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Psicopatologías Laborales “El Karoshi”


El Karoshi  過労死 es una psicopatología laboral, descrita en Japón hace más de 20 años, que se puede traducir como “muerte por agotamiento debido a un exceso de trabajo”.  Aparece en ambientes de trabajo sumamente competitivos y en los que se exigen altísimos niveles de producción.
Es una patología frecuente en la sociedad japonesa donde los empleados se caracterizan por su dedicación al trabajo sin importar el número de horas extra que tengan que desempeñar. Fue reconocido inicialmente en Japón, donde es un problema de salud pública, y el término ha sido adoptado en todo el mundo. Uehata (1978) comunicó 17 casos en la 51 reunión anual de la Asociación Japonesa de Salud Industrial. El gobierno japonés creó en el año 1988 el Consejo de Defensa Nacional para Víctimas del Karoshi y se estima que hasta la fecha han fallecido más de 10.000 personas por esta causa.

En Japón, para que los jueces determinen un karoshi, el trabajador afectado tiene que haber realizado un mínimo de 100 horas extra el mes previo al suceso o haber realizado más de 65 horas a la semana durante más de un mes. Si, al final, se determina que un trabajador murió por karoshi, la familia puede llegar a recibir una compensación de US$20.000 por parte del gobierno y pagos de hasta US$1,6 millones por parte de la compañía.

Entre los síntomas del karoshi encontramos la adicción al trabajo (workaholic) lo que crea ansiedad con imposibilidad de desconectar en días libres o vacaciones, sentimiento de culpabilidad cuando uno no acude a trabajar, y problemas para dormir o dolores de estómago y de cabeza.

Esto me recuerda a alguien, tengo que intentar bajar el ritmo.

En general y, secundario a los antecedentes personales y al estrés por la presión debida al excesivo tiempo de trabajo, se van produciendo un conjunto de alteraciones cardiovasculares que pueden terminar en derrames cerebrales y/o ataques cardíacos, así como ictus hipertensión. También se relaciona con un aumento de suicidios, en Japón, el karoshi supone un tercio de los suicidios anuales llamados karoshisatsu (過労自殺), es decir, suicidios por estrés laboral.

Se da, sobre todo, en ejecutivos, empleados de oficinas, personal de transportes y funcionarios públicos de edad comprendida entre los 40 y los 50 años.
El primer caso registrado ocurrió en Japón, en 1969, cuando un embalador de periódicos falleció con tan sólo 29 años de edad. Uno de los casos más llamativos tuvo lugar en 2002, cuando un empleado de 30 años de la empresa Toyota falleció tras haber realizado más de 80 horas extras por término medio en seis meses y 114 en los últimos 30 días. Al principio, el Ministerio de Trabajo se negó a pagar una indemnización a su viuda, pero un tribunal reconoció que el trabajador fue víctima del agotamiento. Este fenómeno se está extendiendo también a otros lugares de Occidente debido a la crisis, los despidos, el miedo al desempleo, etc.

La Dra. María Inés López-Ibor, profesora de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid y presidenta de la Fundación Juan José López-Ibor, ante la pregunta de si alguien puede morir por trabajar demasiado responde: “Está claro que sí”. “Alargar horas y horas la jornada laboral aumenta el estrés y eso pasa factura en la tensión arterial”, así como en la aparición de “otros cuadros como la depresión, el insomnio o las dolencias musculares”. 

Scott Adams en su tira cómica Dilbert lo ve de esta manera: “En Japón, en ocasiones los empleados trabajan hasta la muerte. Se llama Karoshi. No quiero que esto le pase a nadie en mi departamento. El truco es tomarse un descanso en cuanto se empiezan a ver luces brillantes y se escuchan voces de los difuntos seres queridos” (Dilbert hablando con su jefe).