Por Luís Carlos Muñoz Sarmiento y Luís Fustáguio Soares
1. Todos
somos alienados en la civilización burguesa.
En el libro La sagrada familia (1846),
de Karl Marx y Friedrich Engels, hay un pasaje que merece una reflexión
especial para objetivar los motivos por los cuales el marxismo es la ciencia de
las humanidades. Es el siguiente: “La clase burguesa y la clase proletaria
representan la misma alienación humana. Pero, la primera de las clases, la poseedora,
se siente bien y aprobada en esa alienación pues sabe que dicha alienación es
su propio poder y en ella tiene la apariencia de una existencia humana; la
segunda, a su vez, se siente aniquilada en esa alienación, avizora en ella su
impotencia y la realidad de una existencia inhumana. Ella es, para usar una
expresión de Hegel, dentro de la abyección, la revuelta contra la abyección,
una revuelta que es necesariamente impulsada por la contradicción entre su
naturaleza humana y su situación de vida, que es la negación franca y abierta,
resuelta y amplia de esa misma naturaleza.” (ENGELS y MARX, 2002: 48)