Por Stella Calloni, Resumen
Latinoamericano
Bajo una andanada terrorista
mediática, política, con violencia mercenaria, la mano imperial ha instalado
una guerra contrainsurgente en Nicaragua, donde el gobierno del presidente
Daniel Ortega había logrado reconocidos avances en lo político, social y económico,
después de ganar por tercera vez consecutiva en las elecciones de 2016 con más
del 72 por ciento de los votos, y mantener el país como una zona de paz en una
subregión cada vez más violentada.
Utilizando el esquema
golpista frustrado en Bolivia en 2008 y en Venezuela desde el golpe de 2002
contra el entonces presidente Hugo Chávez Frías, que derrotó el pueblo en las
calles y un ejército patriótico en dos días, y todo lo actuado en este último
país especialmente desde 2014, 2015 y 2017 contra el presidente Nicolás Maduro,
con supuestas protestas pacíficas, que nunca lo fueron, el gobierno de Ortega
debió enfrentarse a grupos violentos armados, escudados en marchas
“estudiantiles”.
Fue el mismo escenario de “la
Salida” golpismo encabezado por el opositor Leopoldo López y Corina Machado en
Venezuela, a comienzos de 2014 donde grupos vandálicos, preparados y dirigidos,
como los mercenarios usados en Libia, en Siria y en otros países, quemaron
edificios, centros de salud, universidades, atacaron con armas y hasta con
morteros, bombas incendiarias, organizados en comandos y contando con expertos
francotiradores, dejando casi medio centenar de muertos , miles de heridos,
destrucción y fuertes daños económicos.
Esto mismo hicieron
simultáneamente en Managua y otros lugares de Nicaragua desde el pasado 18 de
abril. ¿En qué medio periodístico se informa sobre los ataques de grupos de
choque con armas o se menciona cuantos edificios han quemado los “pacíficos”
manifestantes civiles ni cuantos policías y sandinistas han muerto?.
“Una vez más, Nicaragua
volvía a ser el ‘país de nunca jamás’, rehén de una realidad ficticia que se
mueve al ritmo de las redes sociales, donde la realidad virtual puede más que
la realidad real. Donde las víctimas son verdugos y los provocadores armados
son manifestantes pacíficos. Donde la masa de gente que de forma autoconvocada,
genuina y respetuosa de la paz se moviliza por la democracia es convertida en
carne de cañón, en ‘daño colateral’ para lograr el objetivo final: botar al
gobierno, cueste lo que cueste”, escribió Giorgio Trucchi en su artículo
“Nicaragua: Cuando las mentiras ganan y se convierten en realidad aceptada”
publicado en Nicaragua y Mas Español.
La criminal acción de la
prensa hablando de represión y no de enfrentamientos es particularmente
analizada por Trucchi, tomando las manifestaciones del pasado 30 de mayo: por
una parte las madres de algunas de las víctimas de los enfrentamientos que
”durante las últimas seis semanas han enlutado a Nicaragua ha sido gigantesca” señala
el periodista sobre la marcha Azul y Blanco que decidió salir a las calles y
caminar pacíficamente por la céntrica carretera a Masaya.
“Paralelamente, en la avenida
de Chávez a Bolívar, que parte en dos la capital y llega hasta el Lago
Xolotlán, el partido de gobierno convocaba a su militancia para celebrar con
una cantata el Día de la Madre. También aquí una multitud de gente cantando y
coreando consignas. No todos pudieron llegar. La caravana de buses que venía
del norte del país rumbo a Managua( en apoyo del gobierno) fue atacada con
armas de fuego por desconocidos. Al momento el saldo es de un muerto y al menos
22 heridos, algunos de gravedad”.
Narra las movilizaciones pero
señala cómo, amparados en los “manifestantes pacíficos” estos grupos armaron el
enfrentamiento( con claras imágenes de cómo cargaban armas y disparaban)
atacaban las instalaciones del estadio y al contingente de policías que
resguardaban el lugar.
