Roberto
Carlos Palacios / Cátedra Che Guevara – Venezuela
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Twitter: @catedrache
¿Ante
esta situación la respuesta revolucionaria es seguir retrocediendo? ¿Nuestro
objetivo es el capitalismo oculto torpemente en el desarrollo de las fuerzas
productivas?
No
es nueva la intención de construir burguesías nacionales, tampoco el
gradualismo reformista, mucho menos el objetivo programático del desarrollo de
las fuerzas productivas.
Luego
de tanta lucha junto al Comandante Chávez, de acompañar su avance teórico, de
contar con un proyecto definido rumbo al socialismo, de los avances inconmensurables
en la conciencia social de nuestro pueblo, de la llama sagrada que recorrió el
continente y el mundo entero, de tomar el testigo digno de la Revolución Cubana
y acompañarla en la continuidad del camino de construcción iniciado por Lenin y
los bolcheviques, luego de todo eso que es nuestra razón de ser como revolución
entonces nos encontramos ahora ante la posibilidad real de sucumbir en manos
del extravío teórico, ideológico y moral de una dirección que le dio la espalda
a la historia.
Son
muchas las evidencias de lo que afirmamos, cuando el ingreso petrolero no había
caído aún se abandonaron los planes de Chávez, esos planes tenían objetivos
bien definidos. El Plan Robin Hood por ejemplo, era un plan que tenía como
objetivo central detener la transferencia de la renta a manos privadas, para
ello se crearon las filiales no petroleras de PDVSA, entre ellas PDVSA
Industrial, la idea general del plan era acometer las inversiones necesarias en
los segmentos industriales que contribuyeran al desarrollo de las actividades
conexas a la industria petrolera a la vez que permitía que esos segmentos
industriales avanzaran en la elevación de la productividad del trabajo por vía
de la calificación de la fuerza de trabajo con la que se contaba, con los
procesos de investigación en esos ámbitos, y claro está con las inversiones que
provenían de lo que se dejaba de trasegar a los sectores privados.
Ese
era el esquema general, sin embargo, el actual gobierno no parte de las mismas
premisas, y no está dispuesto a detener la transferencia de la renta petrolera
a manos privadas, la historia reciente lo demuestra, crearon los motores para
validar esa transferencia de la renta y hoy después de una situación de
deterioro inducida por ellos mismos (por acción y por omisión) ahora dicen que
el desarrollo de las fuerzas productivas depende de los privados, de que
traigan de nuevo las divisas que el Estado les dio y de crear confianza para
que vengan capitales foráneos.
Cuando
descendía el ingreso petrolero los privados tomaron sus medidas, los sectores
corporativos privados tenían garantizadas las divisas a tasa preferencial
puesto que el gobierno seguía asignándoselas, y alimentaron el mercado negro o
ilegal, y lo hacían simplemente obteniendo más divisas de las que necesitaban
del Estado por distintas vías (como por ejemplo la sobrefacturación), eso les
permitía cubrir sus importaciones y alimentar el mercado ilegal, que se iba
fortaleciendo porque cada vez más las divisas del Estado eran asignadas a menos
manos, los sectores que quedaban por fuera de esa asignación estatal acudían al
mercado ilegal, y ese fortalecimiento permitía incrementar la brecha entre la
tasa oficial y la tasa ilegal, y es justamente eso lo que le da origen a dólar
today.
Todo
esto lo permitía el gobierno, lo avalaba al seguir entregando divisas a los
sectores privados que alimentaban el mercado ilegal, también de allí nacen los
importadores asociados al poder que por ejemplo importan las cajas CLAP, esa es
la verdad. Uno de los responsables de el sostenimiento prolongado de aquellas
tasas especialmente bajas para alimentos y medicinas es Jesuscristo, el asesor
estrella del gobierno, pero el gobierno es el responsable de la aplicación, de
continuar hasta hoy asesorado por esa especie de neoteoría de la dependencia
mezclada con un neokeynesianismo que apareja el Estado de Bienestar con eso de
“el Estado de las Misiones”. Pero de Jesucristo y sus teorías nos ocuparemos
después.
