El
Día Mundial contra el Trabajo Infantil muestra cada año la brutal explotación
que provoca el sistema capitalista en los niños y las niñas del mundo.
Cada 12 de junio se difunden
cifras escalofriantes sobre este problema mundial, pero todos los objetivos
trazados para la resolución de esta gravísima situación chocan con la
brutalidad del mecanismo económico y social mundial. Solo 62 personas acumulan la
misma riqueza que la mitad de la población más pobre del planeta, que equivale
a alrededor de 3.700 millones de personas.
Según estimaciones de Unicef,
la oficina de la ONU para la infancia, alrededor de 246 millones de niños y
niñas son víctimas del trabajo infantil. Para peor, el 70% de ellos lo hace en
condiciones peligrosas, en trabajos como minería y agricultura, con manejo de
agrotóxicos y maquinaria peligrosa.
“Estos niños y niñas se
encuentran en todas partes, pero son invisibles; trabajan como sirvientes
domésticos en casas, están ocultos tras las paredes de talleres o se encuentran
fuera de la vista del público en plantaciones. La gran mayoría de los niños y
niñas que trabajan –alrededor del 70%– lo hacen en el sector agrícola”, afirma
Unicef.
Las peores formas de
explotación infantil son la trata de personas (1,2 millones de víctimas),
servidumbre y otras formas de esclavitud (5,7 millones), prostitución y/o
pornografía (1,8 millones), reclutamientos como soldados en conflictos armados
(300 mil), entre otras.
Según la definición
internacional adoptada por la ONU, si el trabajo no afecta la salud ni el
desarrollo del niño y no interfiere con su educación, a partir de los 12 años
se considera “tarea infantil” y no entra en la categoría de “trabajo”.
Distribución geográfica
Analizado por región, más de
127 millones de niños y niñas de entre 5 y 14 años trabajan en Asia y el
Pacífico y 48 millones de menores lo hacen en el África subsahariana.
En Oriente Medio y África del
Norte el 15% de la población infantil trabaja, mientras que en América Latina y
el Caribe la cifra es similar: 16%. Esto significa que 17,4 millones de niños y
niñas de nuestra región padecen el trabajo infantil.