En el intercambio de disparos
hubo los primeros muertos y heridos de ambos lados, incluyendo a dos jóvenes
militantes sandinistas Kevin Antonio Cofin Reyes y Heriberto Maudiel Pérez
Díaz.
También narra el
enfrentamiento hasta que “cunde el pánico. Miles de personas corren sin rumbo,
muchas de ellas se refugian en la UCA(Universidad Católica). Hay muertos y
heridos. En represalia, los mismos ‘manifestantes pacíficos’ atacan nuevamente
la oficialista Nueva Radio Ya, queman, saquean y destruyen lo que quedaba de
ella. Luego pasan a la Caja Rural Nacional (Caruna), cooperativa que por años ha
administrado los fondos ALBA para proyectos sociales que han beneficiado a
miles de familias. Atacan las instalaciones y queman todo, incluyendo a
vehículos parqueados. No contentos, atacan el edificio del Ministerio de
Economía Familiar. En Masaya destruyen las oficinas de Renta, saquean tiendas y
negocios. En Estelí tratan de destruir los locales de la alcaldía y de Renta,
pero son rechazados por grupos de ciudadanos. Hay muertos y heridos. Pero no
importa. Como hemos dicho, la realidad virtual es más fuerte. Medios nacionales
e internacionales, organizaciones de derechos humanos, rectores de
universidades y hasta obispos que integran la Comisión Mediadora del Diálogo
Nacional reproducen automáticamente (sin la más mínima prueba) lo que les llega
a su celular o computadora por #SOSNicaragua y #NicaraguaSOS: es una masacre
del gobierno”.
Recuperando párrafos de este
dramático relato se ve cómo el periodismo, incluso, no ya el que trabaja
directamente para los generales de la contrainsurgencia sino los propios-
supuestamente progresistas- mienten sin ningún pudor. Se unen a voces como las
de los grupos terroristas cubanos de Miami, asesinos seriales en Cuba y en
nuestra región.
Dicen lo mismo que el Diario
de las Américas de Miami, donde se señala que las dictaduras de América Latina
son las de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y está todo dicho. Contra esas
“dictaduras” lucha el “democrático imperio” y sus asociados.
“Nadie menciona que hay
muertos de ambos lados, que hay policías muertos, que hay muertos en la
caravana que fue atacada en La Realidad, Estelí. Nadie se pregunta qué estaban
haciendo manifestantes armados cerca del estadio, a menos de dos cuadras de
donde iban a pasar los activistas sandinistas. Nadie habla de lo que pasó en
Masaya y Estelí. Todo se lo traga la indiferencia. Los periódicos del mundo hoy
repiten al unísono lo mismo: fue una masacre del gobierno” explica con una
responsabilidad conmovedora el periodista Trucchi..
Otra de las referencias que
uno encuentra a menudo en las descripciones sobre lo que sucede en Nicaragua es
que se habla de “grupos parapoliciales”, cuando se hace referencia a los
mercenarios que utiliza la oposición, que como en Venezuela y otros países se
escudan en supuestas manifestaciones pacíficas.
“Ya no importa la verdad. La
realidad real se convierte en virtual o es todo lo contrario” señala Trucchi y
se pregunta : ¿a quién benefician el caos y las muertes? Es algo tan obvio que
casi asusta ver la falta de análisis en este momento, no sólo en Nicaragua,
sino a nivel internacional”, sostiene.
La respuesta es
indudablemente fácil y evidente. No hay otro camino que el diálogo, y la
identificación de los grupos de choque, sus asesores y el seguimiento del
dinero que llegó desde afuera para crear un conflicto con violencia, ya
adelantado a la prensa cómplice encargada del asfixiante terrorismo mediático.
Esto dejó al desnudo en Venezuela y Bolivia el nivel de injerencia externa en
estos procesos de desestabilización, para promover golpes y aislar a los
gobierno, que es el plan de Washington para avanzar en el proyecto de
recolonización de nuestra región, sacando del camino” como sea” a los gobiernos
insumisos.
