Resumen Latinoamericano / 22 de agosto
de 2018 / Marco Teruggi, Cuba Debate
Estabilizar. Esa palabra
condensa el anhelo de millones. Que la economía deje de ser un escenario de
batallas y retrocesos. Estabilizar los precios, el dólar, el abastecimiento de
medicamentos, billetes, transporte, luz. Es el centro del debate diario en
Venezuela cuando no suceden acontecimientos catastróficos que buscan volcar el
escenario. El último fue el intento de asesinato con drones del presidente, el
alto mando de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y representantes de los
poderes públicos. Le siguió otro, meno difundido, el desmantelamiento de un
plan de asesinato de dirigentes chavistas, la Operación Caín.
El gobierno ha tomado un
conjunto de medidas económicas para enfrentar la situación. Serán implementadas
por pasos, unos ya se han dado, otros sucederán en septiembre y más adelante.
Se trata de una jugada mayor en un escenario donde el tiempo se reduce.
La primera decisión fue la
derogación de la ley de régimen cambiario y sus ilícitos, el llamado control de
cambio, aprobado en el 2003 para enfrentar la fuga de capitales. Cualquier
persona natural o jurídica podrá ahora transar sus divisas libremente, para lo
cual se abrirán trescientas casas de cambio en el país.
Uno de los objetivos de la
medida es atraer remesas, capitales, generar un mercado de dólares alimentado
por los empresarios y no por el Estado a través de los dólares generados por la
producción petrolera. Otro objetivo es el de detener el mercado paralelo de
dólares marcado por un aumento que tiene elementos económicos y políticos: el
paralelo/ilegal aumenta aceleradamente ante cada escenario electoral y
dificultad política de la derecha.
En segundo lugar, se eliminan
cinco ceros a la moneda: el bolívar soberano remplazará al bolívar fuerte. Esta
medida tendría, entre otras cosas, un efecto en la disponibilidad de efectivo
en manos de la gente, que en la actualidad se encuentra en menos del 1% de la
liquidez monetaria. Ese desabastecimiento, creado por el contrabando de
efectivo hacia Colombia y la especulación desatada por el desabastecimiento, ha
generado, entre otras cosas, un mercado paralelo de venta de billetes -se
compran en 200% por encima de su valor.
La reconversión monetaria se
implementa junto al anclaje del bolívar con el petro, la criptomoneda creada
por el gobierno a principio de año. El petro tiene su valor atado al precio del
barril de petróleo, hoy arriba de 60 dólares: una variación del precio del
petróleo impactará sobre el petro y en consecuencia el bolívar.
La decisión tomada por el
gobierno fue establecer el valor de un petro en 360 millones de bolívares
fuertes, es decir 3 mil 600 soberanos, y colocar el salario en medio petro. El
mínimo pasaría de esta manera de 50 bolívares soberanos a mil 800. Esto supuso
a su vez reconocer como referencia el tipo de cambio el dólar paralelo y no el
que era producto del oficial Sistema de Divisas de Cambio Complementario, con
su consecuente devaluación.
En tercer lugar, se implementará en
septiembre la medida relacionada a la gasolina. Según declaraciones oficiales,
se pierden más de 12 mil millones de dólares anuales por el contrabando ilegal
de gasolina a Colombia en manos de mafias colombianas -ligadas al
paramilitarismo- con complicidades dentro de Venezuela. Para enfrentar ese
cuadro se tomarán dos acciones conjuntas: un subsidio directo para quienes
tengan un vehículo y la internacionalización del precio de la gasolina. Se
buscará quitar la rentabilidad del negocio del contrabando y evitar que el
costo recaiga sobre las diferentes áreas de la economía nacional.
Existen otras medidas, como
el aumento a 16% del IVA a consumo suntuario, el cobro del 1% a las
transacciones financieras de contribuyentes especiales, y la decisión del
gobierno de cubrir las nóminas de la pequeña y mediana empresa por tres meses
debido al reajuste salarial.
Los anuncios traen preguntas,
principalmente relacionadas con los precios, que aumentan cerca del 100%
mensual y ponen en jaque todo incremento salarial. Según el gobierno se logrará
frenar la hiperinflación debido al anclaje del bolívar al petro, el golpe al
mercado del dólar paralelo con la derogación de los ilícitos cambiarios, el
reconocimiento del precio del dólar paralelo actual para establecer el cálculo,
los tres meses de apoyo a la pequeña y mediana empresa, el subsidio directo al
combustible, y la activación de los mecanismos de fiscalización del Estado
junto con la contraloría social, popular.
Contra ese pronóstico se
encuentran el impacto que tendrá la devaluación, el efecto en cadena que podría
tener el próximo aumento de la gasolina aun con el subsidio, la duda acerca de
la desaparición del mercado paralelo que impacta sobre los precios, la
imposibilidad de lograr acuerdos con los oligopolios que son parte vertebral de
la desestabilización económica, y la lógica especulativa transversal desatada
en la economía.
Existe un punto más, central:
las medidas se dan en un contexto de una violenta conflictividad
política/económica tanto nacional como internacional. Los Estados Unidos han puesto
en marcha e incrementado de manera declarada una serie de sanciones, es decir
ataques, para bloquear la economía venezolana. Buscarán redoblarlas para evitar
todo tipo de estabilización económica, continuar con el desgaste y trabajar
sobre las consecuencias que genera.
Cuentan para eso con aliados
venezolanos e internacionales, como el caso paradigmático de Colombia, donde se
anunció, luego de la visita del Secretario de Defensa estadounidense, que
arribará la embarcación Usns Comfort bajo el argumento de “misión humanitaria”
para Venezuela. Evo Morales denunció el envío de “invasión encubierta del
gobierno de EEUU”.
En los próximos días y
semanas se verá la evolución de las medidas. El gobierno juega una de sus
principales cartas en un el punto crítico que es la economía. Su objetivo
principal: estabilizar, para lo cual dio un lapso de noventa días. Quienes
buscan derrocarlo harán lo posible para impedir toda mejora, crearán
acontecimientos para generar un río revuelto y furioso que les permite ensayar
posibles nuevas acciones de fuerza. Han demostrado de qué son capaces con el
reciente intento de magnicidio.
(Tomado del blog Hasta el
Nocau)