
Ello implica: afirmar
y depurar de ambigüedad o condicionalidad el concepto de soberanía; fortalecer
la unidad de población y territorio liberándonos de los factores que puedan
favorecer secesiones y enfrentamientos de venezolanos contra venezolanos, y
establecer la lealtad única, exclusiva y excluyente de estos hacia una sola
patria, una sola nación y una sola nacionalidad en un territorio indiviso e
indivisible. El primer ataque contra un país va dirigido contra su soberanía,
sin la cual no hay independencia ni autodeterminación; es el poder supremo,
perpetuo e irrenunciable del Estado para darse sus propias leyes, aplicarlas
con sus órganos, y decidir conforme a ellas y con sus propios tribunales las
controversias que surgieran sobre dicha aplicación. A los enemigos de Venezuela
siempre se los encontrará sosteniendo que ésta debe someter sus asuntos y
contratos de orden público interno a tribunales extranjeros y leyes foráneas.
Los hubo en la ANC de 1999, los hay hoy, y han redactado en secreto un Proyecto
de Constitución que esperan imponer sorpresivamente. Trabajan en la sombra: me
entero con sorpresa de que ni siquiera a los constituyentes han dado a conocer
su secretísimo proyecto. Lo divulgo y comento en mi libro “El proyecto secreto
de Constitución”. En la FILVEN presenté la segunda edición de mi título 85, “El
18 verdadero venezolano: mapa de la identidad nacional” y mis dos nuevos libros
digitales, “Para repotenciar nuestra Constitución” y “El proyecto secreto de
Constitución” que pueden ser consultados en mi blog
http://luisbrittogarcia.blogspot.com y bajados desde el enlace
http://www.desdelpatio.org/britto.