Por Pedro Pierre

Hace 100 años, Carlos Marx,
el primero, sistematizó la perversidad del sistema capitalista describiendo
cómo el lucro desmedido y las ganancias sin límite ni moral son las dos ruedas
sin frenos del capitalismo ahora globalizado. Pero no hace falta haber leído
Marx para darse cuenta de esto: la Biblia, Jesús, san Pablo y los papas lo
denunciaron a lo largo de 3,000 años. Y seguimos tan fácilmente poner primero
el dinero en nuestras grandes líneas de vida personal, familiar, profesional,
social y religiosa.
En nuestro tiempo están muy
evidentes los desastres que causan las grandes multinacionales del comercio, de
la información, de los medicamentos y de las armas, para limitarnos a estas
cuatro ‘bestias apocalípticas’ que llevan irremediablemente a la muerte la
naturaleza y millones de personas. El problema es que caemos muy fácilmente en
la complicidad. ¿Cuándo aprenderemos a decir ‘no’?
Lastimosamente parece que
somos naturalmente individualistas. Conocemos el dicho: “¡Primero yo, segundo
yo y tercero yo!”. ¿Cuándo buscaremos ser organizados, a lo menos ‘como los
animales!’?
¿Nos hemos dados cuenta que
con nuestras actitudes financieras, mercantilistas e individualistas
colaboramos muy eficazmente al empobrecimiento de nuestros hermanos y a la
destrucción de la naturaleza? Seamos decididamente negativos y decididos
negativamente a vivir de manera humanista, fraternal y organizada, porque son
más eficaces “las protestas con propuestas”.