Por todo esto es necesario
desnudar la red de mentiras y armar un esquema de solidaridad, sin ninguna
ambigüedad, señalando al verdadero responsable de la violencia y el terrorismo
tan funcional a los planes del poder hegemónico.
NICARAGUA EN LA MIRA
ESTRATEGIAS DEL TERROR
IMPERIAL
Stella Calloni (parte dos)
Los sucesos de violencia en
Nicaragua pueden ser analizados, comparándolos con hechos similares en países
donde se produjeron los llamados “golpes blandos” que en América Latina, son en
realidad parte de la Guerra contrainsurgente diseñada para desestabilizar
gobiernos independientes y apoderarse colonialmente de su llamado “patio
trasero”.
Es necesario recordar que en
el supuesto “levantamiento civil” contra el presidente Evo Morales en
agosto-septiembre de 2008, en pocas horas se quemaron 171 edificios entre
ellos televisoras, radios y otros en la zona de la Media Luna
(Santa Cruz, Pando, Beni) en el Oriente y el departamento de Tarija, con la
participación de los prefectos(intendentes)opositores de esa región y que
comenzaron el 16 de agosto de 2008..
En esos momentos los grupos
violentos de los fascistas locales en Pando, emboscaron el 11 de septiembre en
un puente, una marcha de indígenas que llegaban para defender y apoyar a Evo y
varios de ellos fueron torturados y ejecutados, en forma brutal y otros se
arrojaron al río para evitar la cacería, a los que dispararon, sobreviviendo
sólo algunos en estado grave, como una madre con su niño,
El hecho dejó un saldo de 11
muertos, más de 15 capturados y sometidos a torturas y a escarnio y numerosos
desaparecidos, como figura en un informe de la ONU en 2009.
Se intentó atribuir este
hecho al gobierno, lo que fue impedido por la rápida reacción de la Unión de
Naciones Suramericanas(UNASUR) convocada de urgencia, enviando una misión
humanitaria encabezada por el abogado y jurista argentino Rodolfo Mattarollo,
quien gracias a sus conocimientos, su equipo y las filmaciones de un valiente
periodista boliviano pudo denunciar esta masacre y a sus verdaderos culpables.
Entre ellos estaba el propio
intendente de Pando, Leopoldo Fernández. ¿Qué hubiera sucedido si la mentira
preparada por los golpistas, acusando a Evo Morales de la masacre que ellos
habían ejecutado se difundiera, como había comenzado a hacerlo, la prensa
cómplice de esa acción criminal?
Hubiera sucedido como en
estos momentos en Nicaragua. También lo ocurrido en 2017 en Venezuela fue de
una violencia inaudita, varios jóvenes sospechados de “chavistas” fueron
rociados con combustible por las hordas mercenarias y quemados públicamente,
además de los ataques a la fuerza pública, de bombas incendiarias, de los
morteros y otras armas utilizadas por los grupos de choque de la oposición.
Pero lo que se contaba en el
mundo sobre Venezuela era todo lo contrario. El gobierno era responsable de
todos los muertos, incluyendo la cantidad de civiles y policías caídos en
defensa del país.
¿Saben quienes estaban
detrás? los paramilitares colombianos y otros mercenarios que fácilmente cruzan
la larga frontera común, desde Colombia donde están acantonadas las tropas
especiales en las más de siete bases de Estados Unidos en ese país. Tropas
especiales que han iniciado todas las guerras coloniales de este siglo XXI.
Como sucedió en Libia, en Siria y en otros países.
Como en otros tiempos en la
frontera de Honduras con Nicaragua, es decir de un país donde persiste el golpe
de junio de 2009, que se inició con el secuestro por parte de militares
hondureños del presidente Manuel Zelaya, sacado en pijama de su cama llevado a
la estratégica base de Estados Unidas en Palmerola, atlántico hondureño y luego
a Costa Rica, supuestamente para defender a la “democracia”.
El gobierno de Zelaya era el
primer gobierno democrático en una Honduras que ya en 1954 fue utilizada en
contra de la voluntad de su pueblo, como base de la invasión estadounidense a
Guatemala. También en territorio hondureño se instalaron las bases estadunidenses,
para combatir en la guerra terrorista contra Nicaragua, poco después del
triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (19 de julio de 1979).
