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Venezuela. Atrapados y ¿sin salida?


No solo bastan los discursos de izquierda, las acciones en el mismo sentido son las que determinan.

Por Enrique Farrugia Ovando

El devenir de Venezuela transcurre, a nivel de la dirigencia política, tanto de la izquierda como de la derecha, como si nada estuviera pasando, pero a nivel del pueblo llano el padecimiento es cada día más feroz.

La oposición de derecha en su estéril debate entre facciones para ver quién asume la dirección a nivel nacional y poder suplicar al gobierno norteamericano una intervención, solicitando obviamente apoyo al perrito obediente de Almagro, a la Unión Europea, y a los demás países latinoamericanos que se caracterizan por ser otros perritos obedientes del imperialismo, no dan pie con bola, además, de esta gente, ya sabemos que esperar.
El gobierno, al cual el pueblo le volvió a dar una oportunidad se pierde en discursos antiimperialistas y socialistas, discursos con los que estamos de acuerdo, con lo que diferimos es con las acciones que acompañan estos discursos; uno de los casos más reciente que refleja lo que decimos es el caso de Alimentos Kellogg´s, del cual el mismo presidente Maduro manifestó que pasaría a manos de los trabajadores y posteriormente colocan al teniente coronel Milton Alexis Torres Valbuena como gerente general de operaciones y administración en la empresa, seguros estamos de que esta designación no fue contando con el aval de la clase trabajadora, es más, ni siquiera se les debió haber consultado, el otro ejemplo fue el encuentro con los comuneros donde el presidente demostró falta de humildad y mucha soberbia con un compañero comunero, humildad que le sobra cuando está reunido con los burgueses que desangran nuestro país y soberbia cuando está con su pueblo, sin lugar a dudas es muy pertinente la pregunta de ¿cuál es el socialismo que pregonan? Como estos ejemplos podemos colocar muchos, pero no es este el asunto que queremos tratar.
Ahora tenemos la ANC con Diosdado como presidente, la mayoría de las alcaldías y gobernaciones, se supone que tenemos a las FFAA bolivarianas, la milicia, el PSUV, Somos Venezuela, el Gran Polo Patriótico y varios partidos de izquierda aliados; hubo un cambio en el gabinete ministerial, sin dejar la costumbre de los enroques, pusieron algunas caras nuevas que no son determinantes; siguen implementando medidas asistencialistas que no dan solución al problema de raíz, ahora con todos los poderes en “nuestro favor” no debería haber excusa para tomar medidas realmente eficaces, siempre y cuando estas estén avaladas por la clase trabajadora y el pueblo organizado.

Estamos atrapados entre la traidora y putrefacta derecha, los empresarios como Lorenzo Mendoza, la izquierda que no termina de asumir una política de unidad, el gobierno que en su marasmo ideológico no pega una al problema concreto y por supuesto la injerencia del gobierno norte americano con su bloqueo, la Unión Europea, organizaciones internacionales como la OEA con su Almagro y países serviles al imperio y peor aún, la corrupción que nos corroe cual ratas hambrientas.

No vemos luz al final del túnel, no vemos una salida que apunte a la clase trabajadora como dirección del proceso; algunos partidos de izquierda se pierden en tímidas propuestas y solicitudes, otros en denuncias que más allá de ser ciertas no terminan de concretarse en un movimiento que le ronque en la cueva y permita que se tome un rumbo socialista, pero además, sus ataques contra el gobierno de Maduro son más agresivas que las que hacen contra el imperialismo, piden salir de Maduro pero no presentan una propuesta viable con posibilidades objetivas de triunfo, otros de izquierda, desesperados, hasta se reúnen con la derecha y lanzan consignas y propuestas de “por un gobierno obrero” cuando de anteojo se ve la falta de condiciones subjetivas para tal propuesta, obviamente no está demás la consigna, pero más que decirla es trabajar en ese objetivo, otros que se llaman de izquierda justifican absolutamente todo lo que hace el gobierno y sus voceros, en definitiva estos últimos perdieron la capacidad de hacer críticas que nos permitan avanzar. Las instituciones están repletas de reformistas y oportunistas que practican cualquier forma de gestión, desde el nepotismo hasta el terror psicológico, la cacería de brujas y hasta a la policía para aterrorizar a los trabajadores, pero si los escuchamos en sus discursos y no conocemos sus acciones, podríamos decir que son encarnaciones de Marx, Lenin, el Che.
Todo esto ocurrió y ocurre gracias a un discurso por la izquierda, antiimperialista, medidas de bienestar social y algunas acciones desarrolladas por los trabajadores en la toma de una que otra empresa abandonada por los patrones y que lamentablemente, gracias a los corruptos y a las decisiones unilaterales no terminan de arrancar y las que lo lograron han sido desmanteladas de manera salvaje, exceptuando algunos casos.

