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Inmigrantes: animales de los países de mierda



Luís Manuel Arce

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es un mandatario muy gráfico y convincente: los inmigrantes son animales. No se puede creer lo mala que son esas personas, pero estamos sacándolas del país en un nivel nunca visto, explicó en una mesa redonda.

Trump es así de espontáneo, aunque luego de meter la pata trata de enmendar su propia página, como en este caso que tras la lluvia de críticas dijo que se refería exclusivamente a los maras, que son muy censurados, pero aun así no son serpientes.

Pero no debieron criticarlo y menos con palabras tan fuertes como las empleadas por el Washington Post: “Es el último ejemplo del presidente usando su púlpito de matón de una forma que garantiza que la inmigración será uno de los temas más importantes de las elecciones legislativas de medio término”.  

Como Trump aclaró que la afluencia de inmigrantes indocumentados se debe al hecho de que su país “tiene las leyes de inmigración más tontas del mundo”, lo correcto sería apoyarlo a él que está sacando de Estados Unidos a la jauría que lo invade desde los países de mierda.

Por el contrario, hay que condenar a gobiernos federales como el de California que protegen en sus ciudades santuarios a “esos indocumentados narcotraficantes, violadores, incultos y vagos”, que cosechan manzanas, naranjas, algodón, atienden la ganadería, recogen estiércol, barren las calles y generan pingües ganancias a los empleadores.

En ese sentido vale el reclamo de Kellyanne Conway, una de las asesoras más conocidas de Trump la cual, sin ánimo de racismo ni mucho menos, dijo que quienes se apresuraron a juzgar al mandatario le debían una disculpa. Al fin y al cabo, como expresó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, “francamente, no creo que el término usado por el presidente fuera los suficientemente fuerte”.

Es cierto. Trump fue demasiado manso, casi hasta magnánimo, en su tratamiento a esas bestias salidas de algún agujero de mierda como El Salvador o África, o cualquier otro rincón oscuro del mundo como diría George Bush hijo.

Lo correcto es hacer lo que Israel en la Franja de Gaza cuando mató como a conejos a 63 palestinos, incluidos varios niños y mujeres, e hirió con su fusilería y artillería ligera a otros dos mil 770 por la estupidez de querer recuperar su hábitat de donde los lores ingleses y los estadounidenses los sacaron por la fuerza de las armas.

Nikki Haley, la representante de Trump en Naciones Unidas, fue muy locuaz y atinada, como su jefe, cuando al bloquear una propuesta para una investigación internacional de la carnicería perpetrada por Israel contra esos breeding apestosos que enturbian la paz en Oriente Medio, aunque ni siquiera tienen un hueco de mierda en el Jerusalén mancillado por la Casa Blanca, dijo en el Consejo de Seguridad:

“Yo les pregunto a mis colegas del Consejo de Seguridad: ¿quién entre nosotros aceptaría este tipo de actividad en sus fronteras? Nadie. Ningún país de esta sala actuaría con mayor moderación que la que ha mostrado Israel”. ¡Bah, si apenas son 63 muertos en par de horas!

De todas formas, por una simple cuestión de orden, hay que alertar a los caravanistas de los países de mierda que marchan hacia la frontera de México con Estados Unidos donde Trump ha prometido construir el muro para aguantar las jaurías de lugares vecinas, que la Casa Blanca con él adentro puede actuar con menor moderación contra esos animales invasores que Israel contra los palestinos.

https://www.alainet.org/es/articulo/192962