Así
llegamos a la situación de baja importante del ingreso petrolero, pero las
premisas de transferencia de la renta nunca se abandonaron, a nadie en el
gobierno se le ocurrió racionalizar el uso de las divisas, dejar de
transferirlas para poder priorizar las escasas divisas con arreglo a las
necesidades sociales. Lo que ocurrió fue que se fortalecieron los sectores
privados, se estableció desde el primer momento la premisa de que tenían que
subir los precios para poder acceder a las divisas del mercado ilegal, eso
definió la fijación de precios para todo, los sectores que no ameritaban de divisas
también subían los precios para poder consumir las mercancías que sí contenían
en sus costos divisas ilegales. El gobierno decía que eran unos malucos todos
porque fijaban los precios de acuerdo a dólar today, pero no hacía nada en el
origen, seguía entregándoles las divisas a los que generaban todo el caos.
En
resumen, la política cambiaria fue disuelta hasta el sol de hoy, no existe
control de cambio, las subastas DICOM son un jarrón chino que desvía la
atención de la asignación de divisas que se hace sin controles y quién sabe
dónde. A esto se suma el fenómeno de las remesas, que se fija también de facto
por vía de las múltiples páginas web que proliferaron producto de la situación
descrita de inacción gubernamental, que lo único que hizo fue fijar la tasa de
Italcambio y Zoom en 2 millones 500 mil bolívares por dólar al día de hoy, como
una manera avergonzada de legalizar el sistema de facto que funciona.
La
política monetaria simplemente es consecuencia de la fijación de precios que
hace rato no cuenta con ningún control, hoy en día los precios se fijan de
acuerdo a los marcadores de las páginas web, se usan los marcadores más altos y
se fijan los precios por encima, porque lo único previsible es que esos
marcadores sigan subiendo. Así, la política monetaria, la malvada emisión de
circulante sin respaldo que denuncian vehementemente algunos economistas,
simplemente es una consecuencia de todo esto que hemos venido describiendo.
Respecto
a la política fiscal, nosotros consideramos que hay mucho de fantasía en lo que
se propone, por ejemplo los impuestos al lujo, el aumento de la gasolina. Si se
parte de la premisa de trasegar la renta petrolera a manos privadas después
resulta un sarcasmo pretender pechar a los mismos que hiciste millonarios,
hablar del subsidio a las clases pudientes a través de la gasolina funciona de
la misma manera. Si quisieran pechar al capitalismo empezarían por detener la
transferencia de la renta que es lo que origina las ganancias que después
hipócritamente quieren pechar con impuestos.
Desde
nuestro punto de vista se parte de premisas de la ortodoxia económica, se
pretende desarrollar las fuerzas productivas, que es otra manera de decir,
desarrollar el capitalismo, y después de desarrollado pecharle las ganancias
como hacen en los países centrales del capitalismo para luego redistribuir en
servicios públicos (que los semáforos funcionen, los servicios públicos que no
se privaticen, etc). Esa es la política fiscal que sueñan todos los que
abandonaron el proyecto de Chávez que era, es y será el Socialismo, no el
capitalismo ramplón e inviable que nos proponen al amparo de una realidad
adversa que generaron los mismos proponentes de la claudicación.
Para
todos estos oferentes de propuestas para superar la crisis lo que se impone es
el gradualismo, no tiene cabida la conciencia social ni la organización
popular, se trata de asuntos “muy complejos” que no cualquiera puede acometer,
en el caso del gobierno hasta 60 asesores internacionales hubo que pagar y
traer para que nos ayuden.
Las
condiciones actuales ameritaban una vanguardia resteada con el pueblo, que no
que tratara de cooptarlo con migajas sino que promoviera su organización desde
lo local hasta lo nacional, vinculados a los medios de producción, con tareas
que van desde el control social de la administración de las divisas que ya no
van a manos privadas sino que organizan el comercio exterior de nuestro país y
generan las inversiones de un programa de industrialización para el socialismo.
Chávez
proponía una corporación estatal de comercio exterior para cortar la
transferencia de la renta, misma premisa del programa de industrialización.
Algunos compañeros nos dicen: lo que se plantea de cerrar el chorro supone un
cambio radical nunca antes visto desde 1920. De eso se trata, de un cambio radical,
tenemos cómo hacerlo aunque los oferentes del gradualismo hablen de
voluntarismo.
El
pueblo debe darse una organización nacional, un programa y una vanguardia.
Llegó la hora de retomar el rumbo al socialismo, no tenemos nada que perder más
que las cadenas.
Es
el Socialismo o la nada.