Hong Kong
Por Florence
de Changy
Las elecciones
locales de representantes en los 18 distritos de Hong Kong, que han tenido
lugar el domingo 24 de noviembre, han emitido una sentencia inapelable de
desafío y desaprobación del gobierno dirigido por Carrie Lam. Con un nivel de
participación histórico (del 71 %, frente al 47 % en las mismas
elecciones en 2015), la oposición se ha hecho con la mayoría en 17 de los 18
consejos de distrito, copando cerca del 86 % de los escaños. Además, esta
victoria sin parangón le otorga automáticamente 117 votos más (de un total de
1.200) en el comité que elige al jefe del ejecutivo.
Es la primera
vez que la población de Hong Kong aprovecha estas elecciones, generalmente poco
concurridas debido a su escaso impacto político, a modo de plebiscito para
expresar la opinión popular. Son las únicas que se basan enteramente en el
sufragio universal. La gente entiende que la jefa del ejecutivo, Carrie Lam,
apoyada oficialmente por Pekín, es responsable de la crisis actual, que comenzó
en la primavera a raíz de un proyecto de ley de extradición, pero que se ha
agravado de mes en mes a pesar de la suspensión (a mediados de junio) y del
posterior abandono (en septiembre) de aquella iniciativa.
Apoyo masivo a las cinco demandas
Así, a pesar
de la agravación de la situación política y económica y de la radicalización de
las formas de lucha de las movilizaciones, la ciudadanía de Hong Kong ha
decidido condenar el inmovilismo del gobierno y la brutalidad policial. Con
ello declara su apoyo a las cinco demandas de la movilización,
entre las que la más urgente es la creación de una comisión de investigación
independiente sobre la brutalidad policial, y la más política, la exigencia de
elecciones por sufragio universal al parlamento y a la jefatura del ejecutivo.
“La gente de Hong Kong no han votado para resolver los problemas de los
retretes públicos o de los jabalíes que esparcen las basuras. Han votado para
reafirmar alto y claro su respaldo a las libertades fundamentales y su apoyo
colectivo a los y las manifestantes que han luchado en primera línea desde hace
seis meses para defenderlas”, considera el financiero militante pandemócrata Ed
Chin.
La obtención
de 117 votos más en el comité que elige al jefe del ejecutivo incrementará
notablemente la influencia de la oposición en la elección del próximo liderazgo
de Hong Kong. “Del total de 1.200 votos, ya cuenta con 350, y al ganar 117 más
con los concejales de distrito, tenemos mayor poder de negociación. Esta nueva
configuración hará que Li Ka-shing [el milmillonario más influyente de Hong
Kong] sea quien lleve la batuta en las próximas elecciones, ya que controla
varias decenas de los votos atribuidos a los representantes de las actividades
sectoriales. Y se ha ganado la enemistad de Pekín”, señala el profesor de
derecho Benny Tai, condenado en la primavera a 16 meses de cárcel por su papel
en el movimiento de los paraguas en 2014, pero que actualmente
se halla en libertad condicional.
Es la primera
vez que la oposición, que durante mucho tiempo había optado por dejar que el
bando favorable a Pekín ganara estas elecciones, propuso aspirantes a cada uno
de los 452 escaños en liza. Y con la notoria excepción de Joshua Wong, líder
emblemático de la contestación estudiantil de 2014 y vetado como candidato,
todas las personas propuestas fueron habilitadas para presentarse. Entre las
vitorias o derrotas simbólicas, el diputado más controvertido del bando
favorable a Pekín, Junius Ho, ha perdido su mandato de concejal de distrito,
así como el diputado moderado del mismo bando, Michael Tien. Starry Lee, la
jefa de filas del DAB, el mayor partido favorable a Pekín en el parlamento, ha
logrado conservar su escaño por los pelos.
Fuerte presencia policial, escasos incidentes
Los rumores de
una posible suspensión de las elecciones a las 10.30 horas incitaron al
electorado a ir a votar lo más pronto posible. Antes incluso de que abrieran
los colegios electorales, a las 7.30 horas del domingo, ya se habían formado
colas. El escrutinio se ha desarrollado bajo una fuerte presencia policial y
con un escaso número de incidentes. De todos modos, la radio pública RTHK y
varios medios locales han informado de diversas irregularidades. En particular,
cierto número de votantes a quienes se ha comunicado, al entrar en el colegio
electoral, que ya habían votado. Se dice también que el bando favorable a Pekín
ofrece excursiones y pequeños regalos a las personas ancianas alojadas en
residencias y organiza su participación en las elecciones indicándoles por
quién han de votar.
Mientras la
población acudía a las urnas, cierto número de manifestantes irreductibles (los
cálculos varían de un puñado a una veintena) seguían asediados en la
Universidad Politécnica de Hong Kong (PolyU). Según quienes han podido visitar
el lugar y hablar con algunos de ellos, su estado de salud se ha degradado, así
como su condición psicológica, pero siguen sin querer rendirse a la policía. El
asedio de la PolyU, que comenzó hace más de ocho días, es uno de los episodios
más violentos de la revuelta actual. Elegido el domingo concejal de distrito,
Jimmy Sham Tsz-kit, delegado del Frente Civil de Derechos Humanos, que organiza
la mayor parte de las grandes manifestaciones en Hong Kong y quien había sido
atacado en plena calle en octubre, ha propuesto que el conjunto de concejales y
concejalas demócratas exijan que la policía deje salir libremente a todas las
personas que todavía ocupan el lugar.
Entre los
numerosos jóvenes elegidos, uno de los líderes estudiantiles del movimiento
de los paraguas, Lester Shum, ha llamado a la población de Hong Kong a
continuar el combate, considerando que “todavía estamos muy lejos de haber
ganado la batalla”. En un comunicado, Carrie Lam señala que hay “diversos
análisis e interpretaciones” de los resultados, indicando en particular que
estos “reflejan el descontento de la población con la situación actual y los
problemas profundamente anclados en la sociedad”. El gobierno “escuchará la
opinión del público con humildad y reflexionará seriamente sobre sí mismo”, ha
añadido.