Por Ramón
Pedregal Casanova
“Como un puñal, como un arpón, / el banderón
americano / en tu costado de carbón. /Sucio de sangre el banderón. / Un yanqui
allí, látigo en mano. / En la sombría plantación / donde tu voz alzas en vano /
y te exprimen el corazón, / sé que sofoca tu canción / un yanqui allí, látigo
en mano. / Sé de la bala en el pulmón / y del capitán inhumano / y de la
nocturna prisión. / Arde el violento barracón. / Un yanqui allí, látigo en
mano. / Rojo desciende de su avión / mister Smith, un cuadrumano / de la selva
de Guasintón. / Hay coctel en la legación. / Un yanqui allí, látigo en mano. /
Será tal vez una ilusión, / tal vez será un ensueño vano, / mas veo rodar el
banderón /y arder al viento tu canción, / puesta en el mástil por tu mano.”
Poema “El banderón”. Del libro: Paloma de vuelo popular.
Autor, el gran poeta cubano Nicolás Guillén.
En Colombia 7 bases militares
yanquis amenazan a Venezuela. El gobierno de Colombia ha firmado su compromiso
con la OTAN. En el mismo Caribe hay 70 bases militares yanquis. Los países de
América Central y el Caribe tienen firmado un Acuerdo declarando el área zona
de paz. No hay bases militares yanquis en Venezuela, y los yanquis quieren
Venezuela. Colombia, espacio estratégico de control yanqui sobre Latinoamérica.
Venezuela independiente del imperio rica en petróleo y materias primas. EEUU,
sucio de sangre el banderón.
Para los yanquis cualquier
día es bueno para matar, y así lo han demostrado, en toda la historia de su
existencia tan sólo han dejado de matar por periodos que juntos suman dos años:
240 años matando y robando, ¿lo sabe la gente?, ¿sabe cómo se ha hecho
imperio?, ¿sabe qué significa ser el imperio? Sólo pueden defender eso sus
esbirros, y babear ante su imagen los ignorantes compradores de baratijas y los
mercenarios.
Esta vez el yanqui ha elegido
la fecha para intentar su magnicidio, el 4 de agosto, aniversario de la Guardia
Nacional Bolivariana, espada de Bolivar guardadora de la independencia de la
Nación Venezolana. El yanqui y sus esbirros han elegido el símbolo bolivariano
para destruirlo, han elegido el acto público de Soberanía Nacional Venezolana
para demostrar su arrogancia criminal de 240 años, han elegido el explosivo, el
C4, el explosivo por el que se reconoce a la OTAN puesto que es de su propio
uso: si quiere hablar de desprecio a la verdad, a la paz, al entendimiento
humano, puede referirse al militarismo yanqui, no se equivocará nunca.
Sobre el explosivo que han
usado mediante drones para asesinar a la dirección venezolana amante de la
independencia del país, el juez presidente de la Corte de Casazione de Italia,
Ferdinandi Impossimato, dijo en su momento que es el explosivo que la OTAN
empleo en atentados como los de Bolonia, Brescia, … ¿Quién va a juzgar al
yanqui si tiene esbirros como “aliados”? y conforma, ¿o conforma?, bandas
terroristas que llevan a cabo semejantes actos. No es una acusación, son 240
años de pruebas.
La vergüenza de nuestros días
es que el yanqui, -el ex presidente de Colombia, Santos, sabe mucho de eso-
siguen cometiendo los mismos crímenes, y tras él van, paso a paso, sus
esbirros, -y Santos vuelve a saber mucho de eso- y les ayudan en las
ejecuciones, encubren, justifican, alientan, obedecen sus órdenes de hacer
presión política, bloqueo comercial y financiero, mienten y hacen propaganda
machacona con la mentira, y para justificarse declaran públicamente que va a
seguir ocurriendo a partir de ahora el atentado en forma de magnicidio, de
asesinar a los mayores protectores de la Nación Venezolana. También, en
correspondencia con lo dicho hace unos días por el ex presidente de Colombia, “Maduro
está al final de sus días de vida”, ahora lo declaran desde territorio yanqui
los mercenarios al servicio del régimen imperial, van a realizar más atentados
contra la representación de Venezuela. El cambio de táctica y de estrategia del
terror es debido a que la guerra interior encubierta que han venido realizando
contra Venezuela Bolivariana, les ha fracasado, y las medidas económicas que
van a entrar en vigor, medidas que deben impedir el robo al pueblo, que deben
cortar la fuga de combustible para la mafia que la lleva a Colombia, que debe
perseguir la corrupción, que mejorarán la vida del pueblo, ese mismo pueblo las
ha acogido y ha aprendido a defenderse, se ha organizado, ha tomado conciencia,
y ha visto quién atenta contra él.
Los colaboracionistas del
imperio, tan habladores, tan propaganderos, han aparecido después del intento
de magnicidio, del intento de asesinato contra toda la dirección de la Nación
Independiente de Venezuela, en el plano histórico más humillante, lo han
minimizado, lo han disimulado, lo han justificado, los colaboracionistas que
dan continuidad a 240 años de matanzas se escriben así, ellos mismos, en las
páginas de la Historia.
Lector, lectora, póngase del
lado del antiimperialismo liberador, o, del imperialismo opresor, por mi parte
digo a Venezuela, a su presidente que veo
rodar el banderón yanqui /y
arder al viento tu canción, / puesta en el mástil por tu mano.”