Ya desde 1980 comenzaron su
accionar en una guerra cruel y despiadada, en la que inclusive intervinieron
militares de la más cruenta dictadura que soportó Argentina(1976-1983), y
mercenarios de otros países.
Las recientes elecciones
hondureñas fueron un escandaloso fraude, pero la Organización de Estados
Americanos (OEA) no hizo absolutamente nada. Es decir que el golpismo continúa
y los asesinatos de campesinos, dirigentes de Derechos Humanos, periodistas
también continúa. Sigue el paramilitarismo instalado en Honduras, apoyado por
la organización Unoamérica, creada en diciembre de 2008 en Colombia por temibles
ex militares de ese país y de todas las dictaduras del Cono Sur (años
70-80) presidida por Alejandro Peña Esclusa, un ex candidato a
presidente en Venezuela en tiempos de Chávez, que sólo logró dos mil votos.
Hombre de la CIA, Peña
Esclusa fue condecorado por el golpista presidente Roberto Micheletti por su
“ayuda” en el golpe contra Zelaya. ¿Y qué tipo de ayuda, sino la mano
mercenaria, la que mató a decenas de dirigentes campesinos, a periodistas en
ese país?. Y los sigue matando como a la reconocida dirigente Berta Cáceres,
cuyo asesinato sigue en las sombras.
Pregunto a los “progresistas”
nicaragüenses que adversan al gobierno de Ortega ¿no saben todo esto?. Los
periodistas de América Latina que conocen estas historias ¿no saben de qué se
trata lo sucedido en Nicaragua, a pesar de ser tan evidente?.
Hace dos días hemos podido
ver en videos la dramática fotografía de dos humildes hombres sandinistas,
secuestrados por los vándalos, que amenazan a miles de familias nicaragüenses
por su apoyo al gobierno de Ortega en una escena donde vemos a una de las
víctimas atada con sogas inmovilizado, torturado públicamente, arrastrado,
humillado, Y lo mismo la otra víctima.
Es lo más similar que podemos
ver a aquellos grupos de choque de la oligarquía boliviana cuando en mayo de
2008 en Sucre Bolivia, atacaron varias viviendas donde se alojaban indígenas
que habían llegado al lugar para apoyar a Evo, con extrema violencia también
contra mujeres y niños, llevándose a 18 hombres como rehenes, entre los que
estaba el alcalde de Mojocoya.
Durante el camino hacia la
plaza, les arrancaron las camisas, los ataron con una soga al cuello, unos con
otros y semidesnudos soportando golpes y burlas los obligaron a arrodillarse y
“pedir perdón” a los verdaderos asesinos del pueblo boliviano, que eran sus
captores. Una imagen imposible de olvidar, que repercutió en el mundo
negativamente contra la derecha criminal boliviana.
De eso se trata la extrema
violencia de estos grupos, como los que actúan en territorio nicaragüense donde
también pueden encontrarse algunos componentes de las “maras”, jóvenes
centroamericanos (víctimas también ellos de un sistema mafioso y violento)
convertidos en Estados Unidos en vándalos y enviados como una “mano de obra a
disposición” del mercenarismo que está creciendo en nuestros países.
Los utilizan los poderosos
empresarios y nuevas derechas en esos países, contra la población y los
gobiernos que molestan al “imperio” en su nuevo proyecto de expansión.
Asi sucede también con ese
falso ejército o emirato “islámico” en Medio Oriente o en Siria que no existe
como islámico ni musulmán , pero si como un ejército privado de mercenarios de
varios países del mundo y dirigidos por oficiales de inteligencia de Estados
Unidos, Gran Bretaña, Francia, Israel y la OTAN como se ha descubierto en los
prisioneros tomados por el heroico ejército nacional de Siria, que lleva siete
años defendiendo la soberanía de su país, ante la invasión colonial-
La OTAN acostumbrada a
utilizar “ejércitos secretos” de asesinos en Europa en los años
60-70 nada tiene que hacer en los territorios que hoy ocupa. La
misma y criminal OTAN a la que se integrará Colombia y el tablero está lleno,
Es lo que nos faltaba.
