El
Partido Comunista de Venezuela (PCV) solicitó al Gobierno nacional que
implemente una escala móvil de salarios “indexada de acuerdo con el índice de
precios de la canasta básica”.
También
pidió que se dejen sin efecto los lineamientos del Ministerio del Proceso
Social del Trabajo “para las convenciones colectivas, tanto del sector público
como del privado, porque es un clamor de toda la clase trabajadora venezolana”.
El
PCV hizo un llamando al mandatario Nicolás Maduro a desactivar esas
directrices, porque significan “el desmontaje de conquistas contractuales”
logradas mediante convenciones colectivas.
Pedro
Eusse, dirigente comunista, pidió que “se adopte ya una decisión en función de
fortalecer los salarios de los trabajadores, de inmediato”. Este ajuste debe
permitir que los trabajadores “tengan cómo enfrentar el embate brutal de la
hiperinflación”.
Eusse insistió en que este ajuste debe tener impacto en las utilidades y los aguinaldos que ya se comenzaron a pagar. “Aquí se aplicaría la retroactividad en función de que se está hablando de la subsistencia” de los trabajadores.
Eusse insistió en que este ajuste debe tener impacto en las utilidades y los aguinaldos que ya se comenzaron a pagar. “Aquí se aplicaría la retroactividad en función de que se está hablando de la subsistencia” de los trabajadores.
El
PCV aclaró que esta no es una solución definitiva al problema económico, y
reiteró que deben adoptarse otras medidas, como “un sistema de control eficaz
sobre estructura de costos, precios y ganancias”.
Este
debe ser “un control social”, que permita a consumidoras y consumidores
participar efectivamente. Ese control “tiene que ser desde la producción, desde
la importación” y hasta todas las fases.
Se
deben destruir “los circuitos nefastos de la intermediación delictiva”.
Los
precios acordados “nadie los está cumpliendo en la mayor parte de los rubros
que fueron objeto de esos acuerdos”, y por eso se necesita “un control
efectivo”.
Los
comunistas clamaron por una estrategia productiva que se adelante con la
participación de todos los sectores y que incluya el rescate de las empresas
nacionalizadas. “Es necesario rescatarlas, fortalecerlas con un nuevo modelo de
gestión”, planteó Eusse, para que sean eficientes “y para desmontar los
mecanismos de la corrupción, de la ineficiencia y de la violación continua de
los derechos laborales”.