por Alex González
El 9 de julio,
la empresa llantera Goodyear despidió a aproximadamente 50 trabajadores en su
planta de San Luis Potosí como represalia por una acción huelguista que ocurrió en
abril, cuando unos 600 obreros se declararon en paro para mejorar sus
condiciones de trabajo y por el derecho de formar su propio sindicato. Los trabajadores
en la planta anunciaron un paro laborar para protestar contra los despidos.
Los
trabajadores están en una lucha abierta contra la Confederación de Trabajadores
Mexicanos (CTM), la cual firmó un contrato de “sindicato de protección” con la
empresa más de dos años antes de que abriera la planta. El trato con Goodyear
supuestamente fue negociado por Tereso Medina, un político del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) que está dirigiendo esfuerzos en el Senado
para perjudicar los derechos de los trabajadores y fortalecer el poder de las
compañías.
Los trabajadores que fueron
despedidos reportaron que fueron encerrados en un cuarto y notificados de que
serían despedidos sin ninguna justificación por parte de la empresa. Varios
reportaron que los representantes de Goodyear fueron a sus casas y les pidieron
que no volvieran a su trabajo. Un portavoz elegido por los trabajadores le dijo
a Código San Luis:
“El abogado de la empresa, José María de la Garza, se acercó a mi domicilio en
una actitud muy déspota, agrediendo verbalmente y amenazando de que iba directo
a mi despido. Yo le pregunté las causales, me dijo ‘Es una limpia, tu conoces
lo que estás haciendo’, y pues prácticamente se refiere al movimiento genuino
de organización de los trabajadores”.
Los
despidos ocurrieron a pesar de que la empresa había acordado explícitamente no
tomar represalias contra los que participaron en la huelga el 24 y 25 de abril.
Después
de que los trabajadores anunciaron que cerrarían la planta la noche de los
despidos, Goodyear, con el respaldo de la CTM, trajo a golpeadores armados para
tratar de intimidarlos. La policía estatal y municipal, actuando a nombre de la
compañía, también fue llamada para prevenir más protestas. “No sabemos si
podemos protestar o no porque la gente tiene miedo, tememos por nuestra
integridad ya que hay personas ajenas interviniendo y están armadas”, dijo un
trabajador en una conferencia de prensa. “Tememos que nos pase algo, nos han
estado amenazando, hostigando, están tomando muchas represalias, también a los
trabajadores les estaban negando la salida”.
Los
trabajadores reportaron que el ambiente en la planta es muy tenso, con
golpeadores armados vigilando a los empleados mientras que cumplen sus
funciones. “Hay como un golpeador por máquina, o patrullando la zona, para que
[los trabajadores] no se unan a nuestro movimiento. Hay trabajadores que están
resistiendo y se reúsan a trabajar. La planta prácticamente está parada”, dijo
un representante del grupo.
Individuos
en la planta ganan 223 pesos al día (aproximadamente $11 US) y supuestamente en
promedio solo duran 3 meses por las difíciles condiciones laborales. La planta
de Goodyear en San Luis Potosí, la cual abrió en 2017, puede producir seis
millones de llantas al año y es la planta más grande de la empresa en Latina
América.
A
medida que continúan su lucha para un buen salario y el derecho de la
representación que deseen, los trabajadores no deberían esperar ningún apoyo
por parte de los Gobiernos estatales y federales, los cuales están firmemente
en el bolsillo de las corporaciones transnacionales. Pese a admitir que los
despidos “no fueron justificados”, Manuel Lozano Nieto, el titular de la
Secretaría del Trabajo, incitó a los trabajadores a “mantener las cosas con
tranquilidad” y esperar al “diálogo” con la compañía y el Gobierno. Este
llamamiento vacío no es nada más que una protección absoluta para la empresa
mientras que no se hace nada para defender a los que fueron despedidos en una
clara violación de las leyes laborales.
Los
obreros en la planta formaron un grupo de base llamado el Sindicato
Independiente de Trabajadores de Goodyear México. La nueva organización
rápidamente se sumó a la Federación de Sindicatos Democráticos e
Independientes, una nueva iniciativa anunciada a principios del mes compuesta
por 10 sindicatos “independientes” de trabajadores en los sectores
automotrices, mineros, y de aviación. El grupo representa a más de 25.000
trabajadores mexicanos, incluyendo a 9.500 trabajadores de Volkswagen y 4.000
trabajadores de Audi.
La
federación busca un canal de comunicación directo con el presidente electo,
Andrés Manuel López Obrador, popularmente conocido como AMLO. Al orientarse a
este político capitalista, la Federación de Sindicatos Democráticos e
Independientes expone el callejón sin salida que representan tales grupos, sin
importar cuan radicales sean sus lemas o cuan sinceras las intenciones de las
bases obreras.
La
lógica objetiva de la orientación procapitalista y nacionalista de estos
sindicatos inevitablemente llevará a su colaboración con la gerencia y el
Estado, independientemente de sus promesas de no transformarse en otro
sindicato patronal como la CTM.
La
posición abiertamente corporativista de los sindicatos como la CTM no es el
resultado solamente de líderes “corruptos” o “malos”, sino que está vinculada
con su aceptación del “derecho” de las corporaciones de poseer los medios de
producción y mudarse a cualquier esquina del mundo en búsqueda de una mano de
obra más barata y beneficios más altos. El surgimiento de la globalización ha
socavado cualquier base para que las organizaciones nacionales obtengan
concesiones de las corporaciones transnacionales. En su lugar, los sindicatos
alrededor del mundo asisten a la élite financiera a recuperar las conquistas de
luchas militantes de generaciones enteras de obreros.
Los trabajadores de Goodyear
no deben unirse con los políticos capitalistas como AMLO, sino con trabajadores
en cada sector de la economía, incluyendo los 300 trabajadores de Audi en
Chiapas que también fueron despedidos este mes. Los trabajadores y jóvenes que
buscan mejorar sus condiciones de vida y garantizar sus derechos sociales
necesitan más que una organización nominalmente “independiente”. Más que todo,
requieren una perspectiva política socialista para ponerle fin al sistema
capitalista. Incitamos a los trabajadores a que contacten al Boletín de Trabajadores Automotrices del World
Socialist Web Site para crear vínculos de trabajadores
entre plantas a nivel internacional y coordinar las luchas futuras masivas de
la clase obrera.
Fuente: http://www.wsws.org/es/articles/2018/07/28/good-j28.html