En un proceso de cambios surge de todo y más si este se declara de izquierda; los primeros en asomarse son los reformistas y oportunistas de izquierda, muchos nuevos “militantes” del proceso que cristalizaron en el servilismo y el jalabolismo, de estos unos cuantos se han hecho millonarios, otros, los más serviles se conforman con tener un carguito que les brinde cierto ego de “poder” y no faltaban los militares que hoy controlan un sin número de empresas del estado que no funcionan pero que les permite tener las cuentas repletas de dinero.

Surge también un pueblo con ansias de luchar, con mucha esperanza, que busca organizarse pero que no termina de asumir la capacidad innata y el poder que tiene de dirigir una revolución; acá podemos confirmar la tesis del factor subjetivo.

Lamentablemente el partido decretado por Chávez se transformó en un aparato electorero, repleto de curuleros y de “dirigentes” que no van más allá de reuniones para garantizar acciones dictadas por las cúpulas, un partido sin independencia del estado, todo lo contrario, es un apéndice de este.

Una central de trabajadores que nunca gozó de independencia y autonomía y que se pierde en la obediencia ciega al gobierno y a cuidarse de no emitir opinión hasta que el gobierno lo haga.
También surgen enemigos a lo externo, hoy lo estamos viviendo en carne propia; presidentes de países que históricamente han sido sirvientes del imperialismo norte americano, como Colombia, por ejemplo, la Unión Europea y las grandes trasnacionales.
Entonces, si tenemos encima semejantes enemigos externos y a lo interno estamos tan perdidos, como es que no podemos avanzar en una unidad contra el enemigo común, cuando decimos unidad nos referimos a la izquierda en general, pareciera que pesan más sus diferencias de “principios” que la situación por la que estamos atravesando, el marxismo no es un dogma y desde sus inicios se ha venido alimentando de las distintas situaciones revolucionarias que se han presentado, pero peor aún, hay partidos de izquierda que prefieren reunirse con la derecha que con otros partidos de izquierda, esto es fin de mundo.
El gobierno, con tantos sesudos teóricos que hay, a nivel político y económico, con tantos análisis no logran dar con el asunto nodal de la situación, pareciera que les es suficiente con los discursos y declaraciones, que de paso sea dicho en algunas oportunidades son de lo peor.
Implementan medidas proteccionistas como los Claps o los bonos, que no son malas, pero no solucionan el problema, innovan formas organizativas como los Comités Productivos Obreros, pero a la vez buscan la manera de que no se les escape de su control. En Venezuela surgió una nueva corriente política, los izquierdistas de derecha, hablan por la izquierda y actúan por la derecha.
Nuestro país es un laboratorio, donde los más vivos sacaron y otros siguen sacando provecho.
Desde mi humilde opinión, creo que la solución está en que la clase trabajadora y el poder popular organizado terminen de asumir el control de esta vaina y enrumbarla hacia un gobierno obrero y socialista, pero debe haber una herramienta que la dirija de manera revolucionaria, que no la secuestre o la controle; que en asambleas se decida lo que hay que hacer, que controle los Claps, los CPT, los sindicatos, las Comunas, los Consejos Comunales, las radios y televisoras comunitarias y las del gobierno, los ministerios e instituciones, las empresas recuperadas y las privadas, estas asambleas quitarán y pondrán a los “dirigentes” de sus cargos, controlarán para que los corruptos no sigan robando o desaparezcan, es más sano ir a la guerra sabiendo a lo que nos enfrentamos, que pelear o aguantar viendo como nos matan de hambre y no hacer nada.
Fuente: http://kaosenlared.net/venezuela-atrapados-y-sin-salida/