Por Jesús Alberto Rondón
El
interés de algunas autoridades por el "encendido de las luces"
Maracaibo, es inversamente proporcional al interés que existe por el asunto del
transporte público en la ciudad. Esta semana diferentes entes públicos del
gobierno bolivariano han promocionado "el tradicional" evento.
Además, se han mostrado orgullosos de devolverle el brillo a la fiesta con la
realización nuevamente de espectáculo en la ciudad de "Supersábado
sensacional".
Después de casi un año de privaciones
continuas del servicio eléctrico, me pregunto si no es necesario acabar con esa
macabra "tradición" no solo del encendido, sino de mantener las
benditas luces hasta enero y cuidado sino hasta febrero. Las luces en cuestión
son un símbolo del derroche y de la inconsciencia de los escasos recursos para
sostener un buen vivir. Es una odiosa y decadente emulación de los vicios de
las "grandes capitales".
Después de hacer sufrido horas y horas
de calor, privación de sueño, comer frío o esperar para hacerlo, escuchar el
llanto de los niños, enterarme del padecimiento de los enfermos y pare de
contar; como ciudadano parte de este pueblo exijo que no se burlen de mí y mis
conciudadanos. ¡Celebremos estas fechas! Pero otra manera.
Lamento afirmar y no saben cuánto, que
lo abordado es una perla mas de la desconexión de quienes toman las decisiones
y los que los elegimos.
Quizás mi opinión sea solitaria, seguro
que hace la diferencia si somos más y organizados.