más acomodados de la ciudad, una gran parte de los escaparates de los comercios
y los vidrios de los automóviles estacionados en las calles fueron destrozados
a pedradas por los encolerizados manifestantes. La presencia policial fue muy
escasa o nula durante la tarde en algunas zonas de Puerto Príncipe.
Los portavoces de la policía y ningún funcionario
oficial han hecho declaraciones sobre estos incidentes. El nuevo marco de
referencia entre el FMI y Haití, firmado en febrero, implicaba el cese de la
subvención pública de los productos petroleros, fuente frecuente del déficit de
las cuentas públicas. Como consecuencia de esos subsidios, “el consumo diario
de productos petroleros había llegado a alrededor de 20.000 barriles, cuando
nuestro consumo habitual es de 14.000 o 15.000 barriles”, explicó el viernes el
ministro de Economía y Finanzas Jude Alix Patrick Salomon. Ello suponía “una
subvención diaria de entre 5.000 y 6.000 barriles para el otro lado de la
frontera, lo cual resulta muy pesado para nuestra economía”, dijo en referencia
a República Dominicana, donde las tarifas de los combustibles son más elevadas.