Todo esto es comprobable para
quien quiera hacerlo. Pero cuando la CIA y el Mosad israelí controlan la prensa
privada, cuyos caudales de dinero aumentan cada día para convertir a esos
medios en verdaderos monopolios, que en sus países no toleran como tales,
terminan siendo indispensables para esta guerra de cuarta generación (psicológica).
En los documentos de Cuarta
Generación mencionan no necesitar balas para matar a las dirigencias populares
en latinoamericana, sino matarlas moralmente, acusándolas falsamente contando
con una justicia cuyas estructuras fueron infiltradas desde fines de los años
90, como se decidió en la propia sede del Comando Sur cuando aún estaba
Frederick Worner al mando..
Desde el pasado 18 de abril
Nicaragua está bajo ataque no sólo de mercenarios y grupos de choque, sino de
la dirigencia de éstos, los empresarios, ocasionando decenas de muertos y
heridos.. Y están las Fundaciones y sus Organizaciones no Gubernamentales (ONG)
de encargadas de ingresar el dinero para supuestas actividades democráticas y
organizar las alianzas opositoras más extrañas. Esto, además de supuestas
izquierdas como son todas esas organizaciones de bonitos nombres que reciben
dinero directamente de Estados Unidos, lo que se ha comprobado en
todos los golpes o intentos golpistas sucedidos en el siglo XXI, en Venezuela,
Bolivia , Honduras, Ecuadorm Paraguay, Brasil (2016)..
La excusa, el argumento
golpista de la oposición contra Ortega fue supuestamente la reforma del Seguro
Social, donde se dijo falsamente que querían quitarles las jubilaciones a los
nicaragüenses, a pesar de que fue el gobierno de Ortega el que recuperó este
derecho, pero lo que molestó a los empresarios, que hasta ahora estaban de
acuerdo con la política gubernamental, fue que los obligaba a pagar como
corresponde a la Seguridad Social.
Sin embargo, a pesar de que
se derogó la modificación y se llamó al diálogo, la violencia continuó en
aumento. En realidad este era un hecho previsible, en momentos en que Estados
Unidos avanza en el proyecto geoestratégico de recolonizar a América Latina,
tratando de asegurarse el control absoluto de los recursos naturales de una
región que considera desde hace dos siglos como su patio trasero.
Una región que se le estaba
yendo de las manos, cuando América Latina y el Caribe habían logrado construir
el más avanzado proyecto de integración como era la Comunidad de Naciones
Latinoamericanas y Caribeñas(CELAC).
El país centroamericano tiene
una historia de lucha marcada por la eterna resistencia contra las pretensiones
coloniales del norte, que se manifestaron en forma abierta y encubierta en esa
subregión víctima de invasiones, ocupaciones y de dictaduras manejadas desde
Washington dando comienzo a la expansión imperial a fines del siglo XIX que
perduró en buena parte del siglo XX.
En el maldito juego de
ajedrez conque ha retornado en pleno siglo XXI la doctrina Monroe (América para
los americanos) es decir para los norteamericanos, anunciada en 1823, era
evidente que más temprano que tarde Nicaragua que integra la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA-TCP) liderada por Venezuela y Cuba,
que conforma lo más avanzado de la integración en Latinoamérica, iba a estar en
la mira de Washington y sus socios.
Frente a esta situación sólo
puede actuar un diálogo, al que ha llamado Ortega incansablemente. Diálogo que
no aceptan los sectores más duros de la oposición, ni sus asesores, entre los
que hay que señalar el regreso de los grupos terroristas cubano-americanos de
Miami y sus medios de desinformación.
La única posibilidad es la
verdad y la solidaridad´. El pueblo nicaragüense ha sido víctima durante
demasiado tiempo de la injerencia imperial. Es hora de decir basta y es hora de
la paz